En la decisión sobre dividendos

El BdE defendió ante el BCE que no se estigmatizara a los bancos españoles

Las entidades nacionales llevaban meses pidiendo el fin del 'café para todos' a la hora de retribuir a los accionistas y deberán presentar a Fráncfort sus planes antes de hacerlos públicos.

EFE
El BdE defendió ante el BCE que no se estigmatizara a los bancos españoles
Agencia EFE 

La decisión del Banco Central Europeo (BCE) sobre el reparto de dividendos no ha dejado indiferente a nadie. El supervisor bancario decidió esta misma semana recomendar de nuevo a la banca europea abstenerse de retribuir a sus accionistas si bien permitió hacerlo con unos estrictos límites del 15% de 'pay -out'. Pero la toma de esta decisión no fue nada fácil para los miembros del comité con la presión del sector que lleva meses esperando noticias sobre el fin de la prohibición. En este sentido, el Banco de España defendió la necesidad de no estigmatizar a la banca europea -y en especial la española-  frente a la de otras circunscripciones, como la británica o la suiza, en la que se levantaban las limitaciones.

En el seno del BCE existían dos posiciones enfrentadas. Por un lado, había un grupo de expertos que quería mantener la recomendación de no repartir dividendo a los accionistas sin excepciones, tal y como se venía haciendo en los últimos meses. Esta es la posición que el sector había rechazado en varias ocasiones públicamente, alegando que la estrategia aumentaba el coste del capital y les discriminaba a la hora de conseguir inversores con respecto a otros sectores que no estaban limitados. 

Incluso alguno de los miembros del Consejo de Supervisión del MUS (Mecanismo Único de Supervisión) llegaron a pronunciarse en público sobre este hecho. Así lo hizo el representante irlandés y subgobernador del Banco Central de Irlanda, Ed Sibley, que se mostró partidario de extender el veto a los dividendos durante seis meses más como un gesto de prudencia ante las posibles consecuencias que pudiese tener el virus en los balances de las entidades. 

Otro grupo, sin embargo, era partidario de levantar la prohibición pidiendo extrema prudencia a las entidades financieras con los repartos. Esta solución buscaba que no se estigmatizase a la banca europea frente a la de otros países en los que esta limitación no existiría. Semanas antes de que Sibley tratase públicamente el tema del reparto de dividendos, el gobernador del Banco de Luxemburgo, Yves Mersch, había hecho lo propio, pero defendiendo el camino contrario que el irlandés. 

Mersch apuntaba a la necesidad de levantar la prohibición general ante la posibilidad de que suscitase "inseguridad jurídica" y ponía sobre la mesa la necesidad de estudiar caso por caso, banco a banco, las condiciones de solvencia y la posibilidad de retribuir a los accionistas. Esta es precisamente la medida que pedía el sector en España, el fin del llamado 'café para todos', una discriminación que salvaguardase los balances y a los accionistas. 

Ante estas diferencias  y con el fin de evitar consecuencias que dañasen el capital de la banca europea, el BCE decidió tirar por el camino del medio, es decir, levantar la prohibición con importantes restricciones sobre las cuantías a pagar. Al mismo tiempo, solicitaba a los bancos que presentasen la propuesta al regulador antes de hacerla efectiva. El supervisor creó así una normativa paraguas que evitaba estigmatizar a la banca europea y ha hecho que muchos bancos estén estudiando la posibilidad de esperar a octubre de 2021 para retribuir a sus accionistas. 

Los bancos de inversión apoyan la medida

Grandes bancos de inversión, como Goldman Sachs, que habían sido críticos con la extensión de la prohibición de repartir dividendos hace unos meses por la ausencia de claridad en torno a los factores y el proceso que determinarían el resultado de esta revisión, están ahora de acuerdo con el movimiento del BCE. En concreto, y según un informe del banco estadounidense, la decisión cumple con creces sus expectativas pues establece un plazo estricto, fijado para el 30 de septiembre, que desencadenará una 'derogación' casi automática de las medidas actuales y una vuelta a lo que se denomina un "ciclo normal de supervisión".

En este sentido, Moody's señala en un informe de análisis de la medida que el impacto negativo de la decisión del BCE sobre el CET1 de los bancos se verá compensado por el beneficio que obtuvieron de la nueva regulación de requisitos de capital. Además, independientemente de si los bancos reparten el máximo permitido de dividendos, esperan que los índices de capital CET1 de los bancos disminuyan en 2021. En su opinión este hecho se producirá a medida que el deterioro de las condiciones económicas como consecuencia de la pandemia aumenta los activos ponderados por riesgo al mismo tiempo que disminuye la solvencia de los clientes bancarios.

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