El bache económico pone en riesgo la caída de precio del crédito en noviembre

La temporada de compras navideñas da el pistoletazo de salida la próxima semana con el ‘Black Friday’. Una cita en la que el sector bancario se ha unido a la celebración en los últimos años con ofertas, entre ellos descuentos en el interés de los préstamos al consumo, colaborando a que el undécimo mes se convirtiera en el más barato para pagar a plazos. De 2017 a 2021, de acuerdo con datos del Banco de España, el tipo medio de este producto financiero ha sido el más bajo de todo el ejercicio, colocándose incluso por debajo de la media anual, lo que impulsaba a muchos consumidores a aprovechar estas condiciones más ventajosas. Sin embargo, esta tendencia corre el riesgo de no producirse este 2022.

A falta de seis días para el arranque de la campaña, al observar el escaparate de los grandes bancos la sensación que transmiten es de un perfil moderado en el que escasean este tipo de ofertas. La subida de tipos de interés, que está disparando el euríbor y el coste de los préstamos, la inflación y la incertidumbre ya ha empujado a recortar el presupuesto, incluso en alimentos, lo que dibuja un horizonte de consumo menos alentador que otros años y pone en aprietos la continuidad de la estadística. Además, el crédito al consumo es uno de los más sensibles al deterioro de la economía, porque es el primero en caer en impago en caso de crisis, y una campaña de captación masiva chocaría con las advertencias de prudencia que llegan desde los supervisores. De hecho, no existe una campaña generalizada.

Según los datos recabados por La Información, Unicaja es el único banco cotizado que sí contaría con una campaña específica de rebaja significativa del precio del crédito. En su caso, su oferta estrella son los préstamos preconcedidos, para los que oferta un tipo del 5,95%, que en este momento es muy competitivo respecto al coste medio de estos créditos, que al cierre de septiembre era del 7,03%. Por su parte, BBVA ha lanzado una campaña de préstamo rápido para no clientes, pero sin un compromiso concreto de precio, mientras que CaixaBank eleva el tipo al 8,3% TAE hasta 30.000 euros. 

Asimismo, se centra en promocionar los compras de productos financiados al 0%, pero a través de Wivai, el ‘select place’ de comercio electrónico del grupo. El resto de entidades se centran más en las rebajas del interés de las tarjetas de crédito, los cheques regalos relacionados con las compras o los sorteos, como es el caso de Bankinter o Banco Sabadell, mientras que Banco Santander se decanta, además de por el aplazamiento del pago de compras con tarjeta sin intereses, por impulsar el 'renting' de dispositivos tecnológicos o de coches.

También se pueden encontrar algunas ofertas específicas de activos de bancos a través de Haya Inmobiliaria, que ya ha lanzado una campaña específica de cara al Black Friday que ayudaría a la banca a desprenderse de algunos inmuebles embargados de cara a aligerar la cartera de ladrillo 'tóxico'. Un movimiento interesante en este momento, en el que el Banco Central Europeo (BCE) y Banco de España (BdE) han pedido al sector realizar provisiones a tiempo ante el empeoramiento de la economía, después de que durante el tercer trimestre las dotaciones en términos generales se hayan reducido. De hecho, desde Fráncfort ya han advertido este viernes de que la probabilidad de una recesión va en aumento, sin que eso cambie su política monetaria.

En 2022, tanto empresas como familias continúan engrosando la cifra de préstamos pendientes de pago, lo que puede ser un problema latente si la economía se deteriora. Hasta septiembre, según datos del BdE, la cartera de crédito vivo de las familias españolas crecía a un ritmo del 0,6% interanual, para situarse en los 702.761 millones, mientras que en las empresas alcanza los 951.552 millones tras incrementarse un 1,4% en doce meses. 

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En paralelo, la morosidad también creció levemente durante agosto (último dato disponible), hasta el 3,86%, rompiendo así con seis meses de caídas. La causa radica precisamente en el incremento de los impagos a las financieras de consumo, lo que da pistas sobre por dónde puede venir el empeoramiento de la situación económica, si sigue subiendo el euríbor y el empleo deja de dar síntomas de fortaleza. Aunque el grifo bancario se mantiene todavía abierto, los criterios de concesión de préstamos y las condiciones generales se habrían endurecido entre abril y junio en España, en consonancia con el despertar de la subida de tipos de interés y del coste del interbancario.

¿Un 'Black Friday' a medio gas?

Los datos recabados por el Observatorio Cetelem, unidad de estudios de BNP Paribas, arrojan una reducción de tres puntos en el porcentaje de consumidores que aprovecharán el 25 de noviembre para comprar en comparación con el año anterior, hasta el 48%. Llama la atención el descenso en la intención de adquirir teléfonos móviles y productos relacionados con el ‘gaming’, que tradicionalmente están entre la demanda estrella del día. Lo que sí ha aumentado es el gasto previsto, que asciende a 279 euros, un 7% más, posiblemente influido por el alza del IPC.

Los productos de moda junto a calzado y complementos serán los principales reclamos, pese a que desde la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) ya han avisado de que no se esperan grandes rebajas, dado que no disponen de margen suficiente tras el incremento de costes operativos de los últimos meses. La patronal ha lanzado una señal de alarma ante la menor afluencia de clientes en los establecimientos y la moderación del volumen de ventas desde principios de año. Con una percepción de pesimismo económico generalizada desde el arranque del otoño, como certificó este viernes el CIS, todo apunta a que este ‘Black Friday’ no tendrá el brillo de las ediciones anteriores.