¿Morosidad a la vista?

La banca fía la mejora de sus resultados al alza de tipos pese a las alertas del BCE

Las entidades financieras desoyen las advertencias de la autoridad monetaria, que pide eliminar las estrategias cortoplacistas ante la nueva era monetaria. 

Ana Botín junto a José Ignacio Goirigolzarri y Carlos Torres. Tres presidentes muy diferentes en el control del poder ejecutivo dentro de sus respectivos bancos.
Ana Botín, presidenta de Banco Santander, junto a José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank) y Carlos Torres (BBVA).
EFE

Los bancos festejan la llegada inminente de la primera subida de tipos de interés en la última década. El sector lleva años lamentando esta situación extraordinaria, que ha venido lastrando sus cuentas de manera constante, pero ahora empieza a ver luz al final del túnel. El entusiasmo es tal que el Banco Central Europeo (BCE) ya ha tenido que pronunciarse públicamente para alertar de que la situación no es tan favorable como parece, pero las entidades continúan con un tono muy optimista y hasta dibujan un futuro de mayores ganancias apoyado en la mejora de los márgenes. 

El vicepresidente de la autoridad monetaria, Luis de Guindos, ha pedido al sector no quedarse con el espejismo de la subida de los tipos a corto plazo y ha urgido a mirar hacia un escenario más global, puesto que ampliando la vista no es tan positivo. La prudencia y unos niveles de provisiones adecuados son cruciales para Fráncfort, puesto que ahora mismo la morosidad es un 'fantasma' oculto pero que previsiblemente resurgirá. Aunque no se prevé en un principio una recesión, el año 2023 traerá una desaceleración económica que llevará aparejada dificultades tanto para las familias como para las empresas. A ello hay que sumar la elevada inflación, que resta capacidad adquisitiva en un momento en el que el crédito no deja de encarecerse. 

El Banco de España es de la misma opinión. Está convencido de que la morosidad aumentará en un futuro próximo y pide cautela. La situación, en su opinión, es de una incertidumbre muy grande y no es posible calcular los efectos de segunda ronda que puede tener la guerra. Sus estudios preliminares apuntan a que el escenario podría ser manejable, pero dependerá en todo caso de lo que dure la invasión rusa sobre Ucrania, su intensidad e impacto, y de los movimientos financieros que se produzcan en paralelo a la normalización monetaria. El análisis del riesgo, por tanto, es fundamental. 

Aunque la banca entiende la necesidad de ser prudente, una postura aprendida sobre todo tras las lecciones extraídas de la crisis financiera de 2008, tiene claro que va a afrontar los próximos meses con optimismo. El sector también es consciente del grado de incertidumbre que existe en la actualidad, pero cree que la dinámica observada en los préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) sirve como termómetro para pensar que el nuevo escenario será difícil pero sin grandes sobresaltos. De hecho, todos coinciden en señalar que el comportamiento a vencimiento está siendo bueno. 

Otros indicadores relativos a particulares, como consumo o hipotecas, así como el resto ligados al mundo empresarial más allá de los ICO tampoco muestran grandes tensiones. Y eso que la demanda de crédito se ha activado, aunque sin señales anormales. Asimismo, los bancos reiteran que el endeudamiento de las familias y del tejido productivo está en unos niveles muy sanos. "Pese a todo el ruido mediático de los tipos de interés, son perfectamente asumibles y razonables", comenta un banquero de la primera línea ejecutiva de una gran entidad española. 

El nuevo contexto ha llevado a las entidades ha cambiar incluso totalmente su estrategia en las sucursales. Hasta ahora tenían un escaparate muy agresivo en hipotecas fijas para asegurarse unos ingresos estables y razonables que protegiera de algún modo su cuenta por los bajos tipos de interés, los cuales preveían que se iban a prolongar hasta bien entrado 2031. Con la próxima subida del precio del dinero, que llegará el próximo mes de julio y continuará en septiembre -posiblemente de forma más pronunciada-, los empleados de las sucursales han recibido directrices para recomendar la contratación de hipotecas a tipo variable.

Aunque en Europa todavía no se ve de forma clara, las señales de alarma ya empiezan a observarse en Estados Unidos. La agencia Fitch acaba de empeorar su pronóstico sobre impagos en préstamos al otro lado del Atlántico, con un aumento de 25 puntos básicos, hasta el 1,5% y el 2% para finales del año 2023. La firma crediticia ha querido reflejar con esta revisión su preocupación sobre una posible recesión y el aumento observado ya en el total de préstamos en vigilancia especial. 

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