La banca se blinda ante los rebrotes y aumenta provisiones en el cierre de año

La banca española analiza estos días las cuentas del último trimestre de 2020 que presentará a finales del mes de enero. Las entidades financieras llevan todo el año realizando un importante esfuerzo para hacer frente a las consecuencias económicas de la crisis de la Covid-19 a través de las provisiones, pero los últimos rebrotes y las medidas restrictivas de la actividad económica que esta situación conlleva han hecho que los bancos vuelvan a pensar en guardar en la hucha una parte de sus beneficios. De esta forma, y según confirman a La Información fuentes del sector financiero, las entidades españolas volverán a realizar provisiones durante el cuarto trimestre de 2020. 

Fuentes de varios de los bancos más importantes de nuestro país reconocen que en sus cuentas se verán reflejadas estas cuantías, si bien admiten que las cifras totales serán sensiblemente menores a las que ya se han realizado con anterioridad. "Las grandes provisiones están hechas, pero es necesario reforzarlas", reconocen desde una de las entidades del Ibex35. "Serán más pequeñas, parecidas a las del tercer trimestre", reconocen desde otro gran banco. 

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Las cuentas del tercer trimestre, hasta el pasado mes de septiembre, ya dejaron notar el temor a las consecuencias de la pandemia ante un retraso de la recuperación económica. Por ello, en este periodo, las entidades financieras realizaron provisiones discretas "pero a la par efectivas", señalan fuentes financieras, en anticipación de un aumento de la morosidad que puede llegar a finales del primer trimestre de este 2021. En este sentido, bancos medianos, como Liberbank o KutxaBank, y otros más grandes como Bankinter llevaron a cabo nuevas dotaciones. 

De cara al cierre del ejercicio, más allá de los movimientos de los propios bancos, agencias como Fitch pronostican que las milmillonarias provisiones realizadas hasta ahora no serán suficientes para salvar la crisis de la Covid. El grupo estadounidense da por hecho que la recuperación económica de Europa será más lenta que la de Estados Unidos, una idea que también mantienen en el propio sector financiero nacional. Además, los rebrotes vividos en las últimas semanas y las consecuencias que esto tiene sobre el empleo también influirían sobre la situación económica de las familias y las empresas y llevaría a hacer necesarias mayores dotaciones. 

Tampoco esta situación es ajena a las instituciones nacionales. El Banco de España ya preveía en su Informe de Estabilidad Financiera publicado el pasado mes de octubre que la banca tendría que seguir dotando provisiones para hacer frente al deterioro del balance que provocará la pandemia. Tanto la banca como las agencias internacionales e incluso el supervisor nacional coinciden en que los préstamos se deteriorarán con el paso de los meses, ya que actualmente la entrada en dudoso y la mora se mantienen estables gracias a los programas de apoyo, como las moratorias. 

El coste del crédito seguirá siendo alto durante todo 2021, por lo que las provisiones de cierre de 2020 podrían no ser las últimas motivadas por la Covid

Cabe recordar que España es el país de la zona euro que ha sufrido la mayor caída del PIB, por lo que para muchos lleva a pensar que el coste de crédito se mantendrá en niveles extraordinariamente altos durante este 2021, por lo que las dotaciones de cierre de 2020 podrán no ser las últimas que tengan que ver con el virus. Desde el sector financiero recuerdan que, pese a lo "durísima que está siendo esta crisis", la situación con la que llegaron las entidades no tiene " nada que ver" con la de 2008, por lo que consideran que, con los esfuerzos correctos, se superará "sin ningún problema". 

Los bancos españoles se curarán en salud con nuevas provisiones lo que afectará a los resultados totales a cierre de 2020. Pese a la ligera recuperación que se observó durante el tercer trimestre en los balances de las diferentes entidades, los beneficios cosechados entonces se situaron aún por debajo de lo conseguido en el mismo periodo de un año antes. Los continuos rebrotes de la segunda y tercera ola y la constante evolución negativa del euríbor, que marcó nuevos mínimos esta misma semana, hacen imprescindible el ahorro de costes que ya se ha puesto en marcha a través de EREs y fusiones para contrarrestar las consecuencias de la pandemia.