En el marco del ERE

La gran banca se mueve para agradar a Calviño pero no seduce a los sindicatos 

CaixaBank y BBVA han mejorado recientemente las condiciones de los despidos colectivos planteados en medio de los ruegos del Ejecutivo por ser más flexibles, pero para los sindicatos aún son cifras indignantes.

Nadia Calviño
Nadia Calviño
Europa Press

CaixaBank y BBVA siguen en el 'ojo del huracán'. Las entidades continúan con las arduas negociaciones de dos Expedientes de regulación de Empleo (ERE) para más de 11.000 personas en conjunto. En medio, se ha desatado una tensión pocas veces vista en las reestructuraciones bancarias, tanto del lado de los trabajadores como del propio Gobierno. Las direcciones de ambos bancos tratan de apaciguar el ambiente, sobre todo por las plegarias que llegan desde el Ejecutivo, si bien la representación sindical piensa que ninguno de los pasos que han dado recientemente son suficientes y, por ello, se han armado saliendo a las calles para manifestar su desazón.

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se unió al debate público instigado por los sindicatos en relación a la ecuación que enfrenta despidos con altos sueldos de los directivos en banca. Sin embargo, la titular de la cartera económica llegó a decir recientemente que las entidades habían escuchado sus ruegos y que habían adoptado ya una postura adecuada y dialogante. Al mensaje de crítica se adhirió también la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. De hecho, su departamento envió una carta tanto a CaixaBank como a BBVA en la que les recordaba la obligación que tienen de negociar para reducir el impacto de los ERE. 

Tras las presiones públicas y como es habitual a medida que se desarrolla la mesa negociadora, las entidades presididas por José Ignacio Goirigolzarri y Carlos Torres, respectivamente, han revisado en parte las primeras ofertas propuestas. Aunque parece que los bancos han dejado de insistir en las recolocaciones externas, una medida que además deben aplicar por ley, y han empezado a ceder en lo importante, los cambios no han sido bien acogidos por los representantes sindicales y han sido tachados de fútiles. Entienden que son movimientos tan insignificantes que solo pueden calificar como un insulto a la plantilla.

La oferta de CaixaBank:

CaixaBank ha modificado su propuesta esta semana, con un aumento desde el 50% hasta el 60% el cupo de trabajadores mayores de 52 años que puedan adherirse voluntariamente al ERE. También ha planteado que los 500 trabajadores que sean recolocados en filiales del grupo mantengan el salario fijo y la antigüedad, aunque no recibirán indemnización. Esto supone bajar la traumática cifra de despidos de los 8.291 iniciales a los 7.791 de ahora. Sigue siendo, en cualquier caso, el mayor ERE de la historia en la banca española.

Los términos económicos también han sufrido algunos cambios en los cuatro grupos que plantea. Así, ofrece a los trabajadores mayores de 63 años una compensación de 20 días por año trabajo, con un tope de 12 mensualidades. Para los trabajadores de 57 a 63 años con 15 años de antigüedad, abonará el 50% del salario pensionable y un convenio especial de la seguridad social hasta los 63 años. En el caso de los trabajadores de 55 a 56 años con 15 años de antigüedad, presenta una indemnización del 50% del salario regulador con un máximo de 2,25 anualidades. Finalmente, a los trabajadores menores de 55 años les ofrece 30 días por año trabajado con un tope de 20 mensualidades.

La oferta de BBVA:

BBVA, por su parte, ha trasladado que estudiará seguir incrementando el número de reubicaciones de su plantilla dentro del grupo, con lo que el banco podría volver a reducir los 3.331 despidos que planea en estos momentos, desde los 3.798 iniciales. En la última reunión, el banco ha aceptado mejorar las condiciones laborales de los gestores remotos, unas funciones que pasarán a asumir al menos 467 empleados de las oficinas para que no se vean afectados por el despido colectivo, si bien, BBVA parece dispuesto a aumentar ese número.

Su oferta económica también ha sido comunicada: plantea a los trabajadores de más de 52 años, con una antigüedad mínima de 15 años, indemnizaciones con el 65% de su sueldo, hasta 250.000 euros, si es menor de 55 años. A partir de 58 y hasta 62 años, el trabajador podrá recibir hasta el 70% del sueldo; para los mayores de 63 años, la indemnización es de 20 días por año con un máximo de 12 meses, y para el resto de la plantilla, 30 días por año y un máximo de 20 mensualidades.

No existen herramientas públicas para frenar estos ajustes, por lo que el Gobierno solo ha podido echar mano de un escrito de advertencia.

Además del volumen tan grueso de salidas propuesto, se están planteando ofertas económicas con unas condiciones muy alejadas a las que el sector está acostumbrado.  Habitualmente estos ajustes de plantilla en banca son bastante atractivos e incluso las adhesiones voluntarias suelen superar al propio número de salidas pactado durante la negociación. 

Los sindicatos también lamentan que la negociación de estos ERE se produce en un marco legal que la hace extremadamente desequilibrada porque no precisa, en último extremo, el acuerdo con los sindicatos para imponerla y porque el control que puede ejercer la inspección de trabajo quedó afectado por la reforma laboral de 2012. Creen que las misivas enviadas por el Ejecutivo a CaixaBank y a BBVA son una muestra de que no existen herramientas públicas para frenar estos comportamientos. "Solo han podido echar mano de un escrito de advertencia", lamentan desde la Federación de Servicios del Sector Financiero de UGT. 

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