American Express y Santander liquidan su alianza en la filial de tarjetas de crédito

  • La firma estadounidense sustituye  a los consejeros del grupo cántabro y sitúa al frente a su primer ejecutivo en España Juan Ortí de Ochoa
Tarjetas American Express
Tarjetas American Express

El Santander da nuevos pasos en la reordenación del negocio estratégico de medios de pago. Tras recuperar cajeros y tarjetas del Popular, la entidad disuelve sus históricos lazos con American Express, que toma el poder absoluto sobre la filial Bansamex fundada en 1992 para emitir y explotar a través del banco en España el ‘dinero de plástico’ de la exclusiva marca y cuyo capital se repartían al 50% desde entonces.

American Express Europe queda de socio único en la compañía -sustituye al banco y a su propia filial Amex Travel Related-, y sitúa al frente al primer ejecutivo en España, Juan Orti Ochoa de Ocariz. Salen del consejo los principales responsables del grupo cántabro en medios de pago: Ruben Justel, Diego Fernández de Ortiz, César López Tarrio, junto al hasta ahora presidente de Bansamex Pablo Sánchez Jiménez. Y toman el relevo los directivos de Amex Tomás Manuel Fernández, Paz Andrade-Vanderwilde y Begoña Sierra, junto a Ortí Ochoa de Ocariz.

El replanteamiento de la asociación no implica necesariamente interrumpir este tipo de tarjetas en la oferta. Las ‘Amex’ son un producto en catálogo de entidades habitualmente para clientes de banca personal o privada y usuarios acostumbrados a viajar, con posibilidades de aprovechar sus exclusivas prestaciones porque se trata de un ‘plástico’ caro. La cuota de emisión oscila entre 80 y 650 euros en función de la tipología a cambio de devengar puntos redimibles por vuelos, artículos de deportes, tecnología, etc; coberturas de seguros y otro tipo de prestaciones crecientes a mayor exclusividad del producto. La tipología Platinum pone, incluso, asesores personales al cliente para organizar viajes o eventos especiales.

A pesar del ‘cautivo nicho’ de clientes Bansamex tuvo una actividad limitada durante el ejercicio 2016 -últimas cuentas publicadas-. Los titulares de la tarjeta facturaron 61,1 millones de euros y la sociedad sufrió pérdidas por valor de 171.767 euros, inferiores en todo caso a los 458.897 euros contabilizados el ejercicio previo, y tras reducir en un 78,8% la morosidad por una activa recuperación de operaciones dudosas. Las cuentas auditadas por PwC certifican que cuenta con 10,96 millones en activos y un patrimonio neto de 8,01 millones.

La reordenación de esta filial es el penúltimo movimiento del Santander en una actividad clave porque vincula y es muy rentable. Tanto que en 2016 convirtió la tendencia y uso mínimo de tarjetas en una condición obligada para los clientes que quisiesen beneficiarse de los descuentos en compras y remuneraciones del ahorro de hasta el 3% del programa de relación ‘123’. La cuenta estrella la introdujo un año antes en España procedente del Reino Unido.

Reordena alianzas con Elavon, WiZink y Crédit Mutuel

El pasado año deshizo la alianza con Elavon, participado por US Bancorp, con la recompra de la participación que no controlaba en la filial conjunta de terminales de pago en comercios con tarjetas (TPV) Santander Elavon. Su fundación había tenido lugar en 2012, después de una década larga cooperando en servicios de pagos en divisas con comercios y dar acceso al capital de la nueva sociedad al especialista de Atlanta reportó casi 124 millones en plusvalías al banco.

En el Popular ha aplicado una estrategia gemela de recuperar el control de la actividad. El pasado mes de marzo alcanzó un acuerdo con Crédit Mutuel para recuperar sus cajeros automáticos, transfiriendo a la sociedad conjunta Euro Automatic Cash los terminales desplazados -dispositivos en aeropuertos, centros comerciales, etc.- y con Värder Partners para sacar de WiZink las tarjetas de crédito y débito del Popular, dejando en la monoline los plásticos 'revolving' de Citi, Barclays en España y Portugal y los emitidos por la sociedad directamente.

El desarrollo exponencial del consumo ‘online’, la facilidad para pagar de las tarjetas 'contactless' y smartphones y las comisiones en cajeros por extraer dinero son vientos de cola que azuzan el uso del dinero de plástico y el negocio. Las compras directas superaron por vez primera en 2016 al volumen extraído en cajeros y va a más porque crece al triple de su velocidad. Ahí encajan los movimientos del conjunto de la banca en medios de pagos y con casi cualquier herramienta al alcance. El  Santander fue pionero en traer a España Apple Pay y ha completado la oferta con Samsug Pay e, incluso, Fitbit Pay, un reloj inteligente que no permite excusas para comprar incluso sin llevar efectivo. 

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