Un exjefe del Banco de España resucita la tesis de Rato: Bankia tuvo ayudas de más

  • El exdirector de supervisión, Jerónimo Martínez Tello, defiende que bastaban 13.000 millones frente a los 19.000 millones exigidos por Goirigolzarri.
Jerónimo Martínez Tello antes de su comparecencia
Jerónimo Martínez Tello antes de su comparecencia

Seis años después de la nacionalización de Bankia vuelve a agitarse la polémica poniendo en el foco una de sus mejores cartas de cara a la privatización: la holgada hucha de capital. Lo hizo ayer el director general de Supervisión del Banco de España entre 2009 y 2012, Jerónimo Martínez Tello, acusando a José Ignacio Goirigolzarri de inflar el agujero para “cubrirse las espaldas” y dando, de forma indirecta, respaldo a la tesis de Rodrigo Rato, que recientemente denunció que la entidad tiene colchón para remunerar al inversor porque recibió un talón injustificado de ayudas.

Quien fuera uno de los responsables de vigilar la solvencia de las entidades antes de que se declarasen los problemas en el grupo conformado con la fusión de siete entidades bajo el liderazgo de Caja Madrid, abrió la caja de los truenos durante su comparecencia en la Comisión parlamentaria que analiza la crisis financiera: según Tello, el actual presidente de Bankia impuso 4.000 millones innecesarios.

La entidad -sostuvo- hubiese estado “suficientemente capitalizada” con 13.000 millones, las participaciones convertibles en posesión del Estado y 3.000 millones de “apoyo temporal”. Pero los nuevos gestores "asesorados por Goldman Sachs" -entidad contratada por Economía y no Bankia, precisó- plantearon una necesidad de 24.000 millones, finalmente rebajada a 17.000 millones.

Los números del exalto cargo cobran relieve por el momento ‘procesal’ que atraviesa la entidad financiera. Bankia acaba de estrenar un plan estratégico que buscará disparar un 62% el beneficio en tres años y repartir más de 2.500 millones en dividendos, allanando la desinversión del Estado que, salvo nueva prórroga, debe enajenar el casi 60,98% que posee antes del 31 de diciembre de 2019. Para retribuir al inversor, la entidad está decidida a distribuir ganancias y echar mano del abultado excedente de recursos propios.

El grupo bancario acumula 4.700 millones de euros en superávit de capital al exhibir un ratio de solvencia del 16,84%, muy superior al 11,375% exigido por el Banco Central Europeo (BCE). La vocación declarada es conservar un umbral 12% mínimo por razones de prudencia y buscando el mejor favor de los mercados, pero incluso por encima de dicho umbral le sobrarían más de 4.000 millones que la entidad siempre ha argumentado que se generaron con la retención de resultados en los últimos ejercicios.

Para Rodrigo Rato esa hucha confirma, en cambio, que el talón demandado al Estado resultó excesivo. Es su principal defensa y la tesis con la que recientemente arremetió con dureza contra Goirigolzarri y el mismo Fondo de Reestructuración (Frob). El expresidente de Bankia, imputado por la salida a bolsa o las tarjetas ‘black, demandó 7.000 millones para reparar los problemas de la entidad y, conforme a su versión, recibió el plácet del organismo supervisor, pero su plan resultó torpedeado por el exMinistro de Economía, Luis de Guindos, al que culpa de formar la nacionalización y de su propia caída en desgracia.

El enfrentamiento entre ambos vivió su punto más álgido, de hecho, en la misma Comisión Parlamentaria del Congreso con versiones contradictorias sobre el colapso del banco, responsabilizándose casi mutuamente de la decisión del relevo en la presidencia de Bankia del que fuera mentor del exministro desde la vicepresidencia económica en el Ejecutivo de José María Aznar. Tello añadió ayer tamién ingredientes a esta intrahistoria.

Según el que fuera director de supervisión, en aquel momento el Banco de España se encontraba trabajando en el plan propuesto por Rato cuando hubo “una serie de reuniones en el Ministerio (de Economía)” de las que “se deriva que el lunes por la mañana dimite” Rato, casi obligando tal situación a aceptar las condiciones de Goirigolzarri: “Nos quedamos con una entidad grandísima con unas posibilidades de gestionar la crisis abiertas en canal (..) y cuando está abierta en canal, te quieres cubrir las espaldas, porque la responsabilidad moral, desde que entras, era solo para él", zanjó.

José Ignacio Goirigolzarri, que no ha pisado la Comisión del Parlamento, mantiene un perfil bajo, cuidando mucho de no entrar al trapo. El banquero argumenta que las ayudas las impuso la Comisión Europea en el plan de rescate y de las acusaciones de Rato no opina, con la excusa de que son asuntos sujetos a investigación judicial.

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