Banco Santander 'salva' sus cuentas gracias a la caída de las provisiones

  • La entidad no ha sido capaz de crecer en ingresos, además ha tenido que afrontar un cargo de 300 millones por saneamientos del Popular.
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín
BANCO SANTANDER - Archivo

Banco Santander ha dado el pistoletazo de salida a la maratón de resultados con sabor agridulce: ha ganado un 4% más en el primer semestre, hasta los 3.752 millones de euros, aunque gracias a la caída de las dotaciones no por mejora en los ingresos. Los tipos negativos, la reducción de balance y los múltiples problemas que rodean a sus principales filiales han limitado su capacidad de generar ingresos. Solo la fuerte constricción de las dotaciones por insolvencias, un 8%, le ha permitido generar un pequeño alza en el beneficio.

El principal generador de ingresos, el margen de intereses, ha caído levemente respecto al mismo periodo de 2017, desde los 17.008 hasta los 16.931 millones. La actividad bancaria consiste, básicamente, en comprar (a través de los depósitos) y vender dinero (concesión de crédito) y apuntarse el diferencial, por lo que el margen neto de intereses resulta su ‘negocio core’. De ahí, su importancia. En el caso de Santander, en la evolución trimestral dicha partida si mejora aunque de manera muy leve, solo un 0,3%.

La leve caída de los ingresos por intereses se ve en cierta manera compensada por el crecimiento de la otra pata de los ingresos: las comisiones. Con ello, el margen bruto de la entidad se queda prácticamente plano en el primer semestre de 2018, en los 24.162 millones. El problema lo presenta en el margen bruto entre trimestres, ya que registra una caída del 1,2% respecto del primer trimestre de 2018. En concreto, desde los 12.151, hasta los 12.011 millones.

Una vez compilados todos los ingresos, margen bruto, se les debe descontar los gastos del banco en el desarrollo de su actividad para alcanzar el margen neto. En este caso, el neto de Santander se ha reducido con fuerza (un 1,5%) por un doble efecto: primero, la caída de los ingresos, y por otro lado el aumento de los costes. En este segundo caso, Banco Santander registra un crecimiento de los costes del 3% debido al proceso de transformación comercial y digital.

Al margen neto de la actividad bancaria se le debe pasar por el filtro de las provisiones antes de llegar a beneficios. Éstas, son como un colchón de dinero que tiene guardado el banco para hacer frente a posibles impagos en sus créditos. La fuerte caída que registra Santander, un 8%, se debe a dos efectos principalmente: al menor ratio de morosidad, que cae por debajo del 4% en todo el grupo y a que la cartera de créditos se mantiene plana. Este efecto combinado ayuda al banco a mejorar sus beneficios un 12%, hasta los 4.052 millones.

En última instancia, el Santander ha tenido que hacer frente a un cargo de 300 millones en concepto de reestructuración del Banco Popular. La cantidad está en línea con lo previsto, puesto que Santander estableció que el coste de integración, de 900 millones, lo repartiría entre 2017 y 2019. Con todo ello, el beneficio final fue de 3.752 millones, un 4% más. Por mercados, Brasil fue el principal motor del grupo y representó un 26% del beneficio. España accede al segundo puesto, con un 15%, y Reino Unido cae al tercero con un 14%.

España se resiente por el Popular

El beneficio de Santander España, cayó un 20% respecto al primer semestre, hasta los 500 millones de euros, debido al cargo neto de 280 millones de euros de costes de reestructuración por la integración de Popular. Sin tener en cuenta este extraordinario, el beneficio habría aumentado un 24,9%, hasta los 780 millones de euros.

El crédito del banco en España repuntó un 1% respecto al trimestre anterior, con un fuerte crecimiento en crédito al consumo, pymes y banca privada. Excluido el impacto de la operación de Blackstone, se redujo un 3% en doce meses. Aunque los costes aumentaron tras la incorporación de Popular, Santander ha señalado que se compensaron con las tendencias positivas en los ingresos comerciales, con la facturación de tarjetas de crédito y los seguros creciendo a doble dígito.

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