BBVA y Cerberus acuñan 'Divarian' como marca para la macroalianza inmobiliaria

  • La sociedad receptora de los 13.000 millones en 'ladrillo' del banco selecciona suelos para Inmoglaciar, activos para alquiler y venderá carteras.
BBVA
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EFE

Cerberus y BBVA ponen ‘cara’ a la macroalianza. Los socios han acuñado ‘Divarian’ como la marca para el entramado societario donde depositarán y con el que gestionaran la venta de los 13.000 millones de euros brutos en ladrillo procedentes del banco. El logotipo mimetizará con sus imágenes corporativas porque asume el azul, con distintas tonalidades y degradados, que viste a los distintivos de ambos aliados.

La marca fue registrada por Promontoria Marina, la filial del fondo estadounidense que utilizará para cerrar la transacción, el pasado mes de abril en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (Bopi), y BBVA acaba de extenderla a dos de las subsidiarias: rebautiza a la empresa tenedora de activos BBVA Propiedad como Divarian Propiedad y la promotora Anida será Divarian Desarrollos Inmobiliarios. Cambio, este último, que entra al instante en vigor porque internamente se ha dado la instrucción de utilizarlo en las operaciones que se firmen a partir de ahorra.

El 'baile' de nombres alimenta expectativas de que ambas filiales de BBVA acaben de alguna forma bajo el paraguas del macroholding e, incluso, con actividad de promoción aunque esta pata la cubrió el fondo estadounidense con la adquisición de la burgalesa Inmoglaciar. Dueño de promotora y servicer -Haya Real Estate-, Cerberus completará el puzzle inmobiliario cuando culmine la  transacción con el banco porque pasará a ser además propietario de los activos.

Logotipo de 'Divarian', marca de Cerberus y BBVA

BBVA, que siempre se había movido a contracorriente del sector financiero en lo relativo a la venta de negocios y filiales, dio la sorpresa el pasado año sacando al mercado el grueso del ‘ladrillo’. Se impuso Cerberus con el que firmó el traspaso de 13.000 millones de sus 17.800 millones de euros en exposición bruta a una sociedad donde el fondo  controlará el 80% y el banco conservará otro 20%. Seguía la estela del Santander, que extirpó de su balance 30.000 millones brutos (10.000 millones netos) heredados del Popular, trasladados a una filial donde Blackstone compró el 51% y mantendrá la titularidad del 49% restante.

El bautizado como ‘Proyecto Marina’ por BBVA y Cerberus querían cerrarlo en septiembre u octubre. Corre el riesgo de retrasarse por el cambio de Gobierno, al encontrarse pendiente de algunas autorizaciones -del Ministerio de Economía y concluir la negociación con el Fondo de Garantía porque incorpora una cartera de las antiguas Unnim y CatalunyaCaixa que se encuentran protegidas con ayudas-. Flecos, en todo caso, que no han frenado los trabajos.

Cerberus ha volcado a sus efectivos en documentar y seleccionar los activos con la intención de derivar algunos suelos a Inmoglaciar, destinar a alquileres o, incluso, empaquetar en Socimis a aquellos otros inmuebles susceptibles de ofrecer así la máxima rentabilidad, y desinvertir el resto en portfolios o por unidades independientes. Los equipos trabajan a contrarreloj, incluido personal de Anida desplazado en las instalaciones en Madrid de Cerberus, indican fuentes al corriente del proceso.

El 'spin off' de BBVA se valoró en 4.963 millones netos una vez deducida las provisiones, por lo que el talón a sufragar por Cerberus rondará los 4.000 millones. El acuerdo prevé que el banco le financie un 20%-800 millones- durante dos años y sin intereses. El perímetro definitivo podría, en cualquier caso, variar por los condicionantes a los que está sujeta la transacción como el citado esquema de protección de activos (EPA) sobre la cartera de CatalunyaBanc y algunas viviendas radicadas en Cataluña, que depende de ciertos acuerdos con la Administración. Cerberus ejercerá el control accionarial y gerencial, y BBVA solo podrá intervenir con un derecho de veto en situaciones muy tasadas.

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