BBVA pisa el acelerador para firmar este año la venta de la inmobiliaria Anida

  • El banco, que negociaba en exclusiva con Cerberus, apura por las reglas contables que entrarán en vigor en 2018 y las exigencias del BCE.
BBVA emitirá hasta 3.500 millones de euros de la nueva deuda anticrisis en 2018
BBVA emitirá hasta 3.500 millones de euros de la nueva deuda anticrisis en 2018
EUROPA PRESS

El futuro de Anida bajo el control del BBVA tiene los días contados. El banco ha pisado el acelerador para firmar su traspaso antes de en el arranque de 2018 entren en vigor las nuevas reglas contables de provisiones y ante las exigencias del Banco Central Europeo (BCE) a las entidades para que se saquen el ladrillo de encima cuanto antes, refieren fuentes al corriente del proceso.

Las inquietudes generadas con la amenaza secesionista del Govern frenaron, imponiendo cierto ‘stand by’, las conversaciones avanzadas y exclusivas que mantenía con Cerberus desde el verano pasado. Las reservas del fondo se ligaron a la significativa presencia del BBVA en Cataluña, después de haber adquirido cinco antiguas cajas de ahorros al adjudicarse CatalunyaBanc -fruto de la unión de las caixas de Tarragona y Manresa- y Unnim -aglutinó las cajas de Manlleu, Sabadell y Terrassa-. Su absorción elevó al 26,1% la cuota de mercado del grupo en la región.

Los contactos con Cerberus para empujar la desinversión se habrían retomado en los últimos días con la fecha finish del fin de ejercicio como meta, refieren las fuentes del mercado consultadas. Fuentes oficiales del fondo inversión estadounidense, sin embargo, rehusaron confirmar esta información y pronunciarse sobre cualquier inversión.

Giro en la estrategia

La simple decisión de colocar el ‘cartel de venta’ supone un giro radical en la habitual hoja de ruta del grupo dirigido por Francisco González que no suele firmar ‘joint ventures’ ni desprenderse de subsidiarias en contraste con las estrategias mayoritarias en la banca.

Un cambio de paso forzado por los tiempos. Los balances del BBVA cargaba a finales de junio 20.190 millones de euros brutos en activos improductivos. Sin embargo, el esfuerzo de acumulación de provisiones limita el riesgo real a solo 8.760 millones porque cuenta con una hucha de dotaciones que cubre la exposición en un 57%. La inmensa mayoría son inmuebles adjudicados -su valor neto ascendía en junio a 4.922 millones-, junto al crédito promotor -otros 3.281 millones- y otros activos -556 millones-.

Solo durante los primeros seis meses del año menguó su dimensión un 14,2% con la colocación de varios portfolios en el mercado mayorista, un aumento de las ventas unidad a unidad gracias al favorable momento del mercado inmobiliario y una aportación de activos a su participada Testa Residencial con unas 1.500 unidades en alquiler para uso residencial y terciario por un valor bruto de 485 millones.

En total, el banco sacó de su perímetro 14.563 unidades a cambio de ingresar 1.169 millones. La red tejida en dotaciones le permitía enajenar el remanente al 43% del valor bruto inicial sin incurrir en quebrantos.

En el proceso de desinversión iniciado por BBVA, y dirigido y asesorado por PricewaterhouseCoopers (PwC), se contemplaba la transferencia del control de la plataforma inmobiliaria Anida y de una cartera de activos significativa -se ha especulado con un balance de entre 2.000 y 5.000 millones de euros brutos-.

La transacción podría ser la segunda mayor después de que el Santander haya acordado traspasar a Blackstone el 51% de activos del Popular por valor bruto de 29.000 millones, a cambio de ingresar 5.100 millones. Toda la banca está precipitando su desagüe desde que el Banco de España aprobó una circular el pasado ejercicio que obliga a enajenar el 25% de las viviendas en balance al año -15% si es suelo- o efectuar una provisión equivalente sobre la exposición. El BCE mete presión añadida con la exigencia de establecer planes de venta plurianuales, cuyo incumplimiento cuesta recursos en forma de una mayor hucha de capital.

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