Blackstone 'cuela' a su propia gestora en la desinversión del ladrillo del Popular

  • El Santander transfirió la plataforma Aliseda del Popular junto a sus 30.000 millones brutos en inmuebles a la filial que ahora controla el fondo.
Banco Popular
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La plataforma inmobiliaria de Blackstone, Anticipa, colaborará con Aliseda -fundada en su día por el Popular- en la gestión de su voluminosa cartera de inmuebles. La primera la adquirió en 2014, cuando se quedó la de Catalunya Caixa, y en la segunda acaba de tomar el control dentro de la megaoperación firmada con el Santander. El grupo cántabro incluyó Aliseda, junto a una decena de inmobiliarias, en el portfolio de 30.000 millones de euros brutos en inmuebles que transfirió a una nueva sociedad, donde el fondo compró el 51% del capital y el Santander conserva el 49% restante.

Blackstone prefirió no fusionarlas pero sí colaborarán, según apunta en información remitida al mercado sobre el crédito sindicado suscrito para cerrar la transacción del Popular. La exposición tóxica evacuada por el Santander en el bautizado ‘Proyecto Quasar’ se ha valorado en 10.000 millones netos, ya que contaba con una hucha en provisiones por el 63% del valor original de los adjudicados y del 75% en los créditos.

La transacción se estructuró con la aportación de un 30% en capital y el 70% en deuda. El banco y el fondo aportarán cerca de 3.000 millones en capital y los casi 7.333 millones restantes proceden de una estructura financiera liderada por Bank of America Merrill Lynch, junto a Deutsche Bank, JP Morgan, Morgan Stanley, Parlex 15 Lux, The Royal Bank of Scotland y Sof Investment. Entre otros asesores, la operación ha contado con el bufete de abogados Allen & Overy.

El portfolio ‘Neptuno’ constituido para obtener la financiación incluye en el perímetro Aliseda y numerosas inmobiliarias o participaciones de las mismas en manos del Popular, entre las que figuran Tifany Investments, Corporación Financiera ISSOS, Pandantan (Mindanao), Taler Real Estate, Vilarma Gestión, Marina Golf, Popsol, Elbrus Properties, Cercebelo Assets, Eagle Hispania, Las Canteras de Abanilla o Canvives. Gran parte de los activos traspasados son suelos, junto a vivienda residencial, naves industriales, inmuebles comerciales, oficinas, garajes y casi mil millones brutos de exposición en hoteles.

La operación permitirá al Santander bajar de golpe la exposición en activos adjudicados desde 41.100 millones brutos a 10.400 millones -cifra que se reduce a un neto de 5.200 millones gracias a que cuenta con una red de dotaciones por el 50% del valor inicial-, pudiendo beneficiarse de las desinversiones como accionista de la sociedad receptora de las carteras con el 49% de la propiedad.

El plan incluye el uso de Socimis 

En los planes de desinversión del fondo figura construir o transferir parte de los activos a socimis, un tipo de vehículo del que Blackstone ha hecho uso en operaciones previas porque ofrece ventajas fiscales como no tributar por el impuesto de Sociedades si distribuye dividendo. En cifras brutas, el residencial representaba casi un tercio del perímetro de inmuebles originales involucrados en la transacción.

Tras dejar en manos de Blackstone la losa del Popular, al Santander aún le quedan 4.000 millones netos en adjudicados y 1.200 millones en financiación dudosa que quiere desalojar a marchas forzadas. El banco proyecta volver a empaquetar los activos por lotes y sacarlos al mercado, donde media docena en entidades y la Sareb exploran cómo deshacerse de casi 48.000 millones brutos -el ‘banco malo’ en solitario busca comprador para los 30.000 millones cuya venta gestiona Haya Real Estate y Sabadell tiene varios lotes por casi 11.000 millones brutos-.

El grupo cántabro adquirió el Popular cuando había dado por cerrado el capítulo de la limpieza del ladrillo y ahora desea volver a esa casilla de salida con celeridad. Quiere que su unidad inmobiliaria abandone los ‘números rojos’ este año o en los primeros compases de 2019.

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