Botín corrige a Draghi: no ve fusiones en la UE ni boda del Santander en Alemania

  • La presidenta del Banco Santander advierte que aún tienen que pasar "seis o siete cosas" para hacer posible alguna integración entre entidades. 
Ana Botín en la Junta de Accionistas del Banco Santander, 12 de abril de 2019
Ana Botín en la Junta de Accionistas del Banco Santander, 12 de abril de 2019
EFE

La petición del presidente del BCE, Mario Draghi, para que haya más fusiones de entidades financieras transfronterizas en la Unión Europa, en busca de una mayor fortaleza para el sector frente a la fuerte competencia a nivel global, no es del agrado de la máxima responsable del mayor banco de la zona, Ana Botín, que entiende que ahora no se dan las condiciones para eso. La presidenta del Banco Santander prefiere calmar esa euforia oficial de que ‘vende’ Frankfort y advierte que “todavía tienen que pasar seis o siete cosas antes de que se den las condiciones para hacer ese tipo de fusiones”.

Una de las claves, a priori, que dentro del banco se manejan para rechazar de plano (por el momento) estas operaciones, es la necesidad de que de ellas se derive alguna sinergia, en forma de ventaja financiera, de la que la entidad absorbente se pueda beneficiar y justificar ante los accionistas el riesgo que se corre con este tipo de integraciones. “Y eso no lo puede garantizar el BCE por el momento”, señalan desde el banco español.

Ante las preguntas concretas de algún accionista al respecto, Botín dejó muy claro en la junta general de este viernes que el Santander no está interesado en este momento en ningún banco alemán, sobre todo por la referencia que podía haber respecto las opciones de integrarse con Commerzbank o Deustche Bank, entidades ambas abiertas a entrar en procesos de unión con otras entidades europeas. Fuentes del sector aseguran que es esas entidades donde tiene puesto el foco el presidente del BCE cuando recomienda las uniones bancarias transfronterizas, que a la presidenta del Santander no le gustan en estos momentos.

Tanto Ana Botín como su consejero delegado, José Antonio Álvarez, dejaron muy claro ante la junta que la clave ahora está en avanzar en la construcción del mercado bancario único europeo, lo que permitiría tener en Europa unas economías de escala como las que ya hay en sectores financieros como el de Estados Unidos, y dar paso a uniones de bancos. “Seguiremos viendo adquisiciones y fusiones a nivel local -señaló Álvarez-, pero para la consolidación del sector a nivel paneuropeo y la creación e entidades fuertes, rentables, con estructuras más sencillas y procesos más ágiles, es preciso avanzar en la Unión Bancaria”.

Exceso de regulación y falta de cooperación

Una de las grandes quejas que desde el banco cántabro se han lanzado en los últimos días se ha centrado en el tremendo aumento de la regulación en el sector que “si bien contribuye a que tengamos un sector más solvente en términos de capital, liquidez y gobernanza, debe evitar que los excesos de burocracia y asimetrías se traduzcan en mayores costes y menos capacidad competitiva de la industria europea en relación a otras geografías”, según explicó Álvarez.

Entre las “seis o siete” cosas que Ana Botín cree que deben pasar para que haya más fusiones en Europa, una de las más importantes es la creación de un fondo único de garantía de depósitos a nivel comunitario, que ofrezca las suficientes garantías como para asegurar el dinero de los consumidores y permitir que todos los bancos de la zona tengan las mismas reglas del juego. “Llevan tiempo hablando de ello en el BCE -señalan desde el banco-, pero no hay nada hecho, y pedir fusiones sin tener este tema solucionado, no es normal”.

Junto a ese fondo, otra de las claves está en la actual imposibilidad de mover un euro de un país comunitario a otro entre entidades de un mismo grupo bancario sin que ello tenga un coste inasumible. En los cálculos que tienen realizados en la entidad que preside Ana Botín advierten que para hacer una fusión intracomunitaria ahora, hay que asumir de entrada un coste de un punto en el capital que tiene el banco a nivel global, no solo en el país en el que se está, y eso es un hándicap que cierra el paso a ese tipo de procesos.

Las limitaciones regulatorias actuales el movimiento de capital entre entidades financieras afines en la UE se une a la imposibilidad legal que existe también a la hora de mover ficheros de datos entre los bancos centrales de cada uno de esos países, un obstáculo muy difícil de solventar tanto desde el punto de vista legal como desde el operativo.

Y dentro del banco español se advierte además que para promover ese tipo de operaciones, es necesario que se produzca una reordenación de los sectores financieros de algunos de los países más avanzados de Europa. El rechazo expreso de la presidenta del banco para entrar a una fusión con alguna entidad alemana, por pequeña o grande que sea, se debe a la tremenda disparidad que tienen las condiciones de competencia y de negocio entre ambos países. “Alemania está llena de pequeños bancos y entidades regionales, en las que habría que poner orden antes de pensar en integrar su sector con quienes, con un esfuerzo tremendo, tenemos el sector más ordenado y en buenas condiciones”, advierten fuentes técnicas consultadas en la entidad.

En su discurso ante los accionistas de este viernes, Ana Botín dejó para el final la llamada a una mayor integración bancaria europea al estilo Draghi y advirtió que esa unión se debe hacer “rompiendo el vínculo entre riesgo soberano y sector financiero”, de forma que se pueda contar con una regulación equilibrada “entre la prudencia y el acceso de las empresas al crédito y a proyectos de futuro solventes; y no cuestionar permanentemente el marco legal y normativo”.

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