Caixabank celebra mañana consejo para cambiar la sede social a Baleares

CaixaBank sigue la estela del Sabadell. La entidad presidida por Isidro Fainé celebra mañana un consejo de administración para mudar la sede social desde Barcelona a Palma de Mallorca, una las regiones que dio origen al actual gigante financiero en su germen como caja de ahorros, indicaron fuentes próximas a la compañía.

El traslado histórico de su residencia 113 años después de su fundación se produce tras desvelar el Gobierno que prepara un decreto para facilitar el cambio sin tener que pasar por junta de accionistas, con su aprobación por parte del consejo de administración.

La Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares, "La Caixa”, fue fundada el 5 de abril de 1904 por el abogado catalán Francesc Moragas Barret. La crisis obligó la conversión de la caja en una fundación y transferir su negocio financiero a la filial bancaria, Caixabank, que más de un siglo después es fruto también de la integración de una decena de antiguas cajas y algún banco.  

La exigencia estatutaria del banco de convocar una junta de accionista para tomar tal decisión hubiese retrasado en, como mínimo, 15 días o 30 poder dar el paso, obligando a buscar otra solución societaria si el Govern declara la independencia el próximo lunes, de no intermediar la ley que ultima el Gobierno.  

Otra alternativa, más procelosa y menos ágil, hubiese sido migrar el balance a otra ficha bancaria. A pesar de que el grupo ha integrado decenas de entidades, en la actualidad solo mantiene operativa otra ficha bancaria, de su filial en Madrid Nuevo MicroBank. En el mercado esperan que mantenga en Barcelona la sede de la Fundación Bancaria.  

Fuentes oficiales de la entidad se remitieron, sin embargo, al mensaje de llamada a la calma lanzado esta semana ante la inquietudes mostradas por clientes e inversores, aclarando que no hay decisión adoptada aún. En una misiva interna dirigida a la plantilla, el banco les informó de su decisión de tomar las medidas precisas para “proteger los intereses de sus clientes, accionistas y empleados" garantizando la integridad de los depósitos.

La intranquilidad generada ante el pulso soberanista estaba pasando factura en las sucursales de la banca catalana, con creciente afluencia de clientes interesándose por la seguridad de sus ahorros y cierre en algunas cuentas o traspasos de depósitos a entidades de fuera de la región.

En la bolsa, la inquietud entre los inversores, golpeaba fuertemente su cotización en paralelo. Desde la celebración del 1-0, la cotización de Caixabank había caído a plomo un 7,71% en solo dos sesiones, reduciendo su capitalización en casi 1.956 millones. La sola expectativa de que mudaría el domicilio social le ha permitido, en contrapartida, recuperar hoy en bolsa un 4,93% o 1.154 millones de euros.

La entidad se había movido hasta ahora con extrema prudencia sin pronunciarse sobre el pulso independentista, hasta que la celebración del referéndum ha desbordado la intranquilidad a pie de calle y entre inversores. El cambio de sede social le permite mantenerse en el marco regulatorio del Banco Central Europeo (BCE), ocurra lo que ocurra con Cataluña.

La sujeción de un banco al paraguas del supervisor único es, en sí un certificado de que se sujeta a su regulación y contabilidad, además de poder seguir accediendo a la ventana de liquidez. Pero, principalmente, mantiene la asociación con el Fondo de Garantía de la banca, que protege los depósitos de los clientes. Si Cataluña decreta la independencia deberá replicar desde cero toda esta estructura financiera, aunque ya no es precisa para sus bancos.

Con el paso, que según fuentes del mercado se dispone a dar Caixabank, y la decisión ya firme del Sabadell de mudar su sede a Alicante, garantizan que se mantiene inalterados los esquema de protección.