El BCE amagó con un recargo de capital a BBVA durante el plan de sucesión de FG

  • El Banco Central Europeo (BCE) consiguió que Carlos Torres cediera poder al frente de BBVA tras la amenaza de elevarle los requerimientos de capital.
Sede del Banco Central Europeo
Sede del Banco Central Europeo
Efe

El Banco Central Europeo (BCE) y BBVA disputaron un duro pulso en el marco del plan de sucesión de Francisco González al frente de la entidad que no dejó plenamente satisfecha a ninguna de las partes. El banco vasco finalmente consiguió mantener la figura del presidente ejecutivo, pero con menos poder después de que el supervisor amenazara con imponerle un recargo de capital, según fuentes financieras consultadas por La Información.

El BCE es un firme defensor de una estructura de gobernanza al modelo anglosajón, con un ‘chairman’ al frente del consejo de administración que defina la estrategia a largo plazo del grupo y un consejero delegado con mando en plaza que lidere la gestión del día a día e implemente la hoja de ruta diseñada por el presidente no ejecutivo. La legislación española, no obstante, permite que los presidentes de los bancos ostenten plenos poderes, por lo que la institución comunitaria no puede imponer sus preferencias.

Fráncfort, en cambio, cuenta con un arma poderosa para hacer valer sus recomendaciones: puede elevar los requerimientos de capital de las entidades a través del Pilar 2 del proceso de revisión y evaluación supervisora (SREP, según sus siglas en inglés) y, en este contexto, fue en el que habría amagado con elevar el requisito de BBVA en 25 puntos básicos -el recargo de capital estándar del BCE, según explican las fuentes- por débil gobierno corporativo.

Al final el organismo que ahora preside Andrea Enria no aplicó este recargo y los requerimientos de capital de BBVA para 2019 se mantuvieron prácticamente intactos en el 9,26% después de que Carlos Torres, sustituto de FG al frente de BBVA, cediera poder en la cúpula en favor del nuevo consejero delegado, Onur Genç. Elevar el requerimiento hasta el 9,51% hubiera supuesto que BBVA hubiera tenido que ‘reservar’ 872 millones de capital extra.

Bajo el nuevo esquema de gobierno corporativo impulsado por el BCE en BBVA, el consejero delegado no debe reportar ante el presidente ejecutivo, sino ante el consejo de administración. Además, Carlos Torres perdió el control sobre dos áreas clave, Supervisión y Compliance y Auditoría Interna, que desde finales de 2018 dependen de todo el consejo de administración.

En el sector, en cambio, hay voces críticas en relación a que el CEO de una entidad, así como otros departamentos, deban reportar ante el consejo de administración. "No tiene sentido”, comenta un banquero de primera línea de una de las principales entidades de españa, que explica que las ‘preocupaciones’ del supervisor van “por modas” y últimamente está enfocado en el buen gobierno corporativo.

De hecho, los cambios en la cúpula de Sabadell, donde Josep Oliu ha cedido a su número dos, Jaime Guardiola, el área financiera y las cuatro direcciones de negocio principales del banco, también han sido instigados por el BCE. Además, Unicaja y Liberbank tendrán que tener en cuenta la opinión del supervisor a la hora de repartir poderes entre Manuel Azuaga y Manuel Menéndez al frente de la entidad resultante de su posible fusión.

Y es que los principios de la Autoridad Europea de Banca (EBA, por sus siglas en inglés), ahora liderada por el español José Manuel Campa, dicen que, como principio general, el presidente del consejo de administración de una entidad financiera será un miembro no ejecutivo del mismo. “Cuando el presidente asuma funciones ejecutivas, la entidad deberá contar con medidas para mitigar cualquier impacto adverso sobre sus mecanismos de control y contrapeso”, reza el artículo 36 de la guía de la EBA.

Por su parte, en la propia guía del BCE se dice que “debe existir una separación clara de las funciones ejecutivas y no ejecutivas en las entidades de crédito y que la separación de las funciones del presidente y el consejero delegado debe ser la norma” para cumplir con los buenos principios de gobierno corporativo.

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