El consejo del 'G5' de la banca rejuvenece, pero todavía supera los 61 años de media

  • Ana Botín, la presidenta más joven de la gran banca, reduce el promedio en el Santander en cinco años desde que asumió sus riendas en 2014.
Gráfico sobre las edades de los consejeros de la gran banca
Gráfico sobre las edades de los consejeros de la gran banca
Gráfico sobre las edades de los consejeros de la gran banca
 

Cuando Ana Botín llegó a la presidencia del Santander en el otoño de 2014 muchos de los miembros del consejo de administración eran los de mayor edad entre la gran banca. Desembarcó e inició un relevo generacional que ha vivido el penúltimo cambio con la salida del vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte y la exministra Isabel Tocino. En apenas tres años, la presidenta más joven de la gran banca, ha reducido desde 66,25 años hasta 61,21 la edad promedio con el progresivo relevo de la vieja guardia de Emilio Botín, y ahora podrá reivindicar frente a Caixabank o BBVA que su equipo le resulta casi coetáneo.

Al patriarca del Santander, que siguió al frente del grupo hasta rozar los 80 años, le contrariaba que se cuestionasen las avanzadas edades... propia y de colaboradores. El legendario banquero siempre se sacudía la incómoda pregunta sobre su jubilación con una defensa radical del error de poner fecha de caducidad al talento y despreciar la mochila de experiencias e influencia tan preciada para un banco de prohombres, aunque fueran septuagenarios.

Pero el relevo generacional se va imponiendo, y no solo en el Santander, por razones poderosas como incorporar los perfiles que la banca necesita para dar el salto digital, aunque aún hoy el promedio de edad de los consejeros del ‘G5’ de la banca sigue aupado por encima de los 61 años.

A un extremo ha quedado Caixabank, con 62,66 años promedio; y al otro Bankia, con 60,2 años, favorecida quizá porque ya diseñó desde cero el consejo cuando José Ignacio Goirigolzarri asumió el timón en 2012 y se removieron los órganos de administración existentes en el momento de la nacionalización, algunos de fichajes de Rodrigo Rato y muchos de su antecesor en Caja Madrid Miguel Blesa y de las otras cajas de la fusión.

El grupo cántabro aún conserva algunos de los vocales más longevos de toda la industria: el empresario y accionista del banco Juan Miguel Villar Mir cumplió 86, y Guillermo de la Dehesa cuenta con 76; solo superado por John Sherpard Reed (78), el expresidente de Citigroup y de la Bolsa de Nueva York que Caixabank reclutó en 2011. Pero también de los jóvenes: el hermano de la presidenta Javier Botín-Sanz tiene 44 y solo supera al vocal del Sabadell, José Luis Negro (41), consejero delegado del Grupo Planeta y accionista de la entidad.

El Banco Central Europeo (BCE) ha convertido la gerencia en un punto prioritario de la supervisión hasta el punto de examinar, incluso en el idioma inglés, a los candidatos para puestos ejecutivos y al consejo. Su obsesión por filtrar perfiles hasta comprobar que saben del negocio financiero y aportan, con su experiencia, la mayor diversidad posible de experiencia en múltiples áreas ha contribuido a azuzar la mutación de este órgano de administración.

El supervisor europeo no ha fijado límites específicos para un retiro, aunque no le gusta que acumulen altas edades bajo la tesis de que deben fajarse en los temas que traten, dedicando tiempo al consejo y cobrando por ello. Su foco es acabar con lo de firmar cualquier propuesta sin debates hasta el punto de haber convertido en herramienta de supervisor infiltrarse en algunas reuniones para chequear su funcionamiento.

Solo BBVA tiene edad de retiro para el consejo

Ninguno de los grandes bancos tiene topada la edad, salvo BBVA, según detallan en los últimos informes de buen gobierno registrados en CNMV y correspondientes a 2016. Los estatutos del grupo azul fijan en 75 el momento del retiro de los consejeros, algo que ha devuelto el foco a Francisco González, a la sazón el presidente más longevo en este momento de la gran banca.

Mientras el Santander de Emilio Botín fulminó los 72 años fijados en estatus cuando se fusionó en 1999 con el BCH en 2002 -de no haberlo hecho habría tenido que retirarse cuatro años después-, BBVA establecía el tope. Se fijó 70 años y, después de dos reformas que permitieron a Francisco Gonzalez prorrogar mandato desde el 2013, ahora se enfrenta al retiro cierto en marzo de 2019, salvo nueva enmienda.

El debate sobre la oportunidad de fijar jubilaciones siempre ha estado en el aire. Hay que remontarse a 1977 para encontrar el primer intento serio de un Gobierno a fijar -en 65- la edad tope de los consejeros en la banca, frustrado por la fuerte resistencia del sector. La tentación a aferrarse al cargo ha ocasionado algunos ‘derrocamientos’ vía BOE, pero solo en antiguas cajas de ahorros, ya que los bancos tienen accionistas. Caixabank es el ejemplo con el ‘retiro’ de hasta tres presidentes con cambios de normas.

No es la situación actual. Los consejos mantienen aún muchos vocales con 60 años cumplidos, pero lse rejuvenece porque los nuevos gestores, nacidos en el ‘baby boom’ -década de los 60- buscan colaboradores que compartan generación y perfiles nuevos. Casi todos dominan el inglés, acumulan posgrados y han pasado por varias empresas, muchas multinacionales, y no hay consejo que pueda mantenerse al margen de incorporar expertos tecnológicos si busca abrazar la digitalización.

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