El Frob pide proteger los depósitos de empresas en caso de 'liquidar' un banco

  • Ponce demanda que los ahorros de las grandes compañías tengan prelación de cobro, como el de particulares o pymes, frente a otros acreedores.
El FROB, "razonablemente satisfecho" por la resolución de Popular, aunque pide mejorar el sistema
El FROB, "razonablemente satisfecho" por la resolución de Popular, aunque pide mejorar el sistema
EUROPA PRESS

La asfixia del Popular se precipitó en los últimos días, agravada por la huida de fondos de empresas e instituciones. La versión oficial es que sus reembolsos se activaron con el deterioro de las calificaciones crediticias al banco por política de tesorería frente a especulaciones sobre una estampida para no quedar ‘pillados’ en caso de tener que liquidarse la entidad. Sea como fuere, el presidente del Fondo de Reestructuración (Frob), Jaime Ponce, puso ayer el foco sobre el riesgo reclamando mayor protección para los depósitos de grandes empresas.

La propuesta del que fuera subdirector general de Legislación y Política Financiera del Ministerio de Economía antes de recalar al frente del Frob es modificar la ley de concursos de acreedores para equiparar dichas imposiciones a los depósitos de particulares y pymes en el orden de prelación de cobro. “De modo que estos depósitos tuvieran un privilegio sobre los demás acreedores ordinarios, como ya ocurre en otros países”, defendió durante su comparencia en la Comisión de la Crisis Financiera del Congreso.

Con el cambio de guión regulatorio en Europa tras enterrar miles de millones de euros de contribuyentes en bancos insolventes, las nuevas normas dejan expuestos dichos patrimonios en caso de tener que socorrer a la entidad que se los administra. La ley nacida bajo la máxima de evitar nuevos recargos al Erario establece que si una entidad entra en un proceso de liquidación, al menos el 8% mínimo de su deuda deberán costearlo sus accionistas con cargo al capital y mediante quitas al resto de acreedores.

El orden de prelación de tener que arrimar el hombro contra sus inversiones arranca en los accionistas; seguido por productos híbridos (preferentes y deuda subordinada); deuda junior; deuda sénior; el dinero en depósitos de grandes corporaciones que exceda los 100.000 euros, y el perteneciente a particulares y pymes a partir de cierto umbral. El Fondo de Garantía protege por igual al ahorro hasta dicha cuantía, seal cual sea el tipo de titular.

La diferencia surge en la ventana de recuperación del dinero. En la transposición de la directiva europea sobre resolución se dio un tratamiento privilegiado a hogares y medianas compañías, al establecer que si un banco cae, los primeros recursos que se obtienen durante su liquidación irá a cubrir los 100.000 euros anticipados por el Fondo de Garantía; seguido por dichos depósitos. La ley 11/2015 dejó, sin embargo, los correspondientes a grandes empresas en una prelación inferior, junto al resto de acreedores.

El dinero es huidizo ante el riesgo y en el caso de los bancos una salida incontrolada puede agravar el problema y provocar, incluso, una situación sin retorno como se ha constatado con el Popular. En poco más de un mes, entre el 1 de mayo y su intervención el 6 de junio, salieron de sus balances 10.977 millones de euros y casi 3.000 de ellos lo hicieron la víspera de declarar al BCE que no podría abrir sucursales y atender a sus compromisos al día siguiente. En ese instante le quedaba apenas un cuarto de la hucha requerida por el supervisor, frente al 74,4% contabilizado el 31 de mayo, siete días antes.

Entre los clientes que retiraron o consumieron millonarias sumas de dinero en los meses previos al colapso figuran organismo como la CNMC, la Tesorería General de la Seguridad Social, la Comunidad Autónoma de Canarias, Red Eléctrica Española, Allianz o Seitsa.

Arsenal para frenar la garantizar la liquidez

Si bien Ponce no vinculó su demanda de reforzar la prelación concursal con el caso específico del sexto banco español, dicho aspecto y la misma gestión de liquidez se ha convertido en un asunto a resolver a raíz del Popular. El presidente del Frob reconoció que la entidad se libró de ir al concurso de acreedores porque el Santander tuvo capacidad para regar sus cañerías de manera expeditiva con una liquidez que no tenía.

Sobre este extremo, el Frob, y la Junta de Resolución Europea, demandan al unísono arbitrar un sistema que, al menos, permita congelar los pagos de clientes cuando ya se ha detonado el botón de resolución de una entidad para no tener que volver a ejecutarla a contrarreloj, con los riesgos que eso entraña -en tan corto plazo solo el Santander estuvo en disposición de formular oferta, pero pudo no haberlo hecho, o haber sido un concurso más concurrido de oferentes de disponer de tiempo-.

Aquí la Comisión Europea sopesa permitir ciertos corralitos para estas situaciones puntuales, pero la banca ha puesto el grito en el cielo porque sembrar riesgos a los depósitos los podría ahuyentar en entidades que el mercado señale como menos robustas.

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