El Gobierno reduce a 50 euros la pérdida al cliente por el uso ilegal de su tarjeta

  • El Anteproyecto de Ley de Servicios de Pago crea un marco integrado de este tipo de servicios en la UE para hacer frente a los retos de internet. 
Tarjetas de débito y crédito
Tarjetas de débito y crédito

El Consejo de Ministros ha aprobado el Anteproyecto de Ley de Servicios de Pago con el que se traspone la Directiva europea 2015/2366. La nueva normativa, conocida como PSD2, crea un marco integrado de este tipo de servicios en la UE y pretende hacer frente a los nuevos retos y cambios planteados en la operativa con tarjeta a través de internet o móviles así como reforzar la seguridad en los pagos electrónicos.

Por otro lado, se reduce de 150 a 50 euros las pérdidas máximas que un cliente deberá asumir en el caso de que se produzca una operación de pago no autorizada como consecuencia del uso fraudulento, extravío o robo de la tarjeta u otro instrumento de pago. Y se reduce el plazo de respuesta para la resolución por parte de las entidades de las reclamaciones de los usuarios de servicios de pago (a 15 días, frente a los dos meses que se establecía anteriormente).

La directiva europea también va a introducir otras novedades. En primer lugar, se va a dar cabida a dos nuevos servicios de pago. Por un lado, a los servicios de iniciación de pagos, que son intermediarios, generalmente entre comerciantes y consumidores, que garantizan el pago del consumidor al comerciante directamente, constituyendo una alternativa a los pagos con tarjetas. A estos se suman, por otro lado, los servicios de información sobre cuentas (agregadores de cuentas), que son entidades que consolidan toda la información de las diversas cuentas que tiene abiertas un usuario en diferentes entidades y la clasifican por categorías (categorías de gasto o de ingresos, por ejemplo).

Así, la nueva regulación europea en materia de pagos conlleva cambios fundamentales en la industria al dar acceso a terceros a la infraestructura de los bancos. La PSD2 regula, de hecho, el acceso de terceros a las cuentas de los clientes de los bancos, bien para agregar la información (agregadores de cuentas) o bien para el inicio del proceso de pago (iniciadores de pago), en nombre y previa autorización del cliente. A su vez, con el objetivo de mejorar la seguridad, la normativa incluye como novedad la exigencia de una autenticación reforzada del cliente en el acceso online a cuentas.

Pero el Gobierno ha querido ir más allá de la trasposición y ha establecido la obligación de todo empresario o profesional de ofrecer a los consumidores la posibilidad de utilizar algún instrumento de pago sujeto a esta ley, como alternativo al dinero en efectivo, en transacciones cuyo importe supere la cantidad de 30 euros. El instrumento de pago disponible habrá de anunciarse en algún lugar visible del local, establecimiento o instalaciones del empresario o profesional.

Adicae echa en falta un límite a las comisiones

Adicae ha criticado que el anteproyecto de ley aprobado este viernes en Consejo de Ministros y que traspone la directiva PSD2 no establezca limitaciones ni regule las comisiones que se cobran en los servicios de pago. De acuerdo con la asociación, las comisiones de las tarjetas de crédito son más caras en España que en el resto de Europa, "en algunos casos con diferencias abismales de hasta el 78% más que la media de los países más ricos de Europa, donde en algunos casos no cobran comisión alguna".

Además, Adicae cree que en la norma "faltan soluciones jurídicas para problemas concretos que han perjudicado a los consumidores" como las tarjetas revolving, que pueden llegar a tener intereses de hasta el 27%. No obstante, la asociación valora positivamente la iniciativa de prohibir los recargos impuestos al consumidor o limitar a 50 euros el máximo que asume el cliente en caso de dinero extraído sin autorización.

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