El Santander vira la '123': baja el ahorro retribuible y espolea el uso de las tarjetas

  • El banco disminuye de 15.000 a 10.000 el ahorro tope retribuible al 3% por el escenario de bajos tipos y añade descuentos al pagar con 'plásticos'
Ana Patricia Botín
Ana Patricia Botín
L.I.
Ana Patricia Botín
Ana Patricia Botín, la presidenta de Banco Santander. / L.I.

El Santander da una nueva vuelta de tuerca a su estrategia ‘123’ para espolear los ingresos en un escenario de tipos a ras de suelo. El banco quita de alguna forma brillo al producto porque reducirá desde 15.000 a 10.000 euros el ahorro máximo remunerable al 3%, pero incorpora al tiempo descuentos en las tarjetas, alentando su uso en detrimento de los pagos en efectivo.

Se trata del segundo cambio de relieve aplicado al producto que importó en mayo de 2015 de Reino Unido y hace justo un año impuso como exigencia al cliente disponer de, al menos, una tarjeta de crédito para beneficiarse de sus ventajas, con el peaje, en contrapartida, de pagar tres euros mensuales adicionales por suscribirla.

La entidad presidida por Ana Botín justifica el descenso en 5.000 euros del saldo retribuible como “respuesta al prolongado escenario de tipos de interés en mínimos históricos”. El euríbor se mueve, de hecho, en el 0,19% y, de promedio, la banca apenas remunera al 0,10% el ahorro nuevo de clientes en depósitos.

Dos cambios desde que lanzó la estrategia en 2015

El giro afecta al gancho de las altísimas remuneraciones del ahorro con el que rompió el mercado con una oferta que hoy continúa siendo la más atractiva. El banco lanzó la estrategia ‘123’ en España hace dos años y medio como el propósito clave de vincular clientes, dado que, según sus propios cálculos, un usuario con mayor relación comercial renta cuatro veces más que uno inactivo.

La cuenta estrella remunera al 3% los saldos entre 3.000 y 15.000 euros (el máximo retribuible bajará a 10.000 euros cuando entren en vigor las nuevas condiciones el próximo mes de febrero). Aquellas imposiciones con entre 2.000 y 3.000 euros los remunera al 2%; y al 1% los saldos comprendidos entre 1.000 y 2.000 euros. Para beneficiarse de obtener sus beneficios, exige domiciliar los ingresos de nómina o pensión, tres recibos y realizar seis movimientos al trimestre; al menos uno de ellos con tarjeta de crédito sin incluir la extracción en cajeros.

Uno de los criterios ideados para precisamente mejorar la vinculación son la domiciliación de facturas, algo que alienta con una devolución en efectivo de dichos cargos de entre el 1% y 3% dependiendo del tipo de recibo -gastos del hogar como agua, luz, teléfono; o seguros, tributos, etc-. También fomenta la contratación del mayor número posible de productos con el banco. El tope a estos reembolsos lo sitúa en 110 euros por mes.

La ‘123’ apostó de forma clara por fomentar las tarjetas hace un año y ahora acentúa la iniciativa, bonificando su uso. Una estrategia en la que se encuentran volcados la mayoría de las entidades financieras para elevar los ingresos recaudados por comisiones en los comercios cada vez que aceptan un pago con ‘dinero de plástico’.

Con las nuevas reglas incorpora bonificaciones especiales en la tarjeta ‘Mi Otra 123’: permitirá al titular ahorrar el 1% en compras en supermercados, el 2% en gasolineras y el 3% en las compras online; y librará de la comisión de retirada de efectivo al cliente en sus más de 30.000 cajeros en todo el mundo. Desde que lanzó la estrategia, el banco ha aumentado un 70% el número de clientes vinculados.

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