Gayoso culpa a la Xunta de dañar las cajas gallegas con la fusión que ni quería el BdE

  • El exbanquero admite que fue un error no cerrar sucursales deficitarias, endurecer el crédito o frenar la expansión antes de que estallase la crisis. 
Julio Fernández Gayoso.
Julio Fernández Gayoso.
EFE

El expresidente de NovaCaixaGalicia -germen de la actual Abanca- culpó hoy a la Xunta de dañar a las cajas de la región con una fusión forzada que ni siquiera quería el Banco de España. Julio Fernández Gayoso acudía a la Comisión que investiga en el Congreso la crisis financiera y económica. Aprovechó para hacer un ejercicio de “autocrítica” por los “errores y equivocaciones” cometidas al frente de la entidad, aunque cargó al Gobierno la responsabilidad de apostar por el peor de las soluciones creando una Novagalicia que tuvo que ser rescatada con una inyección de 9.000 millones irrecuperables.

“Yo estaba en contra de la fusión, pero quien tenía que tomar la decisión son los órganos de gobierno que unánimemente se encontraban alineados con esa postura”, refirió. “¿Qué pensaba el Banco de España? Exactamente lo mismo que opino yo”, sostuvo, aludiendo a que estaba siendo auspiciada desde el Ejecutivo gallego.

El veterano banquero, condenado por aprobar como miembro del consejo jubilaciones de Oro para algunos de los ejecutivos de la entidad aunque excarcelado por la Audiencia Nacional por razones de salud y su avanzada edad -cuenta con 86 años- se opuso en su día a unir la Caixanova que presidía con Caixa Galicia. “Era la peor de las soluciones posibles” porque en la unión de entidades que ocupan durante más de 100 años el mismo territorio, “es imposible evitar que haya duplicidades” de centros y obliga a sacrificar miles de empleos y cientos de oficinas.

“Una fusión intrarregional es, en mi modesta opinión, la solución más traumática de todas: acabas mandando a casa a miles de empleados”, cierras cientos de sucursales, servicios centrales y acaba “en una reducción de negocio”, porque exige reducir crédito a empresas que son clientes de ambas entidades y el ahorrador buscará repartir sus depósitos en entidades distintas. “Se produce caída del crédito, de depósitos, de resultados y de la Obra Social y esto es muy grave porque en una caja de ahorro porque se daña de forma irreversible”. ¿Cuál era la solución? “La que aplicaron todas las cajas sin excepción: unir entidades de distinto territorio (...) eso es lo que ha hecho que sigan vivas”.

Es la segunda vez que Gayoso comparece en el Congreso para rendir cuentas sobre la fallida fusión de las cajas gallegas, que acabaron nacionalizadas y con el negocio escindido en Evo Banco y NCG o Novagalicia (hoy Abanca), para su adjudicación posterior en subasta pública. Como en la anterior ocasión mostró distanciamiento con la fusión recordando su oposición, subrayando que pese a ejercer la presidencia era “no ejecutivo” y con una defensa férrea del estado en el que se encontraba la entidad que él presidía, insinuando que acabaría arrastrada por los riesgos de Caixa Galicia.

"Pido perdón de todo corazón"

“Solicito su comprensión y su perdón de todo corazón”, pidió a la Camara al iniciar la intervención, en un ejercicio de autocrítica por los errores “que haya podido cometer” entre los que incluyó la venta de preferentes -subrayó, sin embargo, que NovaCaixa apenas tenía 300 millones y era un producto que suscribió su plantilla y familiares- o no haber anticipado la crisis. El banquero reconoció que, visto el crash inmobiliario, la entidad debería haber endurecido las condiciones del crédito, ajustado los servicios centrales o frenado la expansión para ahorrar costes y clausurado sucursales no rentables, si bien es algo que ninguna caja se planteaba porque en su ADN social está la inclusión financiera y las sucursales deficientes son las desplazadas en las pequeñas localidades.

Gayoso defendió que Caixanova, a diferencia de otras entidades, había empezado el trabajo porque apenas un 21% del préstamo eran promotor, había limitado la expansión del crédito al 9% en 2008 y al 1% en 2009, víspera de una fusión que se cerró a finales de 2010, y la morosidad era del 4,8% con una hucha de dotaciones que cubría al 80% la exposición dañada. “Nuestros balances habían sido inspeccionados por el Banco de España unos meses antes de la fusión (...) y Deloitte aprueba sin salvedad” y en los últimos cuatro años, entre 2006 y 2008, “logró 100.000 millones de pesetas de beneficios”.

Me acuso aquí de no haber ido mucho más aprisa y antes en la exposición internacional”, refirió. En contra de las críticas sobre la ambición expansiva desaforada de las cajas, defendió que la banca dió “un baño” a las entidades de ahorro porque al salir al exterior diversifica las fuentes de captación de negocio y los riesgos. Caixanova tenía oficinas en EEUU, siete países de Europa, Argentina, Brasil y México.

En la comisión ha comparecido también Francesc Gibert Pibernat, consultor de KPMG y coautor del informe encargado para la creación de Novagalicia. El experto coincidió con que el mandato del proyecto llega de parte de la Xunta, que una vez elaborado pedirá que lo presente al Banco de España. El estudio preliminar, al que luego sucedería otros en profundidad, concluía que la entidad sería “rentable y sostenible en el tiempo” en un periodo de cinco años, si bien la fusión supondría sacrificar el 20% de las sucursales y el 17% de la plantilla, refirió. Según Gibert, lo que no se contempló porque nadie lo esperaba era el recrudecimiento de la crisis o la doble recesión, y el endurecimiento de la regulación que multiplicó los requerimientos de capital a la banca.

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