Inciarte, último hombre de Emilio Botín, se fue con 48 millones para pensiones

  • El banco sube el sueldo a Echenique de 1,5 a 1,8 millones por sumar Popular a sus tareas. Cuando Ana Botín se marche debe estar disponible 4 meses.
Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente de Banco Santander
Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente de Banco Santander

Tras más de tres décadas volcado en el Santander, Matías Rodríguez Inciarte salió en la última remodelación del consejo del banco que tenía constituido en su favor una hucha en pensiones de 48,2 millones de euros y otra póliza de vida a su favor por 5,1 millones. Se trata del último de los estrategas o colaboradores más estrechos de la cúpula de Emilio Botín en dejar el máximo órgano de administración, simplemente por edad. Ocurrió en noviembre de 2017, dos años después de que saliera su hermano Juan Rodríguez Inciarte, el ejecutivo en cuyas manos puso el legendario banquero las incursiones y alianzas internacionales.

Su ‘confortable’ retiro está en línea con salidas de otros banqueros y con menos años de dedicación, simplemente por edad. El ex consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, por ejemplo, fue relevado en el puesto por Carlos Torres en 2015, dejando el grupo con 54 años y una indemnización de unos 45 millones.

Rodríguez Inciarte cumplirá, en cambio, 71 años este ejercicio. Y no se desliga del todo del grupo cántabro porque asumirá la vicepresidencia de Universia y la presidencia del Santander Universidades, dependiendo directamente de Ana Botín. El alto ejecutivo representa también a la entidad en los consejos de la financiera UCI y la de El Corte Inglés.

Angel Ron dejó el Popular con un derecho de pensión de 8,2 millones instrumentado bajo un fórmula de renta variable que ha conducido al Santander a bloquearlo, siguiendo las recomendaciones del BCE y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) de impedir su abono cuando el banco entra en pérdidas o va a resolución. Una decisión que ha extendido a sus ejecutivos -a su consejero delegado, Francisco Gómez, le correspondía 5,7 millones- y los que entraron con Emilio Saracho.

La mayor hucha casi quince años después continúa siendo la del exconsejero delegado del Santander, Ángel Corcóstegui, al que le correspondió 108 millones; superior incluso a los 88 millones de Alfredo Sáenz, el timonel del grupo de Emilio Botín, y los 69 millones del presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, cuando dejó BBVA. Otro exSantander, el ejecutivo de Botín en Latinoamérica, Francisco Luzón, recibió 56 millones.

Su uso comenzará a activarse casi ahora dado que Rodríguez Inciarte fue vicepresidente hasta el pasado 28 de noviembre, percibiendo 3,14 millones en sueldo y bonos por su dedicación en el ejercicio, ligeramente inferior a los 3,32 millones recibidos el año previo. Se trata, en cualquier caso, de la tercera mayor compensación en el grupo después de los 5,68 millones devengados en favor de Ana Botín y los 4,97 millones a su consejero delegado, José Antonio Álvarez, según detalla el banco en el Informe Anual de Retribuciones.

Subida de sueldo a Echenique

La entidad decidió algunos cambios retributivos el pasado año. Quizá el más significativo es una subida del sueldo fijo de Rodrigo Echenique desde 1,5 a 1,8 millones de euros. La razón es que vicepresidente y consejero ejecutivo del Santander y estrecho colaborador de Ana Botín, es la persona a la que ha encomendado reflotar el Popular. El aumento lo justifica el banco precisamente en el mayor esfuerzo al ampliar responsabilidades.

Este año el grupo reducirá las aportaciones al plan de pensiones de Ana Botín y el consejero delegado, que ya acumula una red de 45,79 y 16,15 millones, respectivamente; incrementando proporcionalmente su salario fijo sin aumento del coste para el Santander.

Ambos recibirán una compensación salarial extra y no consolidable a efectos de pensiones por la decisión del banco de suprimir el régimen complementario para los supuestos de fallecimiento (viudedad y orfandad), aunque continuarán protegiendo tales eventualidades con la contratación de una nueva póliza de seguros a su favor.

Ninguno cuenta, eso sí y en contraste con otros grandes bancos, con posibles indemnizaciones en caso de cese; sino el derecho a compensaciones señalado y construído con un modelo parecido al de la antigua cúpula del Popular donde el grupo podría quitarles el devengo y solicitar devolver el dinero en caso de graves dificultades de la entidad (la cláusula bonus malus). El contrato de Ana Botín exige que en el momento que vaya a abandonar sus responsabilidades tenga que permanecer cuatro meses al servicio del banco para facilitar la sucesión.

Mostrar comentarios