La secesión cortaría el grifo del crédito de la banca catalana en 80.000 millones

  • Las entidades que operan en Cataluña disponen de activos por dicho importe para solicitar liquidez al BCE, que se anularía con la independencia.
Sede de CaixaBank en la avenida Diagonal de Barcelona.
Sede de CaixaBank en la avenida Diagonal de Barcelona.

Una hipotética independencia cortaría el grifo del crédito a familias de Cataluña por parte de los bancos en 80.000 millones de euros. La cifra, facilitada por fuentes del Gobierno a La Información, demuestra que otra de las consecuencias de una secesión unilateral no reconocida por la Unión Europea sería que el Banco Central Europeo (BCE) cerraría el acceso a la liquidez de los catalanes de manera inmediata.

En otras palabras: una ruptura con el euro significaría que los activos que la banca tiene en Cataluña dejen de valer para descontarlos en la ventanilla del BCE. Afectaría a todas las entidades con operativa allí y no solo a Caixabank o Sabadell, sino también al resto de banca nacional y extranjera. Solo en créditos, el sector tenía 233.639 millones de euros concedidos en Cataluña a finales de marzo, según las estadísticas del Banco de España.

Los 80.000 millones de euros es la cantidad de colateral que el BCE tiene destinada a la liquidez que los bancos que operan en Cataluña pueden facilitar a clientes particulares. Una independencia, por tanto, provocaría una "contracción del crédito brutal" debido a que la región quedaría fuera de la zona euro y Fráncfort cortaría inmediatamente la relación recíproca. El BCE, además, no consideraría elegibles los activos de Cataluña.

El flujo de financiación a la economía productiva y las familias es imprescindible para consolidar y reforzar la reactivación económica, además de una operativa clave que buscan impulsar las entidades financieras para recuperar la aún frágil rentabilidad. Todas las entidades se afanan, sobre todo, en prestar a familias y pymes para recomponer sus estrechos márgenes.

Los bancos catalanes, eso sí, no están obligados a utilizar de estos 80.000 millones del BCE, sino que se trata de unos activos a su disposición por si requieren hacer uso de liquidez. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya aseguró esta semana en el Senado que no se imaginaba a una Cataluña fuera de estas condiciones que sí tienen como comunidad económica perteneciente a España.

La financiación al consumo aplica un interés medio en las nuevas operaciones del 8,79% TAE -incluye comisiones-; para autónomos, micropymes y empresas oscila entre el 3,04% y 1,90% en función de su dimensión, y en préstamos a viviendas se reduce al 2,26%, según los últimos datos del Banco Central Europeo (BCE). Son los precios más económicos a los que hogares y familias han tenido acceso nunca gracias a que el precio del dinero se encuentra a ras de suelo y a las medidas instrumentadas durante la crisis por el BCE para espolear el crecimiento de la economía.

En plena crisis el grifo del crédito se secó ante la dificultad de la banca a acceder al mercado y el organismo dirigido por Mario Draghi abrió líneas finalistas, donde casi a un precio cero facilita liquidez a los bancos para que los otorguen a familias y empresas. Su no concesión está penalizada con una mayor interés.

Luis de Guindos y Mario Dragui.
Luis de Guindos y Mario Dragui.

Estos programas, donde se excluye la financiación al ladrillo, han contribuído a que, con la reactivación económica, la nueva concesión crezca a doble dígito. El stock en cartera aún cae en términos interanuales por el proceso de desapalancamiento de compañías y particulares, con especial intensidad en Cataluña desde que se intensificó el pulso soberanista.

En líneas generales, la financiación en Cataluña cae el doble que en toda España desde que se anunció el 9N. El crédito en manos de familias y empresas ha disminuido un 21,35% en la autonomía desde finales de 2013 frente al 11,7% de contracción sufrido en la cartera global de la banca en toda España.

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