La sombra del 'corralito' amenaza los ahorros de Cataluña si rompe con la UE

  • Una declaración unilateral de independencia le expulsaría del euro, con el riesgo de que la divisa que acuñe se devalúe y provoque iliquidez.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont
EFE

Es una palabra “tabú” porque su impacto sería impredecible y la banca descarta que vaya a ocurrir: el temido corralito. Pero su sombra amenaza los ahorros en Cataluña si se concreta la ruptura de la zona euro después de la declaración unilateral de independencia. Un peaje del que es plenamente consciente el Govern, puesto que es uno de los riesgos sobre los que alertó ya en 2013 un informe creado para la Generalitat por el Consejo Asesor de la Transición Nacional (Catn).

El documento firmado por 15 expertos, que aconsejaban ir por la vía de la negociación en lugar de forzar la secesión, pronosticaba una eventual “gran inestabilidad financiera” con “la posibilidad de un corralito” al estilo Argentina de salir expulsado del euro.

La lógica de esta predicción es que estaría obligado a acuñar moneda propia y, ante la presumible depreciación de su valor, se dispararía el riesgo a que las autoridades restringiesen la disposición de fondos si detectan reembolsos masivos para evitar que el dinero, simplemente, valga menos.

Bajo ese escenario hipotético la tentación de disponer de fondos se exacerbaría si, como ocurrió en el país latinoamericano, los ahorros quedan redenominados en la divisa de nueva emisión mientras la deuda permanece valorada en euros, causando un perjudicial desbalance entre lo que ese tiene de patrimonio y lo que se debe. Para evitar que la retirada masiva de fondos diese al traste con el sistema cuando esta situación se declaró en Argentina, el Gobierno de Fernando de la Rúa restringió las extracciones de dinero durante meses.

Riesgo a reembolsos si debe acuñar una divisa

El ejemplo más reciente y cercano de ‘corralito’ lo vivió Grecia en 2015, aunque por razones bien distintas. El Ejecutivo heleno de Alexis Tsipras bloqueó cuentas y cerró sucursales de las entidades financieras de forma temporal para evitar un pánico bancario antes de la celebración del referéndum sobre una propuesta para exigir quitas en su deuda a los acreedores. Ganó el referéndum, pero acabó aceptando las imposiciones de la Comisión Europea, el BCE y el FMI para obtener un nuevo rescate del país. Cesión previa a convocar elecciones anticipadas.

Si la desconexión catalana cuaja, la región pasaría de figurar entre las más prósperas de Europa a sufrir un desplome acusado en actividad y riqueza, según informes internos que las principales corporaciones del Ibex 35. Y esa pérdida de vigor se recogería en la divisa, al margen de que sus autoridades pudiesen o no buscar una devaluación monetaria para reactivar la economía. La depreciación que los estudios barajados por las empresas del Ibex estiman llegaría hasta el 50%.

El temor a sufrir perjuicios en el ahorro disparó ya la incertidumbre entre la clientela tras la celebración del referéndum del 1-O y los bancos reaccionaron al instante con el traslado de la sede fuera de Cataluña. El Sabadell fue el primero en dar el paso el pasado 5 de octubre, seguido por Caixabank, Banco Mediolanum o Arquia Banca y un largo etcétera de compañías de seguros, firmas de inversión y gestoras.

El miedo obligó a mover sedes sociales

Sacar el domicilio social asegura que, con independencia del devenir de los acontecimientos en Cataluña; el ahorro seguirá protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos y la entidad bajo el marco de seguridad jurídica del Banco Central Europeo (BCE) y la autoridad bancaria (EBA).

Los bancos desvelaban esta semana durante sus presentaciones de resultados que el traslado sofocó sus inquietudes y estaban recuperando los ahorros que habían salido. En el caso de aquellos clientes con reservas las sucursales radicadas en Cataluña están facilitando el movimiento de ahorros fuera de la región a sucursales del mismo banco pero radicadas en otras comunidades autónomas con la apertura de las denominadas 'cuentas espejo'.

Los corralitos no están en el escenario con que trabajan los banqueros porque niegan la mayor: la independencia real de Cataluña. Si no se reconoce su declaración de desconexión tampoco cambiaría de facto la divisa. Sin embargo, el dinero es miedoso y, ante la incertidumbre, es factible que continúe la apertura de las 'cuentas espejo' mientras se prolongue la inestabilidad política.

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