Los minoristas deberán autorizar la venta de productos complejos con manuscritos

  • Las entidades de crédito también deberán advertir del riesgo de pérdidas de productos que pueden verse afectados por procesos de recapitalización.
Sebastián Albella
Sebastián Albella
EFE

Las entidades financieras deberán obligar a los clientes minoristas a reconocer por escrito que están adquiriendo instrumentos "difíciles de entender" y que no son adecuados para su perfil de inversión en la comercialización de productos especialmente complejos.

Así lo recoge una circular aprobada esta semana por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que establece nuevas advertencias sobre productos especialmente complejos y con capacidad de absorción de pérdidas.

La norma obliga a que los clientes escriban, de forma manuscrita, la expresión: 'producto difícil de entender. La CNMV considera que, en general, no es conveniente para inversores minoristas', cuando se les coloquen productos especialmente complejos cuyo nivel de riesgo no sea adecuado para ellos.

El organismo que preside Sebastián Albella entiende como productos especialmente complejos los CFD y las operaciones binarias, los instrumentos de deuda que computan como recursos propios de las entidades -como CoCos, preferentes o algunos tipos de deuda subordinada (AT1 y AT2)- y algunos productos estructurados complejos y derivados OTC.

Adicionalmente, la norma aprobada por el supervisor de los mercados españoles obligará a las entidades de crédito y a las empresas de servicios de inversión a advertir del riesgo de pérdidas que entrañan los instrumentos, que pueden verse potencialmente afectados por un ejercicio de recapitalización interna ('Bail-in'), como las acciones, y de la existencia de diferencias significativas entre el importe efectivo al que se realiza la compra o venta con el cliente y el valor estimado del producto.

La circular, compatible con la Directiva MiFid II, entrará en vigor tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y su tramitación ha incluido informes de la Comisión Europea, el Consejo de Estado y el Comité Consultivo de la CNMV.

Para los instrumentos adquiridos con anterioridad a la entrada en vigor de la norma, las entidades deberán realizar las advertencias requeridas en el primer extracto de posición que se remita a los inversores, aunque este aviso deberá efectuarse solo una vez.

Según fuentes de la CNMV, la norma busca anticiparse a posibles periodos en los que disminuya el apetito del mercado y en los que las entidades podrían intentar comercializar productos complejos entre inversores minoristas.

De hecho, recuerdan que, desde 2012, las colocaciones de este tipo de instrumentos están dirigidas a inversores institucionales en las que el pequeño inversor no tiene acceso.

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