Hace justo un año el Santander presentaba en sociedad un Openbank reinventado: el decano de la banca directa se tornaba 100% digital, con la infraestructura tecnológica alojada en la nube y decidido a usar la inteligencia artificial para hacer negocio con ofertas a medida. Su refundación escondía la carta de ser pasarela de expansión en países conocidos y quizá también otros por explorar. La internacionalización cuajará antes de un año porque ya tiene marcado en calendario irrumpir en Argentina en junio de 2019, pudiendo pisar antes otro mercado.
Al mando del proyecto se sitúa Federico Procaccini, el ingeniero industrial que dirigía Google en aquel país y con amplia experiencia en ventas gracias a haber ejercido antes cargos de responsabilidad en MercadoLibre, una especie de ebay latinoamericano, o Zara. No es el único argentino y con perfil más ‘tech’ que bancario en la filial. De hecho, el primer ejecutivo de Openbank es Ezequiel Szafir, a quien el Santander arrastró desde la vicepresidencia de Amazon Europa.
Argentina es la puerta de entrada elegida para estrenarse en Latinoamérica, donde cuenta desde hace tiempo con marca registrada en México y Chile -también en Estados Unidos-. No tiene por qué ser dicho país el primero que pise más allá de España, aunque sí es el primero cuya estrategia acaba de descubrir el grupo financiero en su 'XVII Encuentro Santander-América Latina: Transformación Digital' celebrado en Londres con medios de comunicación de la región.
Su pretensión es que Openbank y el Santander rivalicen en el mercado como ocurre aquí, con una oferta global de productos y servicios. Aún siendo cien por cien online, sopesa dotarse de una oficina central para atender a un cliente muy acostumbrado al pago en metálico por lo que se apalancará además en el grupo para poder darles acceso a sus cajeros automáticos. Sin embargo, la prioridad estratégica mira al gigantesco caudal de argentinos no bancarizados, según recoge el diario Infobae. Casi la mitad de los ciudadanos carece de cuenta pero muchos son usuarios activos de smartphones abriendo una oportunidad clara a un banco digital que mira, sobre todo, a la población más joven.
Openbank fue la entidad que introdujo en España la banca telefónica en un lejano 1995. En 2017 se reivindicó como el primero nacional cien por cien digital al permitir abrir cuenta y contratar sin mediar desplazamientos a sucursales. Una condición que le permite ser atrevido en los precios con su ofertas. Ayer mismo abarató la hipoteca a tipo variable fijando el diferencial sobre el euríbor al 0,89% para clientes muy solventes porque exige que solo precisen financiar el 50% del valor del inmueble. En aquellos casos que financian el 80% la tasa se mantiene inalterada en el 0,99%.
La entidad cuenta con 1,1 millones de clientes en un grupo que supera los 125 millones en el mundo, pero que quiere que Openbank sea punta de lanza por la decidida apuesta digital. El Santander ambiciona que 30 millones de sus clientes sean digitales este mismo año, un tipo de consumidor más rentable por su mayor vinculación y operativa ya que adopta hábitos de uso casi más tecnológicos que puramente bancarios.
Su portfolio ha extendido la oferta comercial a todos los segmentos y rincones de negocio -cuentas, créditos e inversión- aprovechando las opciones de la tecnología y la inteligencia artificial. Sus propuestas son incluso ‘tuneables’ en imagen con personalizaciones de la web o tarjetas y en prestaciones, al permitir diseñar servicios a medida con el establecimiento de alertas, objetivos o visualizar pestañas reservadas a la inversión o, incluso, competir en estrategias con otros usuarios.
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