Tres meses de pánico: la banca perdió en Cataluña 31.400 millones por el 'procés'

  • Las entidades con sucursal en la región vieron salir la sexta parte del ahorro gestionado en gran parte hacia Valencia, País Vasco y Aragón.
Gráfico con la evolución de los depósitos y el crédito en Cataluña
Gráfico con la evolución de los depósitos y el crédito en Cataluña
Gráfico con la evolución de los depósitos y el crédito en Cataluña
 

¿Cuánto costará el pulso independentista al sistema financiero de Cataluña? Bajo los focos, los banqueros minimizan la situación: el impacto ha sido contenido en balances y la economía sufrirá menos de lo previsto. Puede que las cifras ‘estanco’ de los peores momentos del 'procés' tarden en conocerse o nunca vean la luz, pero estadísticas divulgadas ayer por el Banco de España constatan que se desató pánico bancario  y hubo riesgo de no haber sido la industria tan diligente en poner remedio: en solo tres meses los depósitos disminuyeron en 31.399 millones de euros o el equivalente a ver evaporarse uno de cada seis euros de las sucursales radicadas en la región.

Se trata de una sangría sin precedentes: el volumen administrado colapsa un 16,99% entre octubre -cuando la incertidumbre se apodera de la clientela ante la inminencia de la consulta soberanista el 1 de octubre- y diciembre. Y el golpe pudo ser mayor si, como han relatado las entidades, lograron frenar la fuga y recuperar parte de los recursos con el raudo traslado de sedes fuera de la región y el denodado esfuerzo del personal para tranquilizar a clientes abriendo cientos de miles de cuentas en oficinas no catalanas -las conocidas como ‘cuentas espejo’-.

Tal desplome redujo el saldo a cotas no vistas desde junio de 2006 cuando aquellas oficinas administraban 150.608 millones de euros. Ahora bien, dicha cuantía equivalía entonces al 16,73% del ahorro nacional en depósitos frente al apenas 12,7% al que quedó reducida la cuota al cierre de 2017. Tres meses antes aún copaba un 15,06%, sin considerar que en vísperas del referéndum se evaporaron otros 4.930 millones que igualmente deberían subir al contador. En el descenso influye la migración del ahorro a productos más rentables para el ahorrador como fondos o seguros, y por prescripción de las propias entidades, pero el ritmo de desplome, sin parangón en el resto de regiones, es sintomático de la preocupación de clientes que movieron sus cuentas. 

El punto de inflexión en el auge del sentimiento nacionalista suele datarse en junio de 2010, cuando el Constitucional tumbó 14 artículos del Estatut, incluída la validez jurídica del término nación. Y será a partir de 2013 -Artur Mas convocó en diciembre la consulta de autodeterminación del 9-N- cuando el negocio bancario comience a resentirse. En los cinco años transcurridos desde entonces el saldo en depósitos retrocede allí un 23,71%, mientras crece de forma testimonial, pero al alza, un 0,93% en el global nacional.

El dinero, alérgico a inseguridades jurídicas, se ha movido por orden de particulares temerosos y por parte de empresas, en muchos casos en paralelo al propio aluvión en su migración de domicilios sociales buscando escapar a un potencial cambio de reglas normativas o fiscales o a la simple penalización con que amagaban las agencias de calificación de riesgos de mantener allí la residencia. Pero si de algo queda Cataluña desierta con el 'procés' es de entidades financieras -en 2009 aún tenía once cajas y bancos-, que trasladaron casi en bloque la sede fuera para garantizar al ahorrador la protección bajo el paraguas del Fondo de Garantía y su asistencia de liquidez y seguridad jurídica bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE).

La prescripción por parte de las mismas entidades a abrir 'cuentas espejo' en zonas limítrofes para evitar la pérdida del ahorro y clientes coloca a Valencia como la principal receptora del dinero -Sabadell movió la sede a Alicante y Caixabank a la ciudad del Turia-. Las oficinas radicadas en dicha comunidad ven crecer el importe administrado un 7,26% o en casi 7.217 millones en el trimestre. Otras regiones beneficiarias son Andalucía, con 3.526 millones; País Vasco, que atrajo 2.158 millones, y Aragón, cuyo volumen en depósitos sube en 2.546 millones o un 7,52%, a la sazón el mayor incremento porcentual registrado por autonomía alguna. En Madrid, en contra de lo esperado, el saldo retrocede un 2,25% -en 8.024 millones-.

El frenazo en la inversión noquea la financiación

La situación en la capital varía de forma radical en materia de crédito. La Comunidad Madrileña es el principal destino de las firmas que migran sedes sociales y el gran motor en financiación en detrimento de la efervescente actividad histórica en Cataluña. En el trimestre analizado la comunidad autónoma sufre el colapso de la financiación de la mano de un frenazo en inversiones y la colocación en ‘stand by’ de distintos proyectos, sobre todo en el ámbito inmobiliario donde los jugadores fuertes son fondos especialistas internacionales que no ocultan su aversión a inseguridades jurídicas.

Según las estadísticas del Banco de España, el crédito retrocede un 0,015% a escala nacional -se reduce en 197 millones- después de hundirse casi un 7% en Cataluña o casi en 16.030 millones. Cae, de hecho, en la mayoría de regiones producto del desapalancamiento que aún experimentan familias y empresas, con la notoria excepción de Madrid, donde el préstamo aumenta en 22.950 millones o el 6,17% en su territorio.

El deslizamiento de la producción obedece en parte a la mudanza de empresas que arrastran la ubicación del préstamo en el traslado sin que pueda deducirse que la región pierde toda la financiación. Una visión retrospectiva sí desvela, sin embargo, que el préstamo ha caído en Cataluña al doble de velocidad que en el conjunto de España desde que el sentir independentista cogió fuerza. La financiación a familias, empresas y administraciones públicas cae un 27,1% en los cuatro años transcurridos desde el anuncio de la consulta soberanista a finales de 2013, frente al 13,31% de contracción en la cartera nacional. Con el desapalacamiento de la economía desaparecen 195.564 millones de financiación en el país durante esos ejercicios, pero ¡ojo! nada menos que el 41% es factura en Cataluña -casi 80.218 millones-. El gran vencedor es Madrid con un incremento de 37.609 millones en el stock.

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