Santander endurece el ERE y el cierre de oficinas de Popular por la desaceleración

  • El banco que preside Ana Botín eleva en 250 millones, un 50%, el ahorro de costes previsto por la integración de Banco Popular.
Fotografía oficinas Santander y Popular / EFE
Fotografía oficinas Santander y Popular / EFE

El ajuste que Banco Santander aplicará próximamente en Banco Popular, que incluye un nuevo ERE y el cierre de en el entorno del millar de oficinas, será más duro de lo previsto en el momento de su adquisición a consecuencia de la desaceleración de la economía y unos tipos de interés que se mantienen en mínimos históricos. La decisión responde así a la necesidad de Ana Botín de cumplir con los compromisos adquiridos con sus inversores cuando les pidió 7.000 millones de euros para poder ejecutar la operación.

Inmediatamente después de la compra de Popular, a principios de junio de 2017, Santander anunció una ampliación de capital de 7.000 millones de euros y prometió una rentabilidad sobre la inversión del 13-14%.  Este objetivo se mantiene actualmente, pero para poder alcanzarlo el banco ha tenido que incrementar en un 50% el ahorro de costes anunciado en el momento de la compra que atribuye a un contexto económico menos favorable para el negocio bancario.

En concreto, el grupo cántabro anunció ayer durante la presentación en Londres de su nueva hoja de ruta que había incrementado el ahorro de costes previsto por su integración con Banco Popular en 250 millones de euros (180 millones por digitalización y operaciones y 70 millones por servicios compartidos), hasta unas sinergias totales de 750 millones de euros, cifra que supone reducir en un 50% la base de costes que tenía la entidad intervenida en el momento en el que se la quedó Santander.

"Cuando ampliamos capital, dijimos que iba a haber un retorno sobre la inversión del 13-14% que aún mantenemos. En ese momento, esperábamos que una expansión del crédito en España en 2018, pero el hecho es que cayó un 4%. Por entonces, no solo nosotros, también el mercado, preveíamos un escenario muy diferente (...) y esta es una de las razones por las que hemos incrementado el ahorro de costes desde 500 millones a 750 millones", explicó a los analistas Ana Botín, que incidió en que el escenario actual para el negocio bancario es "mucho más complejo" en términos de crecimiento a largo plazo y tipos de interés.

En un primer momento, de acuerdo a documentación interna de Santander, las sinergias con Popular días antes de ejecutar su compra consistían en reducir en 218 millones de euros sus costes de personal -lo que incluía la salida de 3.823 trabajadores a jornada completa (FTEs)-, y en 248 millones el resto de gastos. No obstante, en 2018 ya se produjo la salida de 1.715 empleados mediante prejubilaciones y bajas incentivadas, según consta en la memoria del banco, cifra que supera en 600 trabajadores el ajuste previsto por la integración de los servicios centrales de Santander España y Popular que se anunció el año pasado.

Más prejubilaciones y bajas incentivadas

Aún así, el ajuste de empleo de la red, que no se descarta que afecte de nuevo a algunos empleados de servicios centrales u otras unidades, podría suponer la salida de varios miles de trabajadores más durante los próximos años, una vez que es previsible que el recorte de plantilla se incremente por los ahorros de costes adicionales anunciados. Según fuentes sindicales, el cierre de oficinas puede alcanzar las 1.000 sucursales.

Ana Botín, presidenta de Santander, durante la presentación del Plan Estratégico
Ana Botín, presidenta de Santander, durante la presentación del Plan Estratégico. Banco Santander

Las perspectivas del sector bancario han empeorado una vez que el Banco Central Europeo (BCE) confirmó que no habría subidas de tipos durante 2019 -y puede que tampoco durante 2020- ante la ralentización de la economía, lo que dificulta que las entidades puedan alimentar sus ya deprimidos márgenes, obligándolas a seguir reduciendo costes si quieren elevar su rentabilidad. En este contexto, Santander también anunció ayer que, a nivel global, rebajaría costes a un ritmo "anual progresivo" de 1.200 millones en el medio plazo para obtener una ratio de eficiencia de entre el 42% y el 45% en el medio plazo.

Y es que en el actual escenario de incertidumbre económica, Banco Santander ha evitado ofrecer una referencia temporal concreta para cumplir los objetivos de su plan estratégico -normalmente son a tres ejercicios-. Así, ha confirmado su objetivo de rentabilidad (RoTE) a medio plazo del 13-15% con un crecimiento del margen de intereses en el entorno del 5% anual, y de capital del 11-12% CET1 'fully loaded'. La entidad, no obstante, sí que ha concretado que invertirá 20.000 millones en transformación digital y tecnología durante los próximos cuatro años.

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