La banca pequeña, ante el reto de ser más rentable y mantener la cercanía al cliente

  • Las entidades de menor tamaño se caracterizan por su mayor presencia para hacer frente a las grandes, pero sus datos de rentabilidad se resienten.
Liberbank cubre su ampliación de capital con una demanda 7,9 veces superior
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La banca pequeña sigue atrapada entre dos realidades de su negocio. Por un lado, su modelo minorista y de proximidad, basado en una mayor capilaridad geográfica que le permite llegar donde los grandes no lo hacen. Por otro, la asunción de un coste mayor en oficinas y administración en general, que lastra la rentabilidad de sus cuentas, como reconocen desde las propias entidades.

El negocio tradicional, el de entidad y cliente físico, se caracteriza por ser menos eficiente, ya que el tiempo es limitado por horario y, por lo tanto, en el número de personas que se pueden atender. Por su parte, un servicio automatizado elimina en gran medida los anteriores límites, al estar disponible en todo momento y ser capaz de gestionar un número muy grande de clientes. Además, a medida que la tecnología avanza, termina por abaratar los costes. Por todo ello, los grandes de la banca están apostando cada vez más por este modelo.

El propio Banco de España, a través de su último informe sobre Estabilidad Financiera, explicaba que la rentabilidad bancaria mejoraría en los próximos años "gracias a que los bancos españoles están combinando una estructura más ligera y eficiente". En el caso de los datos medios ofrecidos por el sector, a través del Boletín Estadístico del Banco de España, el ratio entre volumen de negocio por cada oficina ha mejorado cerca de un 8% en los últimos años.

Las grandes firmas ya han intensificado su apuesta por flexibilizar su estructura operativa, a través de recortar el número de oficinas en comparación con el total de activos gestionados. El Banco Santander, incluido el Banco Popular, ha mejorado el ratio en un 11,5%. BBVA, por su parte, lo ha mejorado un 10,5%, Caixabank un 17,2% y Banco Sabadell hasta un 22%. En la actualidad, estas firmas pueden gestionar el doble de activos por oficina que otras entidades más pequeñas, lo que les confiere una mayor rentabilidad.

En el caso de entidades como Unicaja, Liberbank o Kutxabank, la complicación es mayor, puesto que deben acometer un adelgazamiento de su estructura manteniendo los puntos fuertes de su gestión. Se debe entender que la banca pequeña proviene, en su gran mayoría, de fusiones de cajas pequeñas que tenían un gran número de oficinas. Por ello, las más pequeñas tienen una red más amplia de oficinas, en relación al volumen de negocio que gestionan, y con ello la rentabilidad es menor. "Es cierto que una mayor capilaridad territorial conlleva asumir más costes y lastra en parte la rentabilidad", señalan desde Liberbank. En cambio, también "posibilita explotar nuestro principal negocio que no es otro que la banca minorista de proximidad", ratifican desde el banco. 

Fotografia de una sucursal de Unicaja
La banca pequeña mueve la mitad de negocio por oficina que la grande. / EFE

En el caso de la entidad malagueña Unicaja, se recalca que de lo que se trata es de consolidar el plan de su salida a bolsa, en el que se defendía la proximidad al cliente y su red de oficinas como principales baluartes de la firma.

Unicaja -que está en la fase final tras la absorción de EspañaDuero- y Kutxabank están entre las entidades que menos volumen de negocio mantienen por oficina. Estas dos firmas mueven, de media, en torno a 50 millones por establecimiento. En el caso de Liberbank, el volumen es algo mayor, aunque está lejos de los grandes como BBVA, que supera los 100 millones; Santander, que se acerca a ellos; o Bankia y Banco Sabadell, que están en torno a los 90 millones. La media en España se sitúa por encima de los 95 millones por oficina, según datos del Boletín Estadístico del Banco de España.

La banca pequeña necesita mejorar en rentabilidad

La rentabilidad, medida a través de la ratio denominada ROE (beneficios entre fondos propios), sigue siendo el gran reto para el sector, una vez que las preocupaciones por la solvencia se han apaciguado. "Aún no retribuimos a nuestros accionistas de manera suficiente, el ROE está por debajo del coste de capital, y si no lo hacemos (…) se reducirá nuestro nivel de actividad, el tamaño de nuestro balance y el nivel de empleo", ha recordado recientemente en una carta el presidente de la AEB.

Unicaja y Liberbank, al ser cotizadas y estar más sometidas al dictamen de los accionistas, sorprendieron en sus resultados semestrales mejorando cifras, en especial en la parte alta. La mejoría de las cuentas, también en márgenes, les ha dado aire para evitar por un tiempo los rumores que las coloca en el desfiladero de próximas compras o fusiones en el mercado bancario. Pese a ello, siguen fallando, pese a la leve mejoría, en el mismo punto: la rentabilidad.

"Nuestra rentabilidad mejora y estamos en línea para seguir con el plan marcado", señalan desde Unicaja. En el caso de Liberbank, le ocurre lo mismo que al resto de entidades más pequeñas, también a las más grandes, que la rentabilidad queda muy lejos de los porcentajes que exige el mercado. Aunque no todo tiene que ver con la rentabilidad, también influye mucho en dicho ratio el denominador: los fondos propios. Puesto que, un mayor capital, como el que han acumulado dichas entidades, supone una mayor solvencia pero lastra la rentabilidad.

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