Santander pone en marcha su plan de ajuste: cerrará esta semana 90 sucursales

Banco Santander dará durante esta semana el pistoletazo de salida al segundo ERE (Expediente de Regulación de Empleo) por la integración de Banco Popular, un proceso en el que prescindirá de un total de 3.223 empleados, el 10% de la plantilla, y clausurará un total de 1.150 oficinas, el 25% de la red. El viernes 6 de septiembre el grupo cántabro tiene previsto ejecutar la primera fase del plan, que consiste en el cierre de un total de 90 sucursales, según informan fuentes sindicales.

La mayoría de las clausuras con las que comenzará el proceso tendrán lugar en la Comunidad de Madrid, donde el grupo tiene previsto dejar de dar servicio a sus clientes en un total de 12 establecimientos. En Andalucía están previstos 11 cierres, la mayoría de ellos en la provincia de Cádiz, mientras que en las Islas Baleares se producirán un total de nueve, seguidos por Cataluña y la Comunidad Valenciana, con ocho cada una.

El ajuste de empleo y de oficinas se produce dos años después de la compra de Banco Popular. En 2018 le tocó a los servicios centrales y ahora es el turno de la red. El ERE es más duro de lo inicialmente previsto en el momento de la adquisición para poder cumplir con el compromiso de la presidenta de la entidad, Ana Botín, de obtener una rentabilidad sobre la inversión del 13-14% en un contexto económico que se ha deteriorado y en el que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene los tipos en mínimos históricos para amortiguar el impacto de la próxima crisis.

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Una vez se complete el viernes la primera fase de plan, la próxima fecha marcada en rojo por la plantilla es el 20 de septiembre, día en el que tendrán lugar un total de 176 cierres. Esto supone que 268 clausuras tendrán lugar durante el mes de septiembre, mientras que el 4 de octubre dejaran de dar servicio otras 160 sucursales. El resto de cierres se irán produciendo de forma progresiva hasta finales de año, cuando está previsto que se se complete el ajuste.

Las condiciones pactadas con los empleados para su salida contemplan prejubilaciones a partir de los 55 años con entre el 75% y el 80% del sueldo pensionable hasta los 63 años. Esto supone que el banco abonará sueldos de entre 2.490 y 2.621 euros mensuales a los trabajadores de más de 55 años que dejen el banco.

No obstante, el importe mensual a percibir podría ser incluso mayor, ya que el acuerdo alcanzado contempla la posibilidad de rebajar algo el porcentaje del salario pensionable a percibir (70%-75%) a cambio de recibir entre el 60% y el 57% del complemento voluntario, lo que puede disparar el importe de la prejubilación incluso por encima de los 3.000 euros al mes.

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Fuentes cercanas a la entidad confirmaron a este medio que prejubilación media de un directivo en el ajuste podría rondar los 50.000 euros al año, lo que supondría un salario de 2.983 euros mensuales. Además, todos los trabajadores de más de 54 años conservarán las condiciones especiales a la hora de pedir préstamos como si siguieran siendo empleados del banco y tendrán convenio especial con la Seguridad Social.

El ERE también contempla bajas incentivadas. Para los empleados de entre entre 50 y 54 años se estipula una indemnización en un único pago equivalente al 60% del salario bruto anual pensionable durante seis años con un tope máximo de 380.000 euros a los que se suma una prima de 15.000 euros y otra de 30.000 en el caso de tener más de 15 años de antigüedad. Si hay voluntariedad se recibirán 2.000 euros más por trienio.

Por su parte, para un trabajador medio de Santander menor de 50 años la indemnización máxima por el ERE será de 56.000 euros a abonar en un único pago más una prima de entre 30.000 y 15.000 euros en función de los años que lleve en la empresa. Se añaden 2.000 euros más por trienio en caso de baja voluntaria. El colectivo menor de 55 años que se acoja al ERE tendrán derecho a hipotecas y préstamos personales a un precio de Euríbor +0,79%.

El banco tiene previsto cubrir el 60% del ajuste mediante prejubilaciones y el 40% restante mediante bajas incentivadas. Está por ver el coste final que supone para el banco el ERE aunque la compañía ya aplicó un cargo de 600 millones de euros en el segundo semestre del ejercicio por el ajuste de empleo en España.