Ya hay cifra. Banco Santander ha trasladado a los sindicatos su intención de acometer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para un máximo de 4.000 personas, es decir, casi el 15% de su plantilla en España. Estas salidas irán acompañadas de la reubicación de 1.100 empleados más y el cierre de hasta 1.000 oficinas, lo que supone un 30% de su red de sucursales en España. Para llevar a cabo estos movimientos, la entidad se ha apoyado en Sagardoy y Equipo Económico, para las salidas, como adelantó este medio, y en Lee Hecht Harrison, del Grupo Adecco, para las recolocaciones.
Las tres compañías externas ya participaron en los ERE de la entidad que se llevaron a cabo tras la compra de Banco Popular, por lo que son viejos conocedores de la forma de proceder tanto del banco como de los representantes de los trabajadores. En este sentido, y teniendo en cuenta el alto número de recolocaciones que se prevén, cabe recordar que en los casos anteriores se consiguió encontrar otro trabajo a casi el 100% de los afectados.
Más allá de las salidas, y como precisan fuentes sindicales, Banco Santander ha planteado a los representantes de los trabajadores la necesidad de cerrar en torno al 30% de su red de sucursales en España, es decir, entre 900 y 1.000 oficinas. A día de hoy, la entidad cuenta con 3.110 oficinas repartidas por el territorio español, según los últimos datos disponibles correspondientes al cierre del pasado mes de septiembre.
La entidad y los sindicatos se han emplazado para el próximo martes, cita en la que se constituirá la mesa negociadora y que dará paso al periodo legal de negociaciones, que durará 30 días. Durante los próximos encuentros se plantearán varias ofertas económicas, la afectación por áreas geográficas y por negocios, entre otros puntos, señalan las mismas fuentes.
El objetivo de este plan de salidas, según reconocía José Antonio Álvarez, CEO de Santander, tras filtrase la noticia, es ahorrar mil millones de euros en costes en dos años en toda Europa. En concreto, afectará a España, Portugal, Reino Unido y Polonia -en este último país se han cifrado las salidas en 2.000-. El proceso tiene, de acuerdo con las palabras de Álvarez, varias partes que van desde la simplificación del catálogo de productos, que pasará a ser 100% digital, hasta un aumento de la comunalidad, es decir, el lanzamiento de más productos en común entre países, y, el momento de distribución, o lo que es lo mismo, los recortes de plantilla y oficinas.
El fin del banco es que los ajustes se hagan de "una forma correcta", decía el propio Álvarez y confirman fuentes sindicales, incluyendo las citadas recolocaciones y las salidas voluntarias. Ambas partes siempre han aplaudido la fluidez de las conversaciones y la relación en estos procesos, como el del Popular, y pretenden evitar un cambio en las bases que pueda perjudicar los acuerdos.
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