Encuentro 'El futuro de la gestión de activos'

La Covid y la disrupción 'tech' golpean el modelo de venta de fondos de la banca

Distintos expertos de la industria de la gestión de activos coinciden en señalar que el canal de distribución bancario se ha resentido con el coronavirus y el auge tecnológico. 

(Amp.) El Banco de España constata el dinamismo del consumo, la inversión y el empleo al inicio de 2015
Fotografía del Banco de España.
Archivo.

Los bancos encaran tiempos aún más difíciles. La baja rentabilidad del sector se ha visto agudizada por el impacto de la Covid-19, que provocará un aumento de la morosidad y que ha obligado a los dirigentes de las entidades a la dotación de cuantías millonarias en provisiones ante el riesgo de impagos e incluso a fusionarse, como es el caso de Caixabank y Bankia, que no será el único puesto que Unicaja y Liberbank están en contactos y BBVA también podría mover ficha. Además, el negocio de distribución de fondos de inversión se ha visto afectado, de manera indirecta, por el coronavirus debido a que ha acelerado la disrupción tecnológica a la que hemos asistido en los últimos años. 

Esta es una de las principales conclusiones del encuentro 'El futuro de la gestión de activos' en el que han participado distintos actores de la industria de fondos como Francisco Márquez de Prado, executive sales de JP Morgan AM; Julián Pascual, presidente de Buy&Hold; Giorgio Semenzato, CEO de Finizens e Ignacio Fuertes, director de Inversiones de Rentamarkets. El impacto de la Covid-19 ha provocado dos grandes fenómenos en los que han coincidido la mayoría de expertos. Por un lado, lo califican como el mayor disruptor tecnológico ya que ha roto tendencias que en los últimos años no terminaban de fracturarse y, por otro, ha obligado a los bancos a repensar su modelo de distribución nacional, ganando peso firmas independientes mucho más enfocadas a este entorno digital y con productos más adaptados a las necesidades de cada cliente. 

El boom tecnológico, agudizado por la 'Gran Reclusión', no solo ha afectado a los bancos sino también al resto de la industria de fondos de inversión. Ignacio Fuertes ha destacado que "al final necesitaremos una versión más tecnológica o vanguardista en la inversión y los equipos deben introducir más la tecnología en sus procesos de inversión y así permitir optimizar las capacidades de los equipos de gestión". Además, va un paso más allá al recalcar que "el 80% del volumen en los mercados está negociado de manera automatizada y entender cómo funciona la tecnología es básico. Ya no es un futuro, es un presente". 

El cambio en el modelo de venta de fondos de la banca es obligado y no sucede por decisión propia. "La gran banca, por presiones en costes o por petición del cliente de algo más moderno, ha provocado que repiensen su modelo de distribución nacional y ha impulsado una gestión de activos cada vez más digital, transparente y conveniente", como ha manifestado Giorgio Semenzato. Por tanto, el entorno "será positivo para nuevos participantes independientes, que sean capaces de ofrecer una propuesta de valor alineada con los nuevos intereses de los clientes". Francisco Márquez ha recogido el testigo y ha destacado que "está habiendo un cambio estructural", agudizado por la situación que viven los bancos, con cierres de oficinas e inmersa en un proceso de consolidación. "Los clientes y los distribuidores cada vez son menos. Las entidades bancarias se reducen y por el lado de la oferta han llegado muchas gestoras y cuando hace frío hay que estar en los sitios más calientes y se ha notado. Ha habido un incremento de la competencia y solo se puede competir vía precio o servicio".  

El eterno debate sobre la inversión pasiva y activa también ha aparecido. La disrupción tecnológica ha favorecido a los primeros pero la convivencia existe y persistirá. "Siempre habrá un hueco para gestores activos que batan a los índices ampliamente aunque hay que entender mejor los temas de la tecnología", como ha manifestado Julián Pascual. Incluso Ignacio Fuertes es más categórico ya que "el gestor tradicional va a ser un 'rara avis' ya que cada vez se necesitan más temáticas. Es decir, gente más preparada y equipos mejores preparados en términos de conocimientos y capacidades". 

El papel más 'neutral' en este debate lo ha defendido Francisco Márquez ya que en JP Morgan apuestan tanto por la gestión activa como por la pasiva. El director comercial de la gestora del banco estadounidense no se decanta por un vencedor ya que "cada una tiene su mercado", abogando por dar relevancia al cliente ya que "es importante saber qué quiere". Por su parte, el director de Inversiones de Rentamarkets ha lanzado un gran 'pero' en el sector ya que "las entidades pretenden que los clientes tomen una serie de decisiones para las que no están preparados y para las que pagan. Se está diciendo si tienen que comprar renta variable, renta fija... el cliente no sabe, saben los especialistas". 

Además, este no es el único punto débil para el sector de gestión de activos. "El crecimiento de la gestión pasiva no es más que reconocer un fracaso, que los mercados no se pueden batir a largo plazo al mercado", señala Ignacio Fuertes, en referencia a ese 90% e incluso 98% que, dependiendo la categoría, se sitúa por debajo de la evolución de sus índices de referencia en el largo plazo, según ha recalcado Giorgio Semenzato, que pone a los 'robo advisors' como los rivales a batir ahora para la gestión activa. 

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