Bankia allana la privatización: buscará elevar un 50% la rentabilidad con BMN

  • Pisa el acelerador para cerrar la integración rápido y anticipar los 150 millones en ahorro de costes previstos mientras el Estado sale del capital. 
Cuenta de resultados del grupo Bankia-BMN en 2017.
Cuenta de resultados del grupo Bankia-BMN en 2017.
Cuenta de resultados del grupo Bankia-BMN en 2017.

Bankia quiere imprimir máxima velocidad a la integración de BMN para adelantar las sinergias justo cuando el Estado enfila la recta final a la privatización de un grupo donde controla el 61% del capital. La fusión jurídica está hecha, el 19 de marzo ambas plataformas hablarán el mismo idioma y en abril la red del grupo liderado por Caja Murcia contará con la oferta comercial de Bankia. ¿Objetivo? Aumentar la rentabilidad conjunta, esa que busca el inversor para apostar por la banca ahora, desde el 6,6% actual al 10% en un plazo de tres años.

El arranque ha sido agridulce. Bankia mejoró un 1,4% el beneficio el pasado año y lo situó en 816 millones, pero la cuenta conjunta cae un 37,3% al aplicar de golpe los 312 millones de ajustes por integración, anticipando en diciembre la factura prevista de costes por fusión. El parqué recogió con desplomes del 4,31% por ciento en la cotización -resultó el valor más castigado del Ibex-, decepcionado porque esperaba 842 millones de ganancia.

La clave de las cuentas en el banco dirigido por José Ignacio Goirigolzarri ha sido durante largo tiempo segar los costes y provisiones para compensar ingresos decrecientes -años de “travesía en el desierto”, reconoció su consejero delegado, José Sevilla-. El margen financiero retrocede todavía un 9,6% en las últimas cuentas a consecuencia de la traslación del euríbor a la baja en la actualización de la cartera hipotecaria y en una rentabilidad menguante en los bonos recibidos de la Sareb en pago por los activos que le transfirió.

En la hoja de ruta hacia 2020 pretende darle la vuelta con metas en negocio, resultados y calidad de balance. Bankia está sin plan estratégico desde hace tres años cuando finalizó la ruta 2012-2015 fijada para cumplimiento a la reestructuración impuesta por Bruselas. Lo retrasó en 2016 ante la incertidumbre económica y financiera; en 2017 para evitarse revisarlo porque el Fondo de Reestructuración (Frob) planeaba fusionar las dos nacionalizadas, y lo presentará finalmente en febrero. Si bien ayer, coincidiendo con la presentación de resultados, dejó traslucir algunas guías.

Su equipo gestor confía en que el Estado encuentre su relevo en el accionariado antes de 2020 como está estipulado por ley, sin aplicar nuevas prórrogas, y maximizando la recuperación de ayudas. Bajo esta idea ha ampliado el ‘pay out’ del 39,5 al 41,7% para mantener inalterado el dividendo aunque el resultado conjunto caiga y sin diluirlo pese a haber emitido nuevas acciones para el canje con BMN. ¿Guiño al inversor?

Según Sevilla, hay un gran “apetito” por parte de inversores extranjeros y al Frob se le abrirán ventanas para colocar paquetes de acciones superiores a las participaciones del 7% o 7,5% enajenadas hasta ahora. La próxima ventana de desinversión es factible que llegue cuando expire el periodo de lock-out de tres meses que impide enajenar nuevas acciones desde la venta del 7% del pasado 12 de diciembre: será con el arranque del mes de marzo y casi al instante de que el banco enseñe sus cartas del ahora confidencial plan estratégico futuro.

Lograr los ahorros cuanto antes

Una línea motriz que sí destapó es la citada aceleración de la fusión para evitar a las plantillas las incertidumbres inherentes a las integraciones, que distraen de la actividad, y cosechar cuanto antes los 155 millones de euros en ahorros de sinergias que el proyecto de fusión estipulaba lograr en 2020. La entidad clausurará otras 150 sucursales y proyecta adelgazar la plantilla conjunta en un 12%, con la salida de 2.291 trabajadores a través de un Expediente de Regulación de Empleo, que ha motivado la convocatoria de paros por parte de los sindicatos en un intento de forzarle a reducir la factura en personal.

En la balanza de los ingresos, la absorción de BMN incrementa de golpe un 25% el negocio gestionado por Bankia y suma casi un punto porcentual de cuota de mercado. Encuentra oportunidades para aprender del grupo liderado por Caja Murcia en la comercialización de seguros y atisba margen para empujar en su red los fondos de inversión y créditos al consumo, nichos ambos donde la tarta de negocio en manos de BMN es la mitad que en otras actividades. Una vez completado el plan de reestructuración tiene en recámara volver a irrumpir además en negocio promotor y banca mayoristas, con altas expectativas. 

La fusión empeora a corto plazo su exposición a activos improductivos porque eleva su portfolio desde 11.665 a 15.516 millones. Le dará salida recurriendo al mercado mayorista de ventas de carteras y no con una megaoperación al estilo de la del Santander con Blackstone o BBVA con Cerberus. La fusión se ha sellado con mayor solvencia de la prevista -un capital CET1 12,66% frente al 12% estimado-. Sevilla dejó la puerta abierta a mejorar la retribución al accionista con devolución del capital excedentario -¿otro guiño de cara a la privatización?-. Un paso así debe contar, en cualquier caso, con el visto bueno de un BCE que hoy prefiere que mantenga reservas altas a la espera de ver los réditos de la fusión.

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