Fin del camino en solitario

La resurrección de Bankia: del rescate a los 3.000 millones de capital para Caixa

La entidad financiera que encabeza José Ignacio Goirigolzarri se integrará en CaixaBank a finales del primer trimestre por lo que, salvo sorpresa, las cuentas de 2020 son las últimas de la antigua Caja Madrid.

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José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y futuro presidente de CaixaBank.

Bankia entona el final de una época. La entidad financiera heredera de Caja Madrid cierra una etapa de poco más de ocho años desde que fuera nacionalizada BFA y se encamina a la recta final de su operación de fusión con CaixaBank. "Hoy es un día muy especial", comenzó, con voz firme, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de la entidad desde aquel 2012 en el que el Estado acudió al rescate de las antiguas cajas. Así arrancó su último discurso como primer ejecutivo de Bankia, el de la presentación de resultados anuales de 2020. Emoción y alguna que otra lágrima entre los presentes en el auditorio de las madrileñas Torres Kio que aún atesora el logo de la capitalina a la espera de la llegada de la estrella de Miró y también en aquellos que estaban al otro lado de la pantalla, vía Zoom, para el cierre de una etapa que comenzó con un 'rescate' de 24.000 millones y termina con una acumulación de capital de casi 3.000 que, a causa de la pandemia, irá a parar a la nueva CaixaBank

En mayo de 2012 el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se hacía con el 100% del capital de BFA, la matriz de Bankia, y comenzaba la que ha sido definida por el propio presidente como la "etapa más dura" de la entidad, "pero la más importante para el futuro". Entonces se definió el plan de reestructuración enviado a Bruselas y en base a él se redactó el primer plan estratégico con la integración de las cajas, un importante ajuste de capacidad y la creación de una base de trabajo que le ha llevado a convertirse en uno de los mayores bancos en España. 

En el año en que se fraguó este plan la prensa española recogía titulares que revelaban el daño en balance de la profunda limpieza a acometer. 'Bankia perdió 19.200 millones de euros en 2012, la mayor pérdida empresarial de la historia', rezaba TVE. "Tuvimos que empezar de cero", admitía entonces el propio Goirigolzarri, tras llevar a cabo la reformulación de las cuentas de 2011, las de la salida a Bolsa, y destapar pérdidas de casi 3.000 millones. Pero ese "empezar de cero" comenzó a dar sus frutos pocos meses después cuando, a cierre de 2013, la entidad volvía a los números negros y ganaba algo más de 800 millones.

El plan financiero del que este jueves hablaba Goirigolzarri y que se inició en aquel 2012 fue tildado por el presidente de la entidad como "un gran éxito desde el punto de vista financiero" pero desveló problemas en la calidad del servicio que estaba ofreciendo a los clientes y las dinámicas comerciales. "Eran claramente mejorables", reconocía el primer ejecutivo casi ocho años después de su inicio. Como consecuencia de este hecho, el 11 de enero de 2016 Bankia llevó a cabo un "cambio radical" en estos ámbitos con un nuevo posicionamiento. 

La tercera etapa que ahora culmina comenzó el primer día de 2018 con la apertura de "un nuevo mundo" que se materializó a través de la fusión con BMN. Se lanzó entonces un segundo plan estratégico con dos focos: el crecimiento de cuotas -tanto en empresas como en productos de valor añadido- y un plan de transformación digital. Los objetivos de este plan a dos años eran conseguir 190 millones de euros de sinergias y reducir los gastos de explotación hasta el entorno de los 1.900 millones para 2020 como consecuencia de la integración del banco que presidía Carlos Egea. Objetivos  cumplidos. 

En cuanto al negocio, en el Plan Estratégico 2018-2020 se preveía un aumento de los saldos de empresas, los fondos de inversión y la facturación de tarjetas, además de un crecimiento del volumen de comisiones, una rebaja sustancial de los NPAs y una generación de capital de 2.500 millones de euros. "Hemos cumplido todo lo que dependía de nosotros", decía Goirigolzarri este mismo jueves en su valoración de la que será la última etapa del banco en solitario. En cambio, hay otros hitos, como la rentabilidad -se esperaba situar en el ROTE en el 11%, pero se ha quedado en el 1,9%-, el margen de intereses o los beneficios que no han conseguido el 'tick' verde. 

"Hay una variable que no depende de nosotros, la evolución de los tipos de interés, que se ha comportado de forma radicalmente diferente a la prevista", se justificó el presidente de la entidad, que vaticina un entorno de tipos como los actuales "por lo menos hasta el año 2026". Este hecho cambia radicalmente la estrategia de una entidad y ha catapultado a Bankia a los brazos de CaixaBank, inaugurando la nueva ola de fusiones bancarias en España y cumpliendo uno de los clásicos deseos de Isidro Fainé, quedarse con la antigua Caja Madrid. 

La Covid obliga a llevar el exceso de capital a CaixaBank

Y ese movimiento, más allá de los puntos más técnicos, tiene 'premio' para la catalana. La actual situación regulatoria, con una 'recomendación' por parte del BCE de no repartir más del 15% del payout con cargo a 2020 en forma de dividendo, ha llevado a que la entidad madrileña no pueda pagar a sus accionistas -entre los que destaca el Estado que inyectó los 24.000 millones de euros del inicio de su historia- antes de que se cierre la fusión con CaixaBank. A la firma de la operación, ambas entidades se comprometieron a no retribuirles hasta que se integrasen definitivamente en un solo banco. Por ahora, y ante la necesidad de pedir al supervisor autorización para realizar los pagos hasta septiembre, CaixaBank habría solicitado la distribución del máximo permitido. 

La capacidad de generar capital "ha sido un éxito enorme", señaló Goirigolzarri en relación a los 2.934 millones de euros que se han conseguido a cierre de 2020. "Desde el principio dijimos que queríamos distribuir a los accionistas 2.500 millones de euros", pero la situación de la pandemia y las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) ha impedido llevar a cabo este pago y estas cuantías han servido para elevar el índice CET1 por encima del 16%. Un capital que pasará a engrosar las cuentas de la nueva CaixaBank que nacerá, si las autorizaciones regulatorias no lo impiden, a cierre del primer trimestre de este 2021. 

El que fuera consejero delegado de BBVA, vicepresidente de Telefónica y Repsol y finalmente presidente de Bankia pasará a ocupar la presidencia de la nueva CaixaBank en apenas unos meses. Con 66 años Goirigolzarri no quiere oír hablar de jubilación y ve su nuevo puesto como una "comisión de servicio" pese a que mira ahora ya con cierta nostalgia los años que ha vivido en las Torres Kio. "He pasado unos años maravillosos", reconocía antes de dar portazo a la que ha sido la resurrección de Bankia. 

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