Calviño toma el mando

"Bankia no se toca": Sánchez veta el plan de Iglesias para crear una banca pública

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri
EFE

Bankia "no se toca". El Gobierno de coalición descarta modificar la situación de la entidad participada mayoritariamente (61,8%) por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a través de BFA y mantendrá su 'statu quo' durante los próximos meses, según indican fuentes del Ejecutivo. La entrada de Unidas Podemos en el consejo de ministros no alterará, por tanto, la hoja de ruta trazada por Pedro Sánchez y Nadia Calviño. En resumen: no se convertirá en un banco público y habrá cautela a la hora de seguir privatizando su accionariado.

Una de las primeras decisiones que ha toma el Gobierno tras su toma de posesión ha sido la de mantener el plan previsto para Bankia, añaden desde el equipo económico gubernamental. Tres decisiones importantes, indican las fuentes consultadas. En primer lugar, el Ejecutivo no prevé ejecutar cambios en el Gobierno corporativo. Ello indica que José Ignacio Goirgolzarri tiene la confianza de la vicepresidenta Calviño y, por extensión, del propio Sánchez para continuar trabajando al frente del principal despacho de las torre de Plaza de Castilla. No se esperan, por tanto, cambios en este sentido.

Segunda consecuencia: las desinversiones en Bankia seguirán paradas, al menos de momento. Así el Gobierno de coalición no prevé seguir vendiendo por lotes la participación de BFA en la entidad. Las fuentes consultadas añaden que la situación del mercado desaconseja cualquier operación en este sentido

Y, por último, el Gobierno mantiene la fecha máxima de desinversión para diciembre de 2021. Alguna fuente indica que una opción que estaría manejando el equipo económico de Sánchez y Calviño pasaría por ampliar este límite. Es algo que ya se hizo en consejo de ministros en 2018, cuando se decidió prolongar el plazo tres años más, hasta 2021. Fuentes del Ejecutivo prefieren ser cautos y no adelantar acontecimientos porque para llegar a esa fecha aún quedan casi dos años.

Una victoria de Sánchez 

Pablo Iglesias jugó fuerte con Bankia. En su programa electoral el partido morado contemplaba medidas que hubieran supuesto todo un seísmo en el banco. En el punto 79 se podía leer: "Impedir la inminente privatización de Bankia, después de que los españoles y las españolas nos hayamos gastado 60.000 millones de euros en el rescate bancario. A través del rescate bancario —debido al cual se ha concentrado el 70% del mercado en cinco entidades—, los ciudadanos y ciudadanas adquirimos Bankia". 

Podemos también proponía que Bankia abriera el grifo del crédito a "los elementos más productivos y dinámicos de nuestro sistema —como son las autónomas y los autónomos, las pymes y las empresas de la economía social—", introducir parámetros de justicia en el mercado de las hipotecas y atender las funciones sociales de la banca que otras entidades descuidan, como cajeros en la España vaciada o inversiones en vivienda social". Y, por último, ponía encima de la mesa el relevo de José Ignacio Goirigolzarri: "Con carácter inmediato, se elegirá por tres quintos del Congreso una nueva presidencia de Bankia que sí sea capaz de entender el rol que debe desempeñar la banca pública en la mejora del país".

Sin embargo Sánchez, que no llevaba ninguna mención a Bankia en su programa electoral, ha impuesto su criterio sobre Iglesias en las dos últimas propuestas. Así, del acuerdo para conformar el Gobierno de coalición han quedado excluidos los planes de Podemos para la entidad. Esta hoja de ruta queda ahora reafirmada.

El Gobierno tranquiliza a Bankia

Ante la incertidumbre que pudo generar en Bankia el pacto de Gobierno del PSOE con Unidas Podemos, desde el Ejecutivo siempre han transmitido a la entidad financiera mensajes de calma al respecto a las mencionadas intenciones de Pablo Iglesias de interrumpir la privatización y sustituir a su cúpula actual del banco. Y es que la estrategia sobre qué hacer con la participación del 61,8% que el Estado tiene aún en el cuarto banco del país va a permanecer en manos socialistas mientras dure esta legislatura, de acuerdo a las fuentes consultadas.

Lo que no está descartada es una fusión. Está por ver todavía si la intención del Gobierno de no malvender sus acciones en Bankia, a fin de maximizar la recuperación de ayudas públicas, es compatible con la posibilidad de privatizar el banco a través de una operación corporativa, una opción que se rumorea desde hace meses y que se vería con buenos ojos desde el supervisor comunitario, el Banco Central Europeo (BCE), cuyos máximos responsables están decididos a reducir el exceso de capacidad bancaria que existe en la actualidad en la Unión Europea (UE).

En un primer momento, la estrategia de privatización que emprendió el exministro de Economía Luis de Guindos para cumplir con el mandato de Bruselas consistió en la venta en el mercado de pequeñas participaciones accionariales. Así, las arcas públicas ingresaron en enero de 2014 un total de 1.304 millones de euros con la colocación de un 7,5% del capital, mientras que en diciembre de 2017 se vendió otro 7%, esta vez, por 818 millones. A día de hoy, la participación del Frob en Bankia vale algo más de 3.000 millones y semejante precio hace imposible seguir vendiendo acciones en el mercado.

¿Una fusión Bankia-Sabadell?

En este contexto, durante las últimas semanas ha vuelto a escena la posible fusión Bankia-Banco Sabadell, una operación que ya estuvo auspiciada por el propio Guindos y en la que se llegaron a sentar los presidentes de ambos bancos, José Ignacio Goirigolzarri y Josep Oliu, respectivamente. Ambos presidentes acordaron, incluso, la estructura de gobernanza de la entidad resultante. La moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa, no obstante, interrumpió las negociaciones y frustró la operación.

La eventual fusión ha ganado fuerza a raíz de las declaraciones de Oliu de la semana pasada, cuando abrió la puerta a protagonizar la siguiente ronda de consolidación en el mapa bancario español. Bank of América, en cambio, enfría la operación al subrayar en un extenso informe un gran inconveniente: Bankia necesitaría una ampliación de capital de 2.400 millones de euros para absorber Sabadell. Otra opción, por tanto, podría ser una integración en BBVA en un momento en el que la posición de Carlos Torres al frente está cuestionada por la implicación del banco en el 'caso Villarejo'.

Sea como fuere, pese a que el plazo de privatización ya se prorrogó hasta diciembre de 2021, Bankia sigue siendo uno de los asuntos de más peso en la agenda de la ministra de Economía, más si cabe viendo la trayectoria bursátil de la entidad durante los últimos años, en los que su valor no ha parado de caer ante el difícil panorama de futuro que afronta el sector financiero en general y ante el modelo de negocio de la entidad (centrado en banca de particulares, que es más dependiente de la evolución de los tipos de interés), en particular.

El ICO también se queda como está

En las negociaciones para conformar el Gobierno Podemos también pidió al PSOE reconvertir el Instituto Oficial de Crédito (ICO) en una entidad de inversión al margen de las firmas privadas. Sin embargo Sánchez borró del acuerdo cualquier apuesta por crear un sucedáneo de banco público. En el pacto final solo hay una mención a líneas de crédito: "Movilizaremos suelo público para vivienda en alquiler social o asequible, con instrumentos financieros a través del ICO y el BEI para la promoción de viviendas en alquiler de los principales agentes (promotores públicos y privados, cooperativas y economía social entre otros) y estimularemos la oferta privada en alquiler".

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