Nuevo régimen en 2022

Bankinter busca una salida a las sicavs de sus clientes por el castigo regulatorio

La entidad está analizando las sociedades una a una y proponiendo alternativas, como la huida a Luxemburgo o la mutación societaria, ante el inminente cambio de las reglas del juego. 

Dancausa, Bankinter
María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter
EFE

Los equipos de banca privada de Bankinter trabajan incansablemente ante la inminente entrada en vigor de la nueva normativa que afecta a las Sociedades de Inversión de Capital Variable (sicavs). Los clientes de estos vehículos temen a las nuevas reglas del juego que llegan el 1 de enero de 2022 y que ponen en jaque las ventajas fiscales de las que se venían beneficiando hasta ahora. La entidad naranja lleva tiempo buscando y proponiendo soluciones, dado que la incertidumbre regulatoria que gira alrededor de estas sociedades no es una novedad, pero las tareas se han venido intensificando ante la próxima aplicación del nuevo régimen.

No es una cuestión baladí y lleva su tiempo, por lo que Bankinter analiza caso a caso y pone encima de la mesa diferentes alternativas según las demandas y expectativas individuales. La entidad que dirige María Dolores Dancausa tenía recursos de clientes en este tipo de instrumentos por 5.501 millones de euros, según los últimos datos disponibles correspondientes al pasado mes de septiembre. Destaca que esta cifra es un 20,81% superior en comparación interanual, por lo que, aunque el número de estas sociedades se esté reduciendo a nivel general, el banco no está sufriendo en términos de volúmenes. 

Se da la circunstancia de que una de las opciones habituales es la huida hacia Luxemburgo y, precisamente, el grupo cuenta con una filial en el Gran Ducado con apenas una treintena de empleados. Allí aterrizó hace ya unos ocho años y se convirtió en la primera entidad española en lograr una licencia bancaria en el país. Desde esta jurisdicción ofrece servicios a grandes fortunas, con al menos un 1 millón de euros, que buscan deslocalizar sus ahorros.

Las sicavs están en declive, pero Bankinter no registra una caída en los recursos que sus clientes tienen en este tipo de vehículos

Luxemburgo es una plaza envidiable como destino de patrimonios y otros vehículos de inversión. Además de mayor seguridad jurídica, existen menos requisitos para establecerse. Eso sí, asentarse en el paraíso luxemburgués como sicav compensa principalmente para clientes con al menos 20 millones de euros, pues estos niveles ayudan a explotar las economías de escala. No es una fórmula disparatada, pero el problema de esta fuga es que penaliza el desarrollo y la sofisticación de los servicios de inversión en España.  

Otra medida es la fusión con otra sicav o fondos de inversión, pero esta es una de las más complicadas con las nuevas condiciones normativas que tratan de sortear a los conocidos como 'mariachis', los pequeños inversores que hacen que una gran fortuna pueda utilizar estas sociedades con el requisito legal de tener, al menos, 100 accionistas, a pesar de que haya solo uno que tenga la mayor parte y el resto esté en posición de acompañamiento. Hasta ahora, si no se cumplía el requisito del centenar mínimo de accionistas, se buscaban nuevos socios y se mantenía en marcha el vehículo. 

Se endurece la posibilidad de beneficiarse de un esfuerzo fiscal de apenas el 1% sobre estas inversiones para sortear a los 'mariachis'

Pero las nuevas reglas endurecen la condición para ser tenido en cuenta como accionista. El control se refuerza mediante el requisito de inversión mínimo de 2.500 euros, o 12.500 euros en el caso de una sicav por compartimentos, para contabilizarlas dentro del mínimo de 100 participantes necesario para tributar al 1% en el Impuesto sobre Sociedades, en lugar del 25% al que estarán obligadas si no cumplen con las nuevas obligaciones. La transformación societaria es también una opción, que se suma a la propia liquidación de la sicav. En cualquier caso, las implicaciones fiscales de cada una de las vías son fundamentales para decantarse por una fórmula u otra. 

El papel de la sicav española como instrumento de gestión de grandes fortunas continúa perdiendo tracción. Estas sociedades de inversión de capital variable están en posición de repliegue de velas, pues su número se ha ido reduciendo considerablemente debido a que cada vez hay menos inversores dispuestos a mantenerlas ante al impacto que supone la ley contra el fraude fiscal que impulsó el Gobierno de coalición y que aprobó el Congreso el pasado mes de mayo.

En cualquier caso, Bankinter sigue promocionándolas en su web como "una de las formas más rentables de invertir el activo, con excepcionales ventajas económicas y fiscales de las que se beneficia el inversor a través de su aplicación directa a la sociedad". Para la entidad, esta modalidad de inversión, exclusiva para el enriquecimiento mediante la captación de fondos, resulta en una mayor eficiencia en la asignación del patrimonio, disminuye el riesgo asumido en la inversión a través de su diversificación, favorece el ahorro público mediante la aplicación de ventajas fiscales y proporcionar una liquidez inmediata a los accionistas.

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