BBVA explora un cambio de auditor. La entidad financiera que encabeza Carlos Torres convocará en las próximas semanas una junta de accionistas en la que, tal y como ha podido saber La Información, se estudia incluir en el orden del día la renovación del auditor de sus cuentas. El banco de orígenes vascos mantenía a KPMG contratada para realizar estas labores desde 2017, momento en que sustituyó a Deloitte. En cambio, la inspección iniciada por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) sobre la 'Big Four' ha hecho que el banco empiece a plantearse la conveniencia de buscar cuanto antes un nuevo adjudicatario para este contrato.
El contrato de auditoría de BBVA es uno de los mayores del Ibex, solo por detrás de Santander e Iberdrola. En concreto, y de acuerdo con el informe anual 2020 que la propia entidad envió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hace unas semanas, el grupo bancario pagó a KPMG unos 29 millones de euros por sus servicios de auditoría. Por ello, la posibilidad de que se adjudique de nuevo ha creado altas expectativas en el sector auditor.
En estos momentos se manejan dos teorías entre las empresas que operan en este mercado, en función de los tiempos y de cómo actúe el ICAC. O bien que se nombre un auditor solo para este año, o que se espere a 2022 para sacar un nuevo concurso. De cara al ejercicio 2021, quien tiene las mayores posibilidades de quedarse con el jugoso contrato es EY, la consultora que encabeza Federico Linares, según fuentes financieras, ya que las otra dos grandes competidoras -Deloitte y PwC- mantienen contratos diversos de servicios que les impedirían hacer la auditoría este año. No obstante, el caramelo del BBVA es muy apetecible para el mercado, por lo que un eventual concurso el año que viene abriría la puerta a todos los 'players'.
Cabe recordar que a finales de 2019, cuando solo habían transcurrido tres años desde el inicio del contrato de KPMG, BBVA sacó un concurso para elegir al auditor de sus cuentas durante el periodo 2020-2022. Entonces invitó a firmas como EY, Deloitte y PwC, así como a otras más pequeñas como BDO o Mazars y también a la propia KPMG. Finalmente, abogando por una línea continuista, BBVA decidió mantener a KPMG como auditor, renovando la relación año a año, tratando de apaciguar un mercado ya alterado por el ruido que levantó el Caso Cenyt sobre la entidad.
La lupa del ICAC sobre KPMG
Hace apenas un año que Nadia Calviño decidió modificar la estructura del ICAC, nombrando a Santiago Durán como nuevo presidente de este organismo. A su llegada, Durán se esforzó por dejar claro que su aterrizaje supondría un antes y un después en el celo sancionador con el que se había trabajado en los últimos años. En concreto, apuntaba a la necesidad de "acabar con esa percepción que existe en el sector de que 'viene el ICAC, me van a poner una sanción'".
Pero esta intención no puede ser óbice para paralizar aquellos expedientes que ya estaban sobre la mesa antes del relevo en el organismo de control. De acuerdo con fuentes del mercado, el ICAC maneja desde hace meses un expediente sobre KPMG por la auditoría del BBVA. Del modo en que pueda quedar cerrada dicha investigación dependerá que la 'big four' que preside Hilario Albarracín pueda continuar llevando a cabo la autoría del grupo financiero, cuando menos hasta finales de este ejercicio. Como ya ocurriera con otras grandes auditoras, el ICAC ha resuelto otros expedientes con sanciones por infracción muy graves que implicaban la prohibición de mantener la relación comercial con la sociedad auditada. Este es el caso de Deloitte con ACS o el de PwC con Aena.
Más allá de los pormenores del expediente en marcha, los tiempos son clave en este tema. Si el cierre del expediente por parte del ICAC llega pasado el cierre del año, a KPMG le permitirá auditar el ejercicio 2021, tal y como ocurrió ya con el 2020. Del mismo modo, permitiría que otras grandes compañías puedan concurrir en la adjudicación futura de un contrato al descontinuar las consultorías. En cambio, si llega de manera prematura, mitad de ejercicio, este servicio quedaría en el aire y obligaría al banco a contratar con carácter urgente un nuevo proveedor. Es ahí donde EY cuenta con todas las papeletas a su favor para convertirse en auditor del BBVA. Por lo menos para este año.
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