A falta del respaldo de la Junta de Accionistas

BBVA se decanta por EY como nuevo auditor tras la sanción del ICAC a KPMG

El consejo de la entidad bilbaína zanjó el pasado miércoles el relevo en el control de sus cuentas en una reunión de alta tensión celebrada tras la reciente imputación de Joaquín Gortari en el 'caso Villarejo'.

Federico Linares, presidente de EY España
Federico Linares, presidente de EY España
EY

BBVA se ha decantado por EY en la puja por su contrato de auditoría. El consejo de la entidad que preside Carlos Torres se ha inclinado por la 'big four' para relevar a KPMG en el control de las cuentas del banco bilbaíno para los ejercicios 2022, 2023 y 2024, según adelantó ayer La Información  y ha confirmado la compañía mediante un hecho relevante remitido a la CNMV este jueves. El relevo se produce después de que el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) impusiese una sanción a KPMG con una resolución que ya ha sido recurrida por la firma que todavía auditará al BBVA en este ejercicio.

La decisión del consejo de BBVA sobre el relevo en el control de sus cuentas, que fue comunicada internamente este miércoles, deberá ser ratificada en la Junta General de Accionistas de la compañía prevista para marzo de 2022. El proceso competitivo que BBVA lanzó ante la incertidumbre generada por la inspección del ICAC a KPMG se ha cerrado en un momento delicado para el banco, que este miércoles dio con un último contratiempo que ha alterado la situación procesal de la entidad en el caso Tándem.

Horas antes del consejo, trascendió la decisión de la Audiencia Nacional de imputar al actual jefe de Auditoría Interna de la entidad, Joaquín Gortari, por su supuesta implicación en la contratación del excomisario José Manuel Villarejo durante 13 años para que realizara presuntas labores de espionaje. Entre las razones que han llevado a la Audiencia a incluir a Gortari en la lista de investigados se cita el 'forensic' que el BBVA encargó a PwC, en el que la 'big four' detectó varios correos electrónicos en los que el directivo vasco tramitaba regalos destinados a las fuerzas de seguridad del Estado. 

Se da la circunstancia de que PwC fue una de las firmas que más fuerte pujaron por el contrato de auditoría de la entidad bilbaína, sin embargo y precisamente a causa de su labor en el 'forensic', la eventual elección de PwC como auditor podría ser empleada por la Fiscalía Anticorrupción como arma arrojadiza contra el banco vasco en el 'caso Tándem'. El órgano de gobierno del banco ha mantenido esta posición con independencia de la reciente evolución de los hechos procesales. 

Fuentes del sector legal han indicado en conversaciones con La Información que, con la ley en la mano, la elaboración por parte de PwC del citado 'forensic' no supondría una causa de incompatibilidad suficiente para descartar a la firma como auditora de BBVA. Por su parte, EY se incorporó a la firma bajo una fuerte presión por el impacto del conocido como 'escándalo Wirecard', la quiebra fraudulenta de la fintech alemana que ha puesto a la 'big four' en el foco internacional. La comisión que el Bundestag creó para esclarecer el caso ha concluido que la citada polémica podría trascender más a allá de la filial alemana de EY y afectar a la consideración de la 'big four' como auditora de grupos financieros a escala global.

A la licitación también concurrió Deloitte, cuya candidatura se enfrentó desde el principio a incompatibilidades derivadas de los contratos de consultoría que unen al grupo con la entidad bancaria. Dada la  envergadura de estos acuerdos, Deloitte nunca demostró intención de rescindir dichos contratos lo que posicionó a la firma en un segundo plano en el concurso por la verificación de las cuentas del banco. Deloitte auditó las cuentas de BBVA durante el periodo 2002-2016.

El control de las cuentas de BBVA es una de las licitaciones más importantes en el mercado español de auditoría, solo por detrás de Santander e Iberdrola. La envergadura del contrato lo convierte en uno de los más importantes del sector financiero español. Al cierre de 2020, BBVA pagó 29 millones de euros a KPMG por su control sobre las cuentas de la matriz y del conjunto de filiales de la entidad. La cifra permite suponer que, para los tres ejercicios que comprenderá el nuevo contrato de auditoría, EY se embolsará alrededor de 90 millones de euros.

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