BBVA ganó 4.323 millones de euros en los nueve primeros meses de 2018, un 25,3% más que durante el mismo periodo de 2017. La cifra se sitúa por encima de los 4.282 millones que preveía el consenso de analistas.
Una de las claves del resultado en el trimestre pasado está en la plusvalía que se ha apuntado el banco gracias a la venta de su filial chilena, por importe de 633 millones de euros. Además, desde el banco recalcan el impulso de los ingresos recurrentes (margen de intereses y comisiones) y la caída del volumen de provisiones.
En cuanto a la parte alta de la cuenta de resultados, la firma presidida por Francisco González ha notado los vaivenes macroeconómicos de sus filiales. Su margen de intereses se ha reducido un 2,3%, mientras que a tipos constantes -esto es, sin repercutir la depreciación de la moneda local que se ha producido en muchas de sus filiales- crecería hasta un 10,2%. En las comisiones se nota el mismo efecto, ya que caen un 1,4%, mientras que a tipo constante crecen un 9,4%.
Con todo ello, el margen bruto alcanza los 17.596 millones de euros, que es un 6,9% inferior al registrado hasta septiembre de 2017. En cuanto a los costes en los que ha ocurrido la entidad, destaca la fuerte caída de los gastos de explotación (-7,1%), que le ha permitido alcanzar los 8.875 millones en cuanto a margen neto.
Finalmente, la entidad ha tenido que aprovisionar casi un 10% menos, (2.629 millones) por deterioro de activos, mientras que 234 millones corresponden a dotaciones y provisiones, hasta un 60% inferior a 2017. Con ello, la entidad ha registrado un beneficio antes de impuestos prácticamente igual al de hace un año con 6.012 millones. Aunque finalmente, tras añadir los 633 millones por las plusvalías de la venta de BBVA Chile se ha alcanzado el resultado de 4.323 (tras descontar pago de impuestos y minoristas).
Los resultados presentados vienen marcados por la volatilidad que han generado las filiales de BBVA en el periodo. Así lo ha reconocido el consejero delegado de la entidad, Carlos Torres, que ha recalcado que "a pesar de las dificultades en Turquía y Argentina, hoy presentamos unos resultados que ponen de manifiesto la fortaleza de nuestro modelo de negocio y la diversificación geográfica. A los resultados, se suman los avances en la transformación del banco, una holgada posición de capital y la solidez de nuestros indicadores de riesgo".
En términos de solvencia, BBVA mantiene el ratio CET 1 fully-loaded en el 11,34%, por encima del objetivo de capital (el 11%). La venta de la participación en BBVA Chile generó un impacto positivo en dicho indicador. En cuanto a los indicadores de riesgo, en septiembre, la tasa de mora se situó en el 4,1% (frente al 4,4% de tres meses antes), el nivel más bajo desde junio de 2012. La tasa de cobertura subió al 73% y el coste del riesgo se ubicó en el 0,90%. Por último, el ROE alcanzó entre enero y septiembre el 12,2% (frente al 9,6% del mismo periodo de 2017) y el ROTE, el 14,8% (frente al 11,9%).
En cuanto a España, la inversión crediticia registró un retroceso del 2% con respecto al cierre del ejercicio 2017, fundamentalmente por la reducción en hipotecas, sector público y grandes empresas. Por su parte, el crédito al consumo y las tarjetas de crédito crecieron con fuerza y ya acumulan un subida del 16,8% en lo que va de año. Con ello, BBVA registró un resultado atribuido de 1.167 millones de euros (+10,5% interanual), influido por el comportamiento de las comisiones y por los descensos tanto de los gastos de explotación como de los saneamientos crediticios
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