Desde 2016

BBVA 'para el carro' de sus neobancos tras acumular pérdidas millonarias

Vende Holvi a su fundador, después de cerrar Simple y no acudir a la opción de compra de Atom. Entre los tres suman pérdidas de más de 560 millones de euros en el último lustro.

El presidente del BBVA, Carlos Torres.
El presidente del BBVA, Carlos Torres.
EP

BBVA da un paso atrás en sus apuestas por los llamados neobancos, entidades financieras ‘alternativas’ con un servicio puramente digital. El banco presidido por Carlos Torres ha ido rebajando en los últimos meses su exposición a este tipo de compañías, tras la venta de la finlandesa Holvi a su equipo fundador, el cierre de la estadounidense Simple y la decisión de no acudir a la opción de compra del 100% de los títulos de la británica Atom Bank. Entre los tres han sumado pérdidas de más de 560 millones de euros en los últimos cinco años, en los que han estado bajo su paraguas.

Los neobancos son, quizás, el paradigma de la nueva competencia para las grandes entidades financieras. Es un fenómeno que ha explotado en la última década. Ante una regulación más favorable a ofrecer servicios financieros por internet y unos hábitos de consumo más digitales han surgido numerosas compañías respaldadas por fondos de capital riesgo que han logrado licencia bancaria y tratan de competir con una infraestructura mucho menos pesada contra la banca ‘tradicional’. Ante esta nueva oleada, BBVA optó hace varios años de invertir dinero para acercarse al modelo y tomar posiciones accionariales. Ahora ha replegado parte de sus velas.

El último movimiento de repliegue ha sido con la apuesta más pequeña que ha hecho hasta ahora. Se trata de la entidad finlandesa Holvi. BBVA entró en la compañía con sede en Helsinki a principios del año 2016. Fundada en el año 2011, estaba centrada en servicios financieros a pymes y autónomos. En su momento no se hizo público lo que pagó por la startup, que hasta esa fecha apenas había levantado capital de fondos privados. Pero ese mismo año, el banco español le fijó un valor de unos 13 millones de euros. Desde ese ejercicio hasta 2020, la startup, que opera en Finlandia y Alemania, ha acumulado pérdidas de algo más de 50 millones, más de la mitad en los dos últimos años. A principios de este mes de febrero, anunciaba que había llegado a un acuerdo para venderle la compañía a su fundador, Tuomas Toivonen, por una cantidad desconocida -pero previsiblemente baja-.

Apenas unas semanas antes de anunciar su desinversión en la finlandesa, BBVA dio otro paso atrás, pero este más sonado en lo económico. Simple, el neobanco con sede en Estados Unidos, cerraba sus puertas en el marco de la salida de este mercado tras la venta de los activos al grupo de servicios financieros PNC. Hasta la fecha, el 100% de las acciones de la startup -que fue adquirido en 2014- se encontraban bajo el paraguas del holding español, que no las excluyó de la transacción. Sólo en los últimos cinco años, incluido el 2020, este neobanco había perdido 208 millones de euros, según las cuentas anuales. Estas pérdidas llevaron a ejecutar varios recortes de valoración. Ahora, como queda claro en su propia página web, los clientes de Simple pasarán automáticamente a BBVA USA, controlada por PNC.

La tercera gran apuesta de la entidad presidida por Torres fue el británico Atom Bank. Aterrizó en el año 2016 y poco a poco fue ganando peso hasta que dos años más tarde se convirtió en accionista de control al alcanzar el 40%. Este movimiento tuvo una contrapartida: se reservaba la opción de comprar el 100% en el siguiente año. Finalmente, tal y como avanzó La Información, no se hizo efectivo y, por tanto, perdió privilegios. Desde esa fecha participó en una nueva ronda de financiación con su parte correspondiente por su posición accionarial. En total, las inyecciones de capital de la española han sumado más de 200 millones de euros.

Según los últimos números actualizados en el informe anual del holding, el neobanco británico acumula desde aquel 2016 un total de 300 millones de euros de pérdidas. Sólo en 2020, año de la pandemia, sumó 75 millones. A mediados de ese ejercicio se barajó la posibilidad de una nueva ronda de financiación de más de 150 millones de libras contratando a Citi como asesor en la operación, tal y como apuntó Sky News, aunque finalmente aún no se ha formalizado. Su objetivo era salir a bolsa a lo largo del año 2022. Hoy cuenta con casi 2.000 millones de libras en depósitos de clientes.

Más allá de sus inversiones directas, BBVA sólo tiene un neobanco entre su portafolio de startups fintech dentro del fondo de capital riesgo Propel Venture Partners. Se trata del brasileño Neon, con sede en Sao Paulo. Entró en el accionariado en el año 2018 y sigue ahí. Hasta la fecha ha captado más de 420 millones de dólares de capital de inversores como la entidad española o gigantes como Blackrock, PayPal, y los fondos estadounidenses General Atlantic o Vulcan. El máximo rival de la entidad española, Banco Santander, también tiene un solo neobanco entre sus inversiones con el fondo propio Mouro Capital.

Las apuestas en este sector vienen acompañadas por el rojo. La inmensa mayoría de neobancos no han declarado beneficios aún después de más de un lustro de actividad comercial. Al igual que sucede con la banca tradicional, los márgenes de rentabilidad son muy estrechos. Pero tienen una desventaja respecto a sus rivales ‘tradicionales’: el tamaño. Y esto ha empezado también a ser un problema, con los reguladores, como el británico, exigiendo un cambio de tendencia. Todas estas compañías operan bajo una enorme presión para demostrar su capacidad para ser rentables. Revolut y Monzo, dos de las marcas más relevantes en Europa, sumaron 220 millones de libras de pérdidas en sus últimos años fiscales cerrados. Expertos señalan la posibilidad de una consolidación entre todas estas entidades para tratar de acelerar este proceso. Antes de que esto se produzca, BBVA ha dado algunos pasos atrás.

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