Por el efecto de la inflación

BBVA se protege de la guerra con 200 millones y casi la mitad es para España

La entidad ha realizado un análisis tras el que ha decidido guardar unas dotaciones adicionales basadas en previsiones a largo plazo con el fin de afrontar los impactos indirectos que puedan surgir por la invasión. 

Onur Genç, consejero delegado de BBVA.
Onur Genç, consejero delegado de BBVA.
L. I. / BBVA / Archivo

BBVA se blinda frente a la invasión rusa sobre Ucrania, a pesar de que su exposición directa al conflicto es de apenas unos 50 millones de euros. El consejero delegado de la entidad, Onur Genç, ha confirmado que el grupo ha decidido guardar unos 200 millones de euros en dotaciones adicionales basadas en previsiones a largo plazo con el fin de afrontar los impactos indirectos que puedan surgir por la invasión. Del total, unos 97 millones de euros, casi la mitad, servirán de escudo para España, donde la inflación ya se encuentra en niveles récord. 

El CEO del banco 'azul' ha reconocido que preocupa bastante la incertidumbre de la guerra y sus impactos indirectos. La inflación desbocada podría desencadenar problemas entre sus clientes, sobre todo entre aquellos con mayor vinculación a las materias primas como el petróleo o los alimentos. El menor crecimiento esperado, fundamentalmente en Europa, es también otro de los elementos que le han llevado a provisionar este importe. 

En todo caso, ha subrayado su relativo optimismo, pues los clientes y las empresas españolas en general iniciaron un proceso de desapalancamiento en 2007. Desde entonces, la ratio de deuda frente al PIB ha descendido considerablemente, por lo que considera que podría haber algún impacto a nivel financiero, pero, en general, la solidez de la situación les hace estar tranquilos aunque vigilando con la máxima atención. Tras un análisis, BBVA ha determinado que su exposición directa está muy limitada y controlada, con una pérdida esperada muy pequeña.

Garanti, por el método de la hiperinflación

La situación es también delicada en Turquía. La inflación en el país otomano está totalmente disparada, colocándose por encima del 60%. La guerra no está haciendo otra cosa más que recrudecer esta situación. Por ello, BBVA se plantea aplicar desde este mismo segundo trimestre, que empieza en abril y finaliza en junio, la clasificación contable de la hiperinflación, que ya utiliza en otras geografías como Argentina y Venezuela. 

Para llegar a esta conclusión, el banco analiza diferentes elementos. Uno de los criterios es que la inflación acumulada en los últimos tres años supere el 100%, así como que los clientes inviertan en divisa local o extranjera, entre otros. También se revisa el movimiento del balance, pues se multiplica la inflación por la posición monetaria neta, que evoluciona constantemente. "El impacto ahora mismo es imposible de predecir y cuantificar", ha remarcado Genç. 

Lo que sí adelanta es que tendrá un efecto negativo sobre la aportación de la filial turca en el resultado consolidado del grupo. El primer año de aplicación de la contabilidad por hiperinflación se suele observar que la contribución del beneficio es limitado. Mientras, la ratio de capital experimentará un impacto positivo, así como el valor contable tangible de la entidad, pues se produce una revaluación de los activos no monetarios (inmobiliario, básicamente). Teniendo en cuenta esto, el consejo de administración de la entidad decidirá en qué nivel situar el payout o retribución al accionista, pues su horquilla se sitúa entre un 40% o un 50%. 

Mostrar comentarios