BBVA se lanza al mercado y coloca otros 1.000 millones en 'deuda anticrisis'

  • El banco que preside Carlos Torres refuerza su colchón 'anticrisis' para evitar el uso de dinero público ante una eventual quiebra.
Carlos Torres, BBVA, Junta de accionistas 2019
Carlos Torres, BBVA, Junta de accionistas 2019
EFE

BBVA ha cerrado este miércoles una emisión de 1.000 millones de euros en deuda senior no preferente -un día después de que CaixaBank haya hecho lo propio con 1.250 millones-, para reforzar su colchón de capital y deuda anticrisis y poder rescatarse por sí mismo en caso de quiebra.

En concreto, el banco que preside desde comienzos de año Carlos Torres ha realizado una colocación de bonos a siete años de deuda senior no preferente en una operación que ha tenido una demanda de 2.600 millones de euros. El precio se ha fijado en 105 puntos básicos sobre 'midswap', por debajo del nivel inicial de entre 120 y 125 puntos básicos, gracias a la elevada demanda, según informa 'Europa Press'. El precio está por debajo del nivel al que emitió ayer CaixaBank, lo que demuestra que los inversores aprecian un menor riesgo con esta inversión.

Las entidades encargadas de la colocación de los títulos de deuda son el propio BBVA, Commerzbank, HSBC, ING, Natixis y UBS, como avanzó 'Efe' a primera hora de la mañanaEsta emisión será computable para el requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos admisibles (MREL) fijado por la Junta Única de Resolución (JUR) para el banco hace ya un año.

La deuda sénior no preferente es una categoría de deuda que fue aprobada por el Gobierno en 2017, con el objetivo de facilitar a las entidades el cumplimiento del colchón anticrisis. En caso de resolución o concurso de acreedores, este instrumento absorbe pérdidas antes que el resto de créditos ordinarios, pero después que la deuda subordinada, los CoCos o las acciones, por lo que es más segura que este tipo de activos.

Este martes, CaixaBank completó una colocación de 1.250 millones de euros en deuda senior no preferente en una operación en la que Barclays, BNP Paribas, CaixaBank, Credit Suisse y Morgan Stanley actuaron como colocadores y que tuvo una demanda superior a los 4.000 millones de euros, lo que demuestra el apetito del mercado por la deuda que emite la banca española.

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