Crisis de la segunda economía mundial

BCE y FMI alertan de que el resurgir de China presionará la inflación este año

El "despertar" de su economía, que se prevé crezca un 4,4% este año, impulsará su demanda de petróleo y de Gas Natural Licuado, provocando más restricciones y pudiendo generar más alzas de precios en Europa

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI
Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI
DPA vía Europa Press

La salud de la segunda economía del planeta mantiene en vilo a medio mundo. El frenazo de China -su PIB creció al 3% en 2022, al menor ritmo en cuarenta años y por debajo de lo que avanzó la actividad a nivel global- ha constatado una crisis que se ha venido fraguando los últimos trimestres a golpe de restricciones por la pandemia. La política 'cero covid' puso patas arriba su economía en un momento especialmente delicado, en el que a Pekín le tocaba lidiar con otros problemas estructurales de difícil manejo: una deuda mastodóntica (roza el 300% de su PIB sumando el pasivo de las empresas estatales), la delicada salud de su sector inmobiliario, las tensiones demográficas y la pugna comercial con Estados Unidos y otras grandes economías del planeta. 

Las perspectivas para el gigante asiático son algo mejores a raíz de la reapertura, si bien parece poco probable que en el más corto plazo recupere el papel de motor del crecimiento global de las últimas décadas. Esa reactivación, que el Fondo Monetario cifra en un avance del PIB del 4,4% en el conjunto del ejercicio, ha puesto sobre aviso a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el propio Banco Central Europeo (BCE). La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, advertía este mismo viernes desde el Foro de Davos sobre cómo el "despertar" chino impulsará su demanda de petróleo y de Gas Natural Licuado (GNL) a niveles muy superiores a los del año pasado.

La francesa considera que la reducción de la capacidad disponible tras la invasión de Ucrania implicará más restricciones y "más presión inflacionaria" para Europa, que compite con Pekín por los suministros de GNL a raíz del veto a los hidrocarburos rusos. La Agencia Internacional de la Energía espera que el país asiático acapare este año cerca de la mitad del aumento previsto de la demanda de petróleo, para la que augura cifras récord en el entorno de los 101,7 millones de barriles diarios. 

Occidente en general y la Eurozona en particular batallan contra una inflación en cotas históricamente altas (del 9,2% en la región en diciembre) que ha obligado a los bancos centrales a pisar el acelerador de las subidas de tipos. Lagarde ha dejado claro que el BCE seguirá endureciendo su política monetaria para hacerle frente y ha hecho un llamamiento a los gobiernos del área para que centren sus políticas fiscales. "El apoyo fiscal desembolsado en 2022 debe orientarse mejor y no debe empujar a quienes toman decisiones de política monetaria a hacer más" o a subir los tipos cada vez más, zanjaba. Sus temores acerca del impacto que un aumento de la demanda energética china pueda tener sobre los precios mundiales son compartidos por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. 

Las mejores perspectivas para China

El Año Nuevo lunar arranca este domingo y los expertos confían en que los datos económicos empiecen a ser más favorables a partir del segundo trimestre. El Gobierno de Xi Jinping ha convertido el crecimiento en una prioridad de su discurso y ha dejado entrever que habrá nuevas medidas de estímulo. Desde los cupones que empezarán a distribuirse en mayo para contrarrestar la atonía en el consumo, a las inversiones en infraestructuras y en transición energética, sobre todo en tecnologías solar y eólica. China también ha puesto el foco en el aumento de su tasa de urbanización del 63 actual al 80%, al considerarla un motor indispensable para el crecimiento. 

"Los últimos datos económicos publicados apuntan a una recuperación en forma de 'V' en el segundo trimestre", apunta Sean Taylor, Estratega Jefe de Inversiones para Asia Pacífico de la gestora DWS. En contra de lo que pudiera parecer, el crecimiento del 2,9% que su PIB registró en el cuarto trimestre fue significativamente mejor de lo que muchos analistas había previsto. La reapertura económica más rápida de lo esperado en el gigante podría relajar aún más las interrupciones de la cadenas de suministro, en opinión de los economistas de Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo.

El impacto de las tensiones geopolíticas

La geopolítica también jugará un papel importante a la hora de consolidar o no estas perspectivas. La prohibición impuesta por el Presidente estadounidense, Joe Biden, a las exportaciones de semiconductores a China pone de manifiesto la postura cada vez más dura frente a su principal rival. Washington también está presionando a Bruselas para que endurezca su postura hacia Pekín. "El orden mundial multipolar asiste así a un aumento de las tensiones, bautizado como la nueva guerra fría", advierte Vincent Chaigneau, director de investigación en Generali Investments.

De igual modo, uno de los riesgos conocidos para 2023 es que China tome medidas de bloqueo contra Taiwán. El experto destaca cómo el constante aumento de la proporción de la población que se siente "solo taiwanesa" (y que según los sondeos superaría el 60%), sugiere que el tiempo juega en contra de China. Más aún cuando Estados Unidos tiene previsto destinar 10.000 millones de dólares a ayuda a la seguridad y para acelerar la adquisición de armamento para Taiwán, una medida que añadirá presión extra sobre el gobierno de Pekín de cara a los próximos meses.

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