Objetivos supervisores

El BCE amenaza con inspecciones in situ a los bancos con mayor apetito de riesgo

El organismo europeo acecha con 'llamar a los despachos' de las entidades con deficiencias para asegurarse de que refuerzan sus mecanismos de gestión de los préstamos morosos. 

Andrea Enria
Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE.
Efe

El Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE) quiere asegurarse de que las entidades financieras salen de la crisis con una buena salud. Y como empieza a observar algunas deficiencias importantes en los marcos de gestión de riesgo crediticio de determinados bancos que ya han sido comunicadas a los respectivos consejeros delegados a través de una carta, la autoridad que dirige Andrea Enria está preparada para realizar inspecciones in situ en cada una de estas entidades. El objetivo consiste en comprobar los avances e incluso  realizar un análisis de los modelos internos, según apunta en sus prioridades de supervisión para el periodo comprendido entre 2022 y 2024. Lo que más le preocupa es la identificación y clasificación de los préstamos con problemas, la valoración de las garantías y las provisiones. 

La crisis del Covid-19 tiene unas características muy peculiares. A pesar de la gran desaceleración económica observada, los préstamos dudosos han continuado con una tendencia descendente. Esto ha sido así gracias a las medidas excepcionales puestas en marchas para mitigar los efectos de la pandemia y respaldar a la economía real. Han sido acciones sin precedentes que, al mismo tiempo, han desdibujado la solvencia de muchos clientes, poniendo en una situación de amenaza a los bancos, pues deben gestionar de forma precisa y proactiva un riesgo crediticio que es probable que aflore pero que actualmente cuenta con un escudo y es difícil de cuantificar. 

Se da la circunstancia de que algunos indicadores adelantados apuntan ya a un posible deterioro de la calidad de los activos en el futuro. Por ejemplo, los préstamos en 'stage 2' o en vigilancia especial se han elevado considerablemente. El aumento se desaceleró bien entrado el año 2021, pero se sitúan ya a unos niveles que duplican a los prepandémicos. Y la incertidumbre es aún mayor en las carteras de los bancos con gran exposición a los sectores más vulnerables a las restricciones: servicios de alojamiento, alimentación, transporte aéreo y viajes. Es posible que se desencadene una oleada de morosidad procedente de empresas relacionadas con estos negocios. 

El BCE está preocupado por las empresas dedicadas al turismo, como los viajes o el transporte aéreo, y la alimentación

En todo caso, el impacto total de la crisis del coronavirus solo será visible a medio plazo, una vez se haya retirado la mayor parte de las medidas de apoyo de emergencia. Los directivos de algunos bancos creen que podría empezar a verse algunas consecuencias a mediados de 2022. Y a esta situación extraordinaria se ha de sumar la rentabilidad históricamente baja del sector bancario y otras vulnerabilidades estructurales, como la propia sostenibilidad de los modelos comerciales actuales u otros desequilibrios a nivel de gobernanza interna.

En este contexto, algunas entidades ya han empezado a liberar dotaciones y otros planean hacerlo. El BCE reconoce que estas decisiones permitieron a la banca mejorar sus cuentas de resultados en la primera parte de este ejercicio, pero pide cautela. Como supervisor, se asegurará de que las entidades sigan vigilantes y establezcan unos controles de riesgo sólidos para abordar cualquier problema de forma proactiva. "Continuaremos presionando para que clasifiquen correctamente los préstamos y reconozcan de forma oportuna el deterioro en la calidad de sus activos", señala Enria en un comentario que acompaña al documento que establece sus nuevos ejes estratégicos. 

Algunos de los bancos españoles, como Banco Santander o Banco Sabadell, ya han iniciado el proceso de liberación de provisiones en el extranjero. Estados Unidos o Reino Unido son algunas de las zonas en las que la recuperación parece estar más clara. Son mercados en los que el escenario macroeconómico ha mejorado de forma considerable en los últimos meses y las expectativas parecen mucho mejores. BBVA valora hacerlo en próximo trimestres. CaixaBank y Bankinter, sin apenas exposición internacional, no piensan en 'soltar' dotaciones, pero sí en apartar una cantidad menor en el mercado doméstico. 

El BCE es más o menos optimista con la economía de la eurozona, pero teme sobre todo a las nuevas variantes del virus y a la eficacia de las vacunas. No descarta que se tengan que reintroducir nuevas medidas de contención en caso de un resurgimiento de la pandemia, generando nuevas 'cicatrices' y ralentizando el ritmo de recuperación. La escasez de suministros también le causa intranquilidad. Si esta situación persiste más de lo esperado supone un riesgo potencial a la baja para las perspectivas económicas. A todo ello se le unen las maniobras que habrá que realizar para manejar el importante avance de la deuda de los países y el peligro que supone en caso de que se produzca una subida repentina de los tipos de interés. 

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