Empleador de las plataformas

Blackrock se convierte en banquero de Jobandtalent y le inyecta 80 millones

La startup española logra oxígeno financiero para su circulante tras levantar 88 millones de euros de sus socios actuales, liderados por el gigante australiano Seek.

Los dos cofundadores de Jobandtalent
Los dos cofundadores de Jobandtalent
L.I.

Jobandtalent logra más gasolina en forma de financiación bancaria. Y lo hace con el mayor gestor de activos del mundo: Blackrock. La entidad se ha convertido en el banquero de la startup española después de inyectar 100 millones de dólares -80 millones de euros al cambio actual- en una operación de crédito que servirá para refinanciar parte de la deuda que tenía ya consignada y para apoyar el circulante nuevo en su modelo de Empresa de Trabajo Temporal (ETT) digital. Esta transacción llega justo después de haber levantado 88 millones de euros en una ampliación de capital liderada por su máximo accionista, el gigante del empleo australiano Seek, que colocó su valoración cerca de los 500 millones de euros.

La operación es a través de una línea de crédito que ha sido aportada por diferentes fondos de Blackrock y de una de su subsidiaria Tennenbaum Capital Partners -que adquirió en abril de 2018-. Como garantía, y como suele suceder en estas operaciones, se entrega como garantía las acciones de la compañía española, cuya matriz se sitúa en Londres (Reino Unido) desde hace varios años. La deuda captada servirá para poder cubrir los pagos por adelantado de las nóminas de los empleados temporales contratados a través de su plataforma.

Esta inyección, en la que han participado Garrigues como asesor legal y Alter Domus como agente, supera con creces las firmadas hasta ahora por la compañía, que no ha hecho ningún tipo de comentario. En los últimos años ha firmado varias transacciones, entre ellas la que destaca es la que aportó Harbert hace un par de años o la de más de 10 millones de euros del fondo Associated Ventures Corp, con sede en Barbados y vinculado al empresario venezolano Alejandro Betancourt, del grupo de los conocidos como 'bolichicos'. Estos nuevos 100 millones servirán para refinanciar parte de esa deuda, según confirman fuentes conocedoras. A cierre de 2019, último ejercicio disponible, contaba con más de 60 millones de euros de deuda bancaria y otra financiación. A esto hay que sumar casi 24 millones de un crédito convertible en acciones que se ejecutó a lo largo del año.

La ETT de las plataformas

La mayoría de esta financiación es a corto plazo, pues se trata de productos para dar liquidez inmediata y financiar el circulante con el que pagar las nóminas de los empleados. La razón hay que encontrarla en el modelo por el que optó la compañía en el año 2016 después de la entrada del fondo de inversión de los creadores de Skype (Atomico): Empresa de Trabajo Temporal (ETT) digital. Su objetivo es competir contra los gigantes de un sector, especialmente criticado por la precariedad laboral. Desde esa fecha, abandonó su modelo de clasificado y publicidad para convertirse en empleador de trabajadores temporales de baja cualificación.

A partir de ese momento, la compañía ha sido el empleador en sectores destacados como el de la banca, pero también en la logística -con un gran auge por el comercio electrónico y el crecimiento de compañías- en ocho países, a muchos de los cuales ha accedido a través de adquisiciones de compañías locales más pequeñas. Pero la que ha sido una de sus grandes apuestas y sobre la que ha apoyado buena parte de su crecimiento es la movilidad y la polémica 'economía bajo demanda', es decir, las plataformas de 'riders' o de conductores de vehículos. Por ejemplo, en España, y en otros países, ha sido la ETT elegida por compañías como Cabify -para gestionar sus flotas de chóferes profesionales con VTC- o de Just Eat -para subcontratar la gestión de su plantilla de repartidores de comida-. 

En busca de la rentabilidad

La compañía sigue sin ser rentable, debido a su inversión para seguir creciendo. En el año 2019, último del que hay números, obtuvo unos ingresos de 268 millones de euros -lo recibido por las empresas, donde se incluye su comisión de gestión y la nómina del empleado-, con unas pérdidas netas de 35,7 millones de euros. Ambos números son más del doble que en el año anterior. Las cifras de 2020 no se han hecho públicas, pero según sus propias perspectivas, se pretendía mantener el ritmo de crecimiento. Para enjugar las pérdidas, hace tan sólo dos semanas aprobó una reducción de capital de 27,3 millones de euros recortando en 27,3 millones de euros la prima de emisión acumulada tras las diferentes rondas de financiación con fondos internacionales de los últimos años.

La última ronda destacada se formalizó hace tan sólo unas semanas. Los actuales inversores, entre los que se encuentran fondos internacionales como Atomico o DN Capital o españoles como Kibo Ventures, junto con el fondo de tecnología francés Infravía aportaron 88 millones de euros para la ampliación de capital. La valoración, según explicaron fuentes conocedoras, se acerca a los 500 millones de euros. Esta llegó tan sólo un año después de que se cerrara otra inyección de 78 millones, adelantada por La Información, con la que aterrizó en el accionariado el gigante del empleo en internet australiano Seek, cotizado en bolsa y con una capitalización de 9.200 millones de dólares australianos (casi 6.000 millones de euros al cambio).

Después de esta última ronda que se comunicó el pasado mes de enero no se ha desvelado cómo queda el accionariado -la anterior sirvió para que varios inversores españoles desinvirtieran y para que los emprendedores hicieran una venta parcial de sus acciones-. Seek es el accionista de referencia. Antes de esa ampliación, el grupo con sede en Sidney controlaba el 18,9% de todas las acciones. Eso no sólo le ha permitido reservarse un puesto de los seis en el consejo de administración -el resto lo tienen los dos cofundadores, el exjefe de Uber y asesor Nial Wass, el representante de Kibo Ventures, Javier Torremocha, y Joshua Lee Mendoza, de Infravía-. También se ha reservado según el acuerdo de accionistas la posibilidad de autorizar "ciertas decisiones comerciales y operativas sobre las actividades", como desvela en su informe de 2020.

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