Blesa escribió su testamento 3 años antes de morir y bajo la amenaza de las 'black'

  • El exbanquero lo escribió de su puño y letra el 29 de julio de 2014, después de haber estado en la cárcel durante quince días.
La Audiencia ordena devolver el pasaporte a Blesa y dejarle salir de España
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Fue en plena tormenta judicial. Hacía más de un año que había salido de la prisión de Soto del Real, donde había pasado 15 días por un auto de prisión injusto de Elpidio José Silva. Fue en ese momento, el 29 de julio de 2014, cuando el expresidente de Caja Madrid, el difunto Miguel Blesa, cogió papel y bolígrafo y se puso a redactar su testamento de su puño y letra, sin acudir al notario. Pese a haber salido airoso de ese primer trance, las acusaciones mediáticas y jurídicas contra él no habían cesado. Sus correos al frente de la caja airearon sus lujos y favores y ya se había publicado la existencia de las tarjetas ‘black’ que le provocaron una condena a 6 años de cárcel. Tres años después de dejar su legado a su esposa y su única hija se pegó un tiro en el pecho en una finca de Córdoba.

Se desconoce si, cuando escribió su testamento ológrafo (redactado por él mismo), conocía la que se le venía encima. Pero su redacción casi coincide en el tiempo con la denuncia presentada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) contra él y contra su sucesor en el puesto, Rodrigo Rato, en Fiscalía por el uso de esas tarjetas. Anticorrupción había empezado a investigar el caso el 4 de julio de 2014, pero en los meses posteriores a la publicación de su existencia por 'eldiario.es' y ‘Expansión’, el departamento de auditoría interna de Bankia, ya rescatada, había empezado a recabar información. Blesa, como Rato y el resto de consejeros de Caja Madrid y su sucesora Bankia no declararon como imputados ante el juez Fernando Andreu hasta octubre. Al fallecido expresidente se le embargaron gran parte de sus bienes acto seguido.

Las razones concretas que llevaron a Blesa a hacer testamento en ese momento y a redactarlo él mismo en lugar de en notaría, se las llevó a la tumba. Pero lo cierto es que estaba en caída libre. Decenas de preferentistas le perseguían en cada declaración en los juzgados o acto público. Incluso llegó a sufrir alguna agresión. La indignación contra él crecía mientras los medios mostraban las fotos de sus cacerías en África con antílopes, leones, búfalos e incluso hipopótamos abatidos con su rifle. Una vida suntuaria, tarjetas con las que la empresa lo pagaba todo… Y miles de jubilados estafados por los productos bancarios en los que su caja de toda la vida les aconsejó que colocaran sus ahorros. Poco después, la entidad a la que dio lugar, Bankia, tuvo que ser rescatada con 24.000 millones de euros de todos los contribuyentes. El exbanquero tenía entonces 67 años.

El contenido del testamento ya se conoce. En él convertía en sucesoras universales, es decir, de todos sus bienes y derechos, a su esposa Gema Gámez, con la que se había casado el año anterior, y a su única hija, María José, fruto de su anterior matrimonio con María José Portela. También se incluía una pequeña aportación de 3.000 euros para la asociación de discapacitados que había puesto su nombre a un centro ocupacional en Linares (Jaén), su municipio natal, pero Blesa la retiró tras conocerse en 2015 que ese colectivo había decidido quitar el rótulo en letras doradas de la fachada tras su caída en desgracia “para acallar los comentarios”.

Se adveró tres meses después de su muerte

Todo testamento ológrafo -es decir, manuscrito por su autor- necesita de un trámite posterior ante notario que lo dote de validez, la adveración. Mediante una prueba caligráfica o mediante la declaración de testigos se comprueba que quien redactó el documento era efectivamente el testador. Esta se produjo el pasado 23 de octubre, tres meses después de su suicidio, ocurrido el 19 de julio en una finca de caza de Villanueva del Rey (Córdoba). Solo una semana después, sus dos herederas renunciaron a la herencia enviando un requerimiento notarial a la Audiencia Nacional. Consiguieron evitar así la deuda de 9,3 millones por la indemnización que le impuso la condena de las ‘black’ el 23 de febrero de 2017.

Gran parte de su patrimonio permanece embargado por ese tribunal. Blesa devolvió los 436.688,42 euros que se había gastado con su tarjeta durante el proceso, pero tres inmuebles suyos permanecen retenidos en garantía por las indemnizaciones derivadas de su delito, uno en Madrid, otro en El Escorial y un tercero en Linares. También dos coches y un paquete de productos bancarios como planes de pensiones y fondos de inversión. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), que rescató la entidad, y la propia Bankia, se disputan ahora en el Supremo la propiedad de todo ello al considerarse los perjudicados de la apropiación indebida por la que fue condenado el expresidente de la caja.

Los hermanos y sobrinos también renuncian

Tras cerrarse la vía de las herederas al haber renunciado a la herencia, se abrió la de los sucesores legales del banquero, es decir, la de los hermanos y sobrinos de Blesa. Pero, al igual que su hija y su viuda, todos ellos han hecho saber a la Audiencia que no quieren saber nada del legado de su familiar. Nadie se quedará con su patrimonio que, a partir de ahora, quedará englobado en una comunidad de bienes a la espera de que se ejecute para pagar a sus acreedores.

Casi tres años después de redactar su testamento, con una condena a seis años de cárcel pendiente de confirmar por el Supremo y otros dos procedimientos abiertos -uno por las preferentes y otro por los sobresueldos irregulares de los directivos de Caja Madrid-, el expresidente de esa entidad se pegó un tiro en la finca Puerto del Toro. Ni los políticos ni los empresarios conocidos con los que antes de su 'via crucis' judicial se codeaba acudieron a su sepelio. Las crónicas hablan de un entierro familiar, íntimo. El de un viejo banquero que se fue arruinado y en medio del oprobio.

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