La alta velocidad en España no pasa por su mejor momento: la liberalización del AVE ha sido aplazada hasta nuevo aviso tras entender el gestor ferroviario Adif que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) discrimina a Renfe frente a sus futuros competidores; el coronavirus ha frenado todas las obras de alta velocidad y amenaza el futuro del transporte tal y como lo conocemos; y por último, el Consejo de Administración de Adif aprobó recientemente las cuentas de 2019 constatando que el bloqueo político y las dos elecciones generales frenaron totalmente la inversión el ejercicio pasado.
En total y de acuerdo con las cuentas de 2019 obtenidas por La Información, Adif Alta Velocidad había presupuestado 3.032.783 millones para el AVE. Pero la ejecución presupuestaria fue de menos del 40% de esa cantidad: 1.199.557 millones, el 39,5% de la anualidad comprometida para el año pasado. Menos de cuatro de cada diez euros.
Las elecciones generales del 28 de abril y del 10 de noviembre de 2019, el bloqueo político y la falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos durante el verano agravaron la incertidumbre política pero se manifestaron, sobre todo, en el capítulo inversor. La convocatoria de los primeros comicios legislativos por parte de Pedro Sánchez se produjo en febrero del año pasado. El Ejecutivo de coalición fue anunciado finalmente en enero de este año, por lo que el Gobierno en funciones duró prácticamente un año (11 meses).
Menos del 40%
En ese tiempo, la única inauguración que se permitió el ministro de Fomento (ahora de Transportes) José Luis Ábalos fue el AVE a Granada, que además se estrenó de forma parcial al no estar concluida la interminable Variante de Loja. Por lo demás, hubo partidas con una inversión muy baja como la adaptación al ancho UIC del Corredor Mediterráneo, esto es, la conversión de vías de ancho ibérico en raíles para la alta velocidad: de 158,5 millones comprometidos, el Adif invirtió menos de 25 millones de euros. Ni la sexta parte.
La línea de Alta Velocidad Almería-Murcia se vio también muy perjudicada: se consignaron casi 170 millones y se ejecutaron 38 millones, el 22%; la línea de AVE del Levante (Elche, Murcia) gastó 60 de los 191 millones presupuestados, menos de la tercera parte. Para otra obra que lleva en ejecución desde 2004, la Variante de Pajares entre la Provincia de León y el Principado de Asturias, el gestor de infraestructuras presupuestó 158 millones de euros y solo completó 68 millones.
Hubo inversiones que salieron mejor paradas al gastarse al menos la mitad del presupuesto: esto ocurrió con las obras del AVE a Extremadura, que consignaron 313 millones para finalmente invertir 162 millones, más del 50%. O el AVE a Galicia, donde las obras en estos momentos se sitúan entre las provincias de Orense y Zamora: el actual Ministerio de Transportes destinó 608 millones y pudo ejecutar 362 millones.
Las cuentas consolidadas para 2019 de Adif Alta Velocidad, promotor y gestor de la red española con 3.500 kilómetros de AVE, reflejan que la empresa pública perdió 179,20 millones el año pasado, lo que supone un 20% menos que al cierre de 2018. Lo malo de esta lectura es la gigantesca deuda: Adif AV rebasó los 16.000 millones de euros de deuda (16.085 millones), un 4% más que en 2019. La abultada inversión de los últimos 28 años y la falta de retorno en forma de ingresos al separarse en 2004 Adif (infraestructura) y Renfe (operadora) han engordado la deuda hasta el pasivo actual.
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