Bodegas Faustino reduce capital un 90% para repartir los beneficios acumulados

Todo un imperio. Bodegas Faustino, con siete bodegas en cuatro denominaciones de origen,  2.000 hectáreas de viñedos en propiedad y ventas a más de 100 países, es la base de una de las mayores fortunas ligadas al vino en España. Tras 150 años de historia, cuatro generaciones y episodios dignos de un serial de televisión, la bodega ha decidido cambiar de estrategia. La compañía que dirigen las hermanas Carmen y Lourdes Martínez Zabala  ha reducido su capital social en más de un 90% -de 240.907.440 euros a 20.075.620 euros- y han modificado los estatutos para repartir dividendos, según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.

La Información trató de obtener la explicación de la dirección de la compañía sobre la decisión de reducir capital para aumentar las reservas voluntarias de libre disposición y distribuir beneficios. Pero no hubo respuesta : "Le confirmo que no vamos a hacer ningún tipo de declaraciones sobre este tema" señaló la portavoz del grupo.

Lo que parece claro es que tanto la reducción de capital como el reparto de beneficios es un notable cambio de estrategia. En agosto de 2017, la presidenta del grupo, Carmen Martínez Zabala, explicó en una entrevista que "nosotros no repartimos dividendos, no tenemos fortunas personales, solo vendemos vino". Carmen Martínez (presidenta) y su hermana Laura, consejera delegada, son dos de los cinco hijos e hijas del empresario Julio Faustino Martínez (Oyón, 1933), ya retirado. Uno de los hijos, José Miguel Martínez, falleció el pasado año. 

Conflictos sofocados, no extinguidos

En el grupo familiar hubo serios enfrentamientos en el pasado que acabaron con la salida en 2011 de las dos hermanas que hoy gestionan el grupo. Regresaron en 2015 y ahora dirigen el negocio. En la entrevista, Martínez explicaba también que los conflictos familiares estaban sofocados, pero no extinguidos.

Lo explicaba así: "Ahora ya me planteo el día a día en la bodega, porque nosotros tenemos que vender vino, no ir al juzgado. Si no hubiera sido por los problemas familiares dentro de la empresa, yo me hubiera arriesgado mucho más en la gestión, pero muchas veces no es posible. Tenemos todavía algún asunto que resolver con la mujer de mi padre y con una hermana nuestra. Desgraciadamente, los protocolos familiares funcionan mientras haya dinero y se repartan dividendos".

El reparto afecta a las sociedades familiares que controlan el grupo: GBF Winery Management, Infocer XXI y Alamazar 87, esta última controlada por el patriarca Julio Faustino Martínez y su segunda esposa, Maria Cruz Lizarazu.

Peleas familiares en las bodegas

El reparto de capital, en un grupo que emplea a 240 empleados y vende siete marcas-Portia, Faustino, Campillo y Marqués de Vitoria (Rioja), Leganza (La Mancha), Valcarlos (Navarra) y Bodegas Victorianas- es una onda más en un sector siempre agitado por los roces familiares.  Freixenet, Vega Sicilia y  Chivite han registrado también momentos delicados por las diferencias entre accionistas emparentados.

Alrededor del negocio del vino Julio Faustino Martínez y sus hijos han creado un grupo con intereses diversos que alcanzan al sector turístico. En 2017, el diario El Mundo colocó a la familia Martínez Zabala entre las 200 fortunas más importantes de España, con un patrimonio por encima de los 500 millones e intereses en sociedades hoteleras radicadas en Jamaica, Santa Lucía y Cancún (México).

Su peso en el mundo de la empresa -Faustino fue accionista destacado de FCC hasta 2014- se pudo comprobar en la inaguración de Portia en la Ribera del Duero. Era la primera bodega diseñada por Norman Foster, una obra valorada entonces en 25 millones. En el acto acompañaron a la familia personajes muy conocidos como Lucía Dominguín, Esther Koplowitz, Fernando Falcó, Baldomero Falcones (FCC) o el exlehendakari del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza.