Boeing cesa al CEO Dennis Muilenburg por la crisis abierta con su avión 737 Max

El "Annus horribilis" le cuesta el cargo al CEO de Boeing, Dennis Muilenburg. /EFE/Michael Reynolds
El "Annus horribilis" le cuesta el cargo al CEO de Boeing, Dennis Muilenburg. /EFE/Michael Reynolds

Boeing despidió este lunes al CEO Dennis Muilenburg, señalado por la mala gestión realizada en la crisis del modelo 737 Max, mientras la compañía lucha por recuperar la confianza de reguladores, aerolíneas y usuarios después de dos accidentes fatales de su avión más vendido, en los que perdieron la vida las 346 personas a bordo.

El presidente David Calhoun se convertirá en el nuevo CEO del fabricante el 13 de enero. El miembro de la junta Lawrence Kellner se convertirá en el presidente no ejecutivo de la junta de Boeing, con efecto inmediato.

La intensa crisis resultante de los accidentes ha llevado al caos a Boeing, al desatar numerosas investigaciones, incluida una investigación criminal federal, sobre el desarrollo y certificación de la aeronave por parte de la FAA en 2017. A principios de este mes, Boeing anunció que suspendería la producción del 737 Max a principios del próximo año.

Según recordó el fabricante estadounidense, que dice contar con 400 aviones almacenados de este modelo, "anteriormente habíamos declarado que evaluaríamos continuamente nuestros planes de producción si la puesta en tierra del Max continuaba más de lo esperado".

"Como resultado de esta evaluación continua, hemos decidido priorizar la entrega de aviones almacenados y suspender temporalmente la producción en el programa 737 a partir del próximo mes", subrayó la compañía, que cree que ahora es "nuestro deber asegurarnos de que se cumplan todos los requisitos y se respondan todas las preguntas de nuestros reguladores".

Crisis aeronáutica

En todo caso, los analistas auguran que la decisión de Boeing ahondará en la crisis de la aeronáutica a corto plazo. Boeing es el mayor exportador de manufacturas de EEUU y el miembro más grande del Dow Jones y, como analizó The New York Times, "es probable que su decisión de detener la producción provoque conmociones en la economía estadounidense", pues "afectará a los proveedores de todo el país y hundirá a la compañía aún más en la crisis".

El 737 Max, que se produce en la fábrica de Boeing en Renton, en el estado de Washington, con 12.000 empleados, es el avión más importante de la compañía y representa decenas de miles de millones de dólares en ventas anuales.

Sin embargo, dado que la compañía aún no puede obtener la aprobación de los reguladores globales para permitir que el avión vuelva a volar -lleva nueve meses en tierra-, los ejecutivos y los miembros de la junta han tomado una de las decisiones más importantes en la historia de más de 100 años del fabricante, según analistas estadounidenses.

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