De española a vietnamita: así es la batalla de Bq por sobrevivir a los gigantes chinos

  • El fabricante vende un 51% a un grupo del sudeste asiático años después de bregar para resistir en el competido mercado de móviles de gama media-baja.
Rodrigo del Prado es el fundador y director general adjunto del fabricante español
Rodrigo del Prado es el fundador y director general adjunto del fabricante español
L.I.

Febrero de 2013. Bq quería sacar tajada de la ola de los teléfonos móviles. El fabricante de lectores de libros electrónicos y tablets lanzaba su propio dispositivo con la marca Aquaris. Su primer modelo salía al mercado por un precio de 180 euros. Se convertía en el primer creador español. Debía batirse el cobre con gigantes como Samsung o HTC. Y también con la china Huawei, que empezaba a copar los primeros puestos.

Casi seis años después, aquella compañía fundada en 2009 por seis ingenieros de ‘telecos’ de la Politécnica de Madrid ya tiene mayoría vietnamita en su capital. El 51% de la compañía ha sido vendido al grupo cotizado Vingroup por una suma que no ha trascendido. La operación llega en un momento delicado para la empresa, con una fuerte dependencia hacia el negocio del móvil y con una durísima competencia asiática, con Xiaomi pisando el acelerador tras su aterrizaje en 2017.

Unos primeros pasos esperanzadores

Todo arrancó bien. La compañía decidía atacar al segmento de gama media y baja de móviles, donde se tenía que ver las caras con Samsung y otros fabricantes. Pero también donde podía haber un cierto hueco en el mercado. Los primeros resultados no podían ser mejores. En 2014 los ingresos del holding Mundo Reader -bajo el que se encuadraban las primeras filiales en Suecia, Alemania y Francia- rozaron los 200 millones de euros. Pese a los escasos márgenes en este sector, lograron unos beneficios netos de 3,5 millones.

Esa fue la carta de presentación con la que acudieron al capital riesgo para reforzarse. Diana Capital, el fondo comandado por Francisco Gómez-Zubeldia, participaba en una ampliación con la que lograba 15 millones de euros. Se hacía con el 10% del capital. Por tanto, se valoraba al fabricante en más de 150 millones de euros.

Era el respaldo que necesitaban. Se lanzaron a crecer con fuerza en el mercado de los ‘smartphones’. El ejercicio lo cerraron con una cuota del 13% en término de unidades vendidas, según sus propias cifras, después de haber sellado acuerdos con gigantes de la distribución en España como El Corte Inglés, Carrefour, Worten o Eroski. Todo iba viento en popa. ¿Los ingresos? Superaron los 244 millones de euros. Es decir, un 25% más, pero que no sirvió para elevar las ganancias, que fueron casi calcadas al año anterior.

La competencia seguía haciendo estragos en un segmento que, de por sí, cuenta con márgenes muy estrechos. Durante ese ejercicio pusieron las bases para la expansión internacional, con las primeras ventas en Francia, Alemania, Suecia, Reino Unido o Italia. Se arrancó la diversificación, con la potenciación de la venta de dispositivos vinculados a la impresión en 3D.

2016 como gran aviso

Los problemas llegaron en 2016. La competitividad en el mercado se encendió, con los fabricantes chinos como los grandes rivales a nivel global. La caída en todo el mundo del mercado de móviles provocó menores ventas desde el último trimestre de 2015. “Hubo la consecuente cancelación de pedidos que generaron una acumulación de stocks muy importantes en todos los fabricantes”, advertían ellos mismos en su memoria. ¿La consecuencia? “El endurecimiento de la competencia mediante rebajas de precios y políticas muy agresivas de marketing”.

Los efectos en el negocio no pudieron ser más patentes: desplome hasta los 180 millones de euros en las ventas; recorte de la gama de productos y una fuerte reducción de costes. Los costes fijos menguaron, según sus propios números, de 5 millones de euros mensuales hasta los 2,5 millones. En la plantilla total, entre personal fijo y temporal, se pasó de 1.408 empleados de todo el grupo a 796. Es decir, un recorte en total del 50%.

Xiaomi, uno de los grandes ‘cocos’

El año 2017 llega con un modelo de gestión “ya adaptado al nuevo entorno”, tanto en el lado de los gastos como en el funcionamiento del stock. Pero con un movimiento que va a ser clave: “En el año se ha producido la entrada de Xiaomi en el mercado; empresa que es, en cuanto a producto, competencia directa de Bq”, admite la empresa en su memoria. Y esa irrupción, no sólo con la venta de sus móviles de manera directa en España, sino con su expansión a través de tiendas físicas, supone un terremoto.

Los ingresos vuelven a subir ligeramente hasta los 193 millones de euros, algo más de 10 millones de incremento respecto a un año antes (su posición en el mercado se vio reforzada del 7,2% al 8,1% de cuota). Pero su dependencia hacia el móvil es muy grande, pese a los esfuerzos por diversificar con una mayor potenciación de su división de 3D. El peso incluso se incrementó durante el pasado año: de representar el 75% de todo el volumen de negocio (153 millones frente a los 180 millones totales) a elevarlo hasta el 85%. Se ha mantenido entre el 70% y el 80% desde el año 2014, el primero completo con el negocio de los móviles.

¿Y la venta?

En este contexto, durante el año 2018 la competencia se ha incrementado. Y llegó el acuerdo con Vingroup. Para los españoles, su nombre puede ser desconocido. Pero se trata del mayor conglomerado empresarial, centrado en el desarrollo inmobiliario pero con diferentes ramas de actividad.Cotiza en la bolsa vietnamita y su valor es de casi 14.000 millones de dólares.

El acuerdo significa que trabajarán para la nueva marca de móviles del grupo vietnamita (VSmart), con el diseño y desarrollo de los dispositivos. Para ello, se ha hecho con el 51% del capital, por una cuantía que no se hizo pública, pese a ser una empresa cotizada. Ha habido cierto secretismo. Desde Bq, con la que La Información se ha puesto en contacto, descartan ofrecer más datos de la operación. Se desconoce si ha supuesto la salida de Diana Capital y a qué valoración de la empresa (en 2014 se colocó por encima de los 150 millones de euros).

Sea como sea, la fulgurante historia de Bq llega a otro punto de inflexión. Tras casi seis años desde el lanzamiento de aquel primer Aquarius 4.5, el fabricante español se convierte en vietnamita.

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