Las próximas semanas, clave

Brasil aprieta para fijar los límites a la compra de Oi por Telefónica y sus socios

La cúpula del regulador mantiene una docena de encuentros con los primeros ejecutivos y representantes legales de las operadoras mientras persisten las presiones de los pequeños para mayores restricciones.

Telefónica y su socios rubrican la compra de Oi a la espera del regulador brasileño
Telefónica y su socios se juegan una de las operaciones más destacadas.
Agencia EFE | EFE

Los contactos se intensifican. Durante el último mes, el regulador de la competencia brasileño, Cade, ha mantenido una docena de reuniones con los equipos legales y de regulación y con los primeros ejecutivos de las empresas. El objetivo es tratar de acercar posturas para poner sobre la mesa un acuerdo sobre las potenciales restricciones a la compra de los activos móviles del operador Oi por Telefónica, América Móvil (Carlos Slim) y TIM. Éstos últimos defienden el acuerdo al que ya dio una primera luz verde el principal técnico del organismo y que incluye algunas cesiones. Sus rivales, más pequeños, exigen más medidas, mientras el organismo responsable del sector de las telecos pone el foco en un estudio sobre el potencial incremento de precios para los consumidores en el sector.

El pasado 13 de diciembre el consejero delegado de Telefónica Brasil, Christian Gebara, y el de sus aliados, participaron en una videoconferencia junto con uno de los principales de Cade, y varios de los representantes legales de cada uno de ellos. El objetivo era analizar la situación que dejaría en el mercado esta compra y reparto tanto de los clientes, como del espectro radioeléctrico. Esa fue sólo la primera de numerosas reuniones que se han mantenido durante este periodo navideño entre todas las partes. Todas a distancia y para tratar de acercar posturas de cara a una resolución que ha de ponerse sobre la mesa antes de mediados del mes de febrero, cuando acaba el plazo teórico establecido.

La operadora española está representada por dos bufetes especialmente relevantes en el mercado brasileño. Por un lado está Machado Meyer, que ya ha actuado como asesor de la compañía en numerosas operaciones en el pasado como precisamente la compra de Vivo a Portugal Telecom en el año 2010. Por otro se encuentra Mudrovitsch. El socio que está trabajando en este caso es Víctor Rufino, precisamente ex procurador jefe del Cade, cargo que dejó en el año 2017. Con ambos busca empujar hacia un acuerdo que permita incorporar los 10,5 millones de clientes en manos de Oi y 43 megahercios de espectro (por algo menos de 900 millones de euros). La compañía presionó avisando en una carta en noviembre de que si le obligaban a vender parte de los activos “descarrilaría por completo los beneficios que ya han sido demostrados”.

Una de las claves que se están manejando por parte del regulador brasileño es la influencia de la oferta que acaba de poner sobre la mesa el fondo de capital riesgo estadounidense KKR por el 100% de la antigua Telecom Italia (TIM), dueña de TIM Brasil y uno de los aliados de Telefónica en la compra. En un primer momento se planteó la posibilidad de que la gestora no tenía intención de seguir operando en el mercado latinoamericano, por lo que podría desprenderse de ese negocio. Pero ese movimiento trastocaría los ya difíciles equilibrios en el mercado de este país. Entre otros aspectos, éste fue uno de los que se trató en el encuentro que mantuvieron el pasado 4 de enero la plana mayor del antiguo monopolio italiano. Estuvo Pietro Labriola, CEO de la operadora en Brasil y actual director general interino de todo el grupo tras la atropellada dimisión del antecesor. Y también el jefe de tecnología y el vicepresidente de Regulación.

Impacto en los precios

La otra clave que juega en la ecuación es la de los operadores pequeños y sus exigencias de unos ‘remedios’ mayores a la operación. Especialmente vinculadas, por ejemplo, a un acceso mucho más beneficioso a las redes de Oi o, incluso, la venta de parte del espectro radioeléctrico que ahora se reparten. Por ello, estos días también han pasado por las videoconferencias con Cade los representantes legales y corporativos de empresas locales como Copel Telecom y Sercomtel, tal y como queda reflejado en el registro del Cade. Para Algar Telecom, el quinto operador por números, las restricciones 'conductuales' ofrecidas "no son suficientes para mitigar todas las preocupaciones de competencia".

Por último se encuentran los consumidores y los efectos en los precios de los servicios. Oi se caracterizó por ser uno de los operadores con tarifas más bajas del mercado brasileño. Una encuesta elaborada por la organización Instituto Brasileño de Protección al Consumidor (Idec) entre el 10 y el 17 de noviembre mostraba que el 'giga' de datos de Oi en prepago costaba hasta una quinta parte de lo que exigen a sus clientes sus rivales en zonas como São Paulo. Estos datos fueron presentados al Comité para la Defensa de los Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones, que forma parte del regulador de las telecos allí (Anatel). Éste lo ha remitido a Anatel alertando de los riesgos de la transacción respecto a los precios de los paquetes.

Mientras tanto, Oi quiere también apretar para resolverlo cuanto antes. A principios de este mes convocó una Junta General de Accionistas para el próximo 27 de enero en el que el tema principal será la venta de los activos móviles a Telefónica y el resto de socios. Se resolverá un trámite que pide Anatel y además se analizará el reporte de valoración de los activos elaborado por una firma independiente para alojarlos en una sociedad al margen, como paso previo para la venta. Hay que recordar que la empresa se encuentra en concurso de acreedores desde hace varios años, por lo que todos estos trámites están reglados.

Para Telefónica esta operación sería la 'inauguración' de una fase de crecimiento después de varios años de ventas de activos, como las torres de telecomunicaciones o los centros de datos, o de fusiones, como la de Reino Unido con Virgin Media. Con esta transacción, la operadora española aspira a consolidar su liderazgo en el segmento móvil en una plaza como la brasileña, que representa casi uno de cada cinco euros ingresados a nivel global, colocándose como el segundo territorio por tamaño sólo después de España. 

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