Ryanair mete presión a IAG y Easyjet para cubrirse del impacto de un Brexit duro

  • La aerolínea de O'Leary ha sido la primera en ejecutar las cláusulas de los estatutos y ha limitado la presencia de británicos en su capital. 
Brexit aerolíneas
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EFE

Un nuevo 'no' para Theresa May en la Cámara de los Comunes el pasado lunes, un respiro el martes -sin demasiado efecto- y cada vez el 29 de marzo -fecha de ruptura del Brexit si finalmente nada lo impide- está más cerca. Las aerolíneas tienen que mover ficha si no quieren ver sus aviones en tierra, pero parecen estar esperando al último momento para hacerlo. Por ahora la única que ha tomado cartas en el asunto de forma seria para blindarse frente a una posible salida sin acuerdo de Reino Unido de la UE y poder seguir volando con normalidad ha sido Ryanair

La firma de Michael O'Leary decidió hace solo dos días dar un paso adelante y declarar las acciones de aquellos "no comunitarios (incluidos los británicos)" como 'acciones restringidas'. De esta forma, Ryanair quiere evitarse cualquier tipo de problema frente a la Comisión Europea que exige que, al menos, el 50,01% del capital de cada aerolínea esté en manos de empresas o personas comunitarias para no perder las licencias de vuelo. 

Este paso suponía un importante movimiento ya que a partir de ahora, la aerolínea incluiría en su prohibición de no vender acciones a ciudadanos de la UE que sostiene desde febrero de 2002 a los británicos. "Consecuentemente, con efecto desde el día en que se produzca un Brexit duro, los británicos no tendrán permitido comprar acciones de la compañía", señalaron en el documento oficial remitido a la bolsa de Londres en la que cotizan. 

Este movimiento estrecha aún más el cerco de sus competidoras, sobre todo de IAG y Easyjet, que cuentan con cláusulas similares en sus estatutos pero aún no han llevado a cabo una solución definitiva. Ambas firmas lo han señalado y cada una de ellas ha actuado en un sentido, pero las peticiones de la Comisión Europea para asegurar la pertenencia de las acciones a inversores europeos son más fuertes. 

La propietaria de Iberia y Vueling llevó a cabo a principios del mes de febrero un primer movimiento en este aspecto. IAG marcó las acciones en manos de inversores o empresas no comunitarias como 'acciones afectadas' y las limitó al 47,5% del total del capital, pero excluyó de esta modificación a los británicos. "Las Personas Británicas no serán tratadas como Personas No UE y que, en consecuencia, no están ni estarán sujetas a las reestricciones de adquisición de acciones mencionadas en este anuncio, salvo que IAG notifique a los accionistas otra cosa", señalaban en un comunicado a la CNMV. 

El hecho de que excluyese a los británicos de este movimiento hace que no se libre de las posibles consecuencias de un Brexit duro según las normas de la Comisión Europea. Pese a ello, la aerolínea que capitanea Willie Walsh, señalaba en sus cuentas anuales de 2018 que "IAG es una compañía española". Además, señalaba la existencia de un plan de contingencia para una salida de Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo, "que cubre todos los escenarios de nuestro negocio", tal y como señala en la presentación de resultados que ha enviado este mismo jueves a las CNMV.

Por su parte, Easyjet, la otra gran afectada por una posible salida de Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo también ha movido ficha, aunque aún no se sabe si de forma definitiva. Su estrategia se basó en, además de apuntar en sus estatutos la posibilidad de limitar la participación de no comunitarios, la creación de una nueva compañía con base en Austria. 

De este modo, Easyjet traspasó el registro de más de un centenar de aviones desde el Reino Unido a su división austríaca EasyJet Europa con sede en Viena. Del mismo modo, transfirió más de 1.000 pilotos y volvió a emitir 3.300 licencias de tripulación de cabina. Unos movimientos clave para la aerolínea que, tal y como declaraba por aquel entonces la misma firma, se solucionaría con un pequeño movimiento del capital. 

El movimiento clave de Ryanair mete cada vez más presión a sus competidores a solo quince días de la fecha prevista para que se lleve a cabo el 'divorcio' -salvo cambios de última hora será el próximo 29 de marzo- entre Reino Unido y la Unión Europea. Este mismo martes, la Cámara de los Comunes daba un respiro a Theresa May y descartaba por apenas cuatro votos un Brexit duro -por ahora-. De esta forma, este jueves la Cámara volverá a votar de nuevo si decide prorrogar la fecha de salida de Reino Unido. 

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